“El lado B del Home Office” se denomina el estudio que una consultora elaboró a partir de encuestas online que realizó entre junio y junio a empresarios mendocinos. El relevamiento permite analizar dificultades y beneficios de la implementación del trabajo a distancia tanto para las compañías como para los empleados. Desde otra organización que asesora empresas destacaron que en el marco de la pandemia no es el momento oportuno para medir la efectividad de esta forma de trabajar.
La consultora Persé, especializada en desarrollo organizacional y gestión de personas, entrevistó a empresarios de diversos rubros (Agroindustria, Servicios, Venta de Bienes de Consumo, Hotelería, Hotelería, Gastronomía y Construcción) y de organizaciones de distintos tamaños. El objetivo del estudio era conocer cómo habían respondido a la situación impuesta por la cuarentena, qué decisiones estaban analizando ante la crisis y cuáles eran las perspectivas post pandemia.
Además de implementar el comercio electrónico –en un 59% de los casos y estar en proceso en otro 30%-, casi 90% de los encuestados recurrió a la modalidad de trabajo desde casa. Sin embargo, sólo 26,1% pretende sostenerla cuando termina la pandemia, 34,8% la eliminará y un 39,1% aún no lo ha decidido. Se debe aclarar que estas respuestas fueron brindadas antes de la aprobación de la ley nacional que regula el teletrabajo.
Apenas 2% de los consultados plantearon que ya venían utilizando el Home Office o que no implicó nuevos desafíos para la empresa. En cambio, 52% indicó que se le había complicado otorgar las herramientas necesarias para el trabajo a distancia, 46% que no podía controlar de la misma manera las actividades que los empleados desarrollan desde su casa, 39% que había tenido dificultades en el manejo de la comunicación no presencial y 37% que se había complicado la definición de objetivos de trabajo claros.
Por otra parte, 45,7% notó diferencias en la productividad entre la modalidad de trabajo presencial y desde el hogar, 23,9% no percibió un cambio y casi 20% aún no lo ha podido determinar. Sobre esto, 52,2% de los empleadores señaló que notaron una diferencia entre los trabajadores con hijos en la casa, 28,3% que no mientras el resto aún no lo determina (e incluso algunos mencionaron que los casados cuidan más el empleo que los solteros). Ante el nuevo contexto, 63% consideró necesario ordenar las tareas por objetivos concretos y medibles en lugar de por cantidad de horas.
La consultora Persé también preguntó a empleados, a través de las redes sociales, cómo había sido su experiencia trabajando desde casa y 51% respondió que había alcanzado los objetivos, 23% que le costó, pero se ha adaptado, 9% que no logra organizarse y 17% que quiere volver a la oficina. En cuanto a la relación con la empresa, 64% manifestó que es fluida, 19% que no recibe apoyo y 17% que ha perdido el contacto.
Paula Pía Ariet, de Gestión Consultores, detalló que en un relevamiento que realizaron encontraron que 42% de los encuestados no usaban la modalidad de Home Office antes de la pandemia pero la seguirán usando después, 22% ya la habían implementado y la mantendrán, y 35% sólo tienen planeado utilizarla mientras dure la cuarentena (el 2% restante no la utilizó).
Ariet indicó que se han encontrado con que varias personas quieren volver a la oficina porque esto les permite salir de casa y les suma intelectualmente. También hay muchos que optarían por trabajar unos días desde casa y otros de modo presencial. Pero subrayó que, en los últimos seis años, aún antes de la pandemia, la modalidad venía creciendo.
Pese a eso, resaltó que no es lo mismo el Home Office que el Home Office en pandemia y que desde la consultora recomiendan a las organizaciones que no evalúen esta modalidad de trabajo ahora o que, en todo caso, no tomen decisiones en este momento.
Es que, en primer lugar, hoy no pueden volver los empleados al trabajo. Pero además, por ejemplo, quienes tienen hijos en edad escolar se han visto obligados a ejercer de docentes, madres o padres, trabajar y hacer tareas hogareñas, todo al mismo tiempo, y esto ha planteado dificultades. En cambio, la situación puede ser muy diferente cuando se retomen las clases presenciales y quienes tienen familia dispongan de horas que puedan dedicar sólo al trabajo.
Gustavo Krestchmar, presidente de la Asociación Ejecutivos de Mendoza (AEM), indicó que hay actividades que no pueden implementar de modo permanente el teletrabajo. En el caso particular de El Naranjito, el centro terapéutico que dirige, si bien implementaron la atención virtual con la cuarentena, sostuvo que en cuanto pueden volverán a la presencial, ya que esto es lo que demanda la rehabilitación de personas con discapacidad.
También es complejo para empresas vitivinícolas, de gastronomía o turismo, aunque sí se puede adoptar el trabajo desde casa para ciertos puestos, como un asesor contable. En cambio, señaló que hay estudios profesionales que ya están analizando la posibilidad de sostener la modalidad a distancia para reducir sus estructuras edilicias.
Sin embargo, sobre esto, indicó que la recientemente aprobada ley de teletrabajo plantea un problema con la posibilidad de que el trabajador que accede a trabajar desde su casa quiera luego volver; sobre todo cuando se trata de un empleado que ya se contrata para que se desempeñe desde su hogar.
Pese a eso, Kretschmar opinó que es importante que haya regulaciones, para que existan reglas claras para ambas partes (empleador y empleado). Asimismo, planteó que quiere creer que se buscó preservar los derechos del trabajador, pero la grieta se manifestó una vez más y se perdió “una oportunidad histórica para haber tenido una discusión que enriquezca y que haga que se generen más puestos de trabajo”.
Perspectivas
La cuarentena ha significado para casi todos los rubros una fuerte caída en las ventas, dificultades para operar con normalidad e inconvenientes para conseguir insumos. El estudio de la consultora Persé reveló que 43% de los empresarios han pensado en reinventarse e incluso cambiar de rubro como una estrategia para subsistir. A pesar de eso, sólo 30% considera que ciertas áreas o puestos de su empresa han quedado obsoletos ante los cambios impuestos por la pandemia (principalmente las posiciones de venta convencional, cajeros, auxiliares administrativos y de entrega de documentación física).
Por su parte, casi 40% de los trabajadores que participaron de la encuesta manifestaron temor por perder su trabajo e incluso un 32% afirmó ya haberlo perdido a causa del aislamiento preventivo. Apenas un 16% señaló que en su empresa hay más trabajo ahora que antes de la pandemia.
Sin embargo, la digitalización ha provocado que ciertos perfiles sean buscados y se estima que su demanda seguirá creciendo en los próximos meses. Los empresarios encuestados manifestaron necesitar personas con conocimientos de transformación digital, como desarrollo de sitios web, manejo de redes sociales, marketing digital, sistemas informáticos y comercio electrónico.