Un estudio de la consultora McKinsey predice que el uso de inteligencia artificial generativa impulsará un aumento del 13% en el Producto Bruto Interno (PBI) de Alemania hasta el año 2040. Un fenómeno alimentado por el uso de tecnologías como ChatGPT, Bard y Stable Diffusion, podría traducirse en un incremento de U$S 639.000 millones en el PBI alemán, específicamente a través de herramientas autogeneradoras de texto e imágenes.
Este avance no solo promete fortalecer la economía, sino que también podría aliviar la escasez de trabajadores cualificados en Alemania, una problemática agravada por el envejecimiento poblacional y la inmigración insuficiente para cubrir los puestos vacantes. Desde 2004, las vacantes laborales en el país se han cuadriplicado, llegando a alcanzar las 800.000 en 2022.
Un posicionamiento estratégico
El informe destaca que Alemania está bien posicionada para liderar el ámbito de la inteligencia artificial en Europa y posiblemente a nivel mundial. Gérard Richter, responsable de McKinsey Digital en Alemania y Europa, subraya la necesidad de que Europa forme una red paneuropea para aprovechar de manera conjunta el poder transformador de la inteligencia artificial generativa y evitar quedar rezagados frente a Estados Unidos y China.
A pesar de este potencial, Richter advierte que, a diferencia de países como Reino Unido, Suiza y Francia, Alemania aún carece de un respaldo financiero sólido para poder impulsar la Inteligencia Artificial (IA). Aunque Alemania lidera la clasificación europea y se encuentra en el tercer puesto mundial en la capacidad de crear aplicaciones de IA, el apoyo financiero sigue siendo una asignatura pendiente.
Holger Hürtgen, socio de McKinsey, destaca el impacto positivo de la IA generativa en trabajos que requieren un alto nivel de formación, como el derecho, ciencias naturales, matemáticas e informática.
La tecnología, según Hürtgen, tiene el potencial de automatizar tareas rutinarias, liberando a las personas para que se dediquen a labores más creativas e innovadoras. Sin embargo, también señala que trabajos físicos en sectores como la construcción o la agricultura experimentarían menos modificaciones, según indica el estudio.
