La sorpresiva renuncia del ministro de Economía Martín Guzmán sorprendió a la Argentina este sábado por la tarde y no tardó en llegar a Estados Unidos, justo en el fin de semana largo de la Independencia, por lo que el impacto en Wall Street se demorará hasta el martes, luego del 4 de julio.
Mientras tanto, desde Clarín se comunicaron con analistas que siguen el caso argentino y señalaron que los mercados podrían reaccionar de manera positiva si nombran a alguien con poder y credibilidad propia para el cargo, alguien que tenga un plan “racional” propio.
Martín Guzmán, de 39 años, y profesor de la Universidad de Columbia, tuvo el papel de llevar adelante la renegociación del programa con el Fondo Monetario Internacional por 44.000 millones de dólares que están en permanente revisión.
Hace poco se aprobó la primera etapa, con cumplimiento de metas de enero a marzo, pero ahora se encaraba la segunda mucho más complicada, con objetivos anuales muy difíciles de conseguir.
Aunque por ahora el fondo no ha emitido comentarios sobre la salida de Guzmán, el acuerdo a largo plazo es con la Argentina y no tiene más alternativa que seguir las tratativas con el próximo funcionario.
Por su parte, Diego Ferro, fundador de M2M Capital, dijo a Clarín que “en la medida que nominen a alguien con credibilidad, Wall Street puede reaccionar bien, el único problema es que por más que el nuevo ministro tenga credibilidad, la debilidad viene de Alberto Fernández”.
Mientras que el analista citó el caso del jefe de gabinete Juan Manzur que llegó para hacer cambios, pero no lo logró. “Fernández no tiene poder para hacer nada, pero sí tiene poder hasta cierto punto para limitar la visibilidad de cualquiera en su gabinete, con lo cual no hace y no deja hacer. Dicen ‘que venga Massa’ pero realmente no creo que Fernández le otorgue tanto lugar a Massa como para que pueda hacer algo”, aseguró.
“Creo que el mercado está tan deprimido que quizás vea como una salida si nombran a alguien que tenga poder, alguien que tenga poder efectivo”, agregó.
“Guzmán quería hacer cambios razonables, no me parece un ministro de economía espectacular, pero las cosas que quería hacer eran razonables. Pero no las podía hacer por Fernández y su falta de poder político. No sé qué puede cambiar a nivel de cómo se manejan las cosas. Porque la inefectividad no se origina por las pocas ideas de Guzmán, el problema era que no tenía poder político”, explicó.
Por su parte, Carlos Abadi, director ejecutivo de Decision Boundaries, dijo al mismo medio que “la renuncia se debe a que Guzmán se cansó de los roces políticos. Desde el punto de vista de Wall Street, la noticia de su salida tiene el potencial de ser tanto buena como mala porque todo depende de si ahora el presidente va a aceptar un ministro que entre con un plan racional. En ese caso, la noticia sería buena”.
Para este último experto, el Gobierno “necesita un ministro para mañana y los únicos que hay en gatera son gente que tiene condiciones, como Martín Redrado, Carlos Melconian o el mismo Sergio Massa, que está muy ligado a Redrado”.
“Como el portazo fue súbito y tienen poco tiempo, tienen que elegir a uno de aquellos con quienes estuvieron hablando y esos no quieren ir de prestanombres, quieren ejecutar un plan económico y son planes racionales porque serán un paso adelante con respecto a la política de los ponchazos” que hasta ahora venía teniendo lugar, agregó.
Aunque respecto al impacto en la relación con el Fondo y las revisiones del programa en curso, Abadi señaló: “No creo que el FMI tenga demasiado interés en la permanencia de Guzmán, el Fondo va seguir monitoreando el programa objetivamente y va pisando fuerte el mensaje de que el que ingrese siga con las metas pautadas. Martín no era ni el hombre del Fondo, ni la Némesis del Fondo”.
Más allá del cambio de ministro, dice Abadi, “en Wall Street nos preocupa el sentido de deriva, no había una política económica que estuviera basada en una economía argentina, era una política estrictamente financiera que se dedicaba a encontrar recursos para solventar gastos, en un país así no se puede creer”.