El stock de créditos a nivel nacional creció 21,1% en el primer trimestre de 2024 en comparación con los últimos tres meses de 2023. De abril a junio de este año, el incremento fue de 37,7% con respecto al periodo enero-marzo, según las estadísticas elaboradas por el Ieral en base a datos del Banco Central y el Indec. Y de julio a septiembre, la variación alcanzó el 50,2% en comparación con la cantidad de préstamos en pesos que se habían otorgado entre abril y junio de 2024.
Federico Pagano, gerente de Montemar, coincidió en señalar que, desde enero de este año, hubo un cambio importante en la demanda de créditos, que se consolidó en septiembre y octubre, y se sostiene en lo que va de noviembre. Consideró que la gente se ha volcado a tomar fondos porque hay un cambio de expectativas económicas, acompañado de una baja fuerte en las tasas, que llegaban al 100% en diciembre, mientras hoy hay opciones de 90% para los préstamos más riesgosos y hasta de 35 a 40%.
Precisó que se están recuperando los créditos para consumo, por parte de personas que quieren hacer una remodelación en la casa, arreglar el auto, viajar, organizar una fiesta; en su mayoría decisiones que se habían postergado. Pero también hay casos de quienes toman un nuevo préstamo para cancelar otro con tasas más elevadas. “Se nota que hay una clara recuperación”, manifestó.
En cuanto a las empresas, en un contexto en el que el repunte las ventas se está haciendo esperar, subrayó que las compañías no invierten en relación directa con el consumo, sino con las expectativas. Por otra parte, el flujo de dólares, producto del blanqueo, está haciendo que los bancos tengan tenencias en esta moneda, que les permiten financiar importaciones.
Pagano señaló que el mercado financiero está empezando a mostrar señales claras de crecimiento, pero se parte de un tamaño muy pequeño. Precisó que ronda, según la medición, del 5 al 7% del PBI, y se debería llegar a alrededor del 50%. “Tenemos mucho para crecer y para que suceda, Argentina debe tener una moneda nacional fuerte, el ahorro de la población dentro del sector financiero y una baja importante de impuestos”, señaló.
Planteó que el impuesto del 1,2% a los débitos y créditos es un detractor, y que, si la inflación va a ir, como se anticipa, a menos de un 10% anual, estas tasas impositivas son “absolutamente incongruentes”. Esto, porque en un país estable la rentabilidad de las empresas podría ser del 2 a 3%, pero los impuestos y tributos nacionales, provinciales y municipales están asociados a inflaciones muy altas.
El dilema, reconoció es que, si se bajan los impuestos, se pierde el superávit fiscal, pero mientras no se reduzca la carga impositiva, la reactivación económica no será tan fuerte. Estimó que un repunte de la actividad irá permitiendo reducir las alícuotas, porque se irá compensando la menor presión por mayor recaudación.
Potencial en créditos prendarios e hipotecarios
Jorge Day, economista del Ieral (Instituto de Estudios Económicos sobre la Realidad Argentina y Latinoamericana, de la Fundación Mediterránea), explicó que, antes, los bancos compraban Leliqs y con eso obtenían rendimientos, pero ahora, si bien siguen teniendo letras, las Lefi, se las están entregando al Banco Central, por lo que tienen más liquidez y capacidad de préstamo.
Analizó que los depósitos en pesos no están aumentando tanto, pero sí los préstamos en moneda local, por lo que, cuando se acaben las Lefi, si a la economía le va bien y crece la demanda de préstamos, los bancos deberán ver cómo atraen más ahorristas a los plazos fijos.
En materia de tasas, detalló, las de antes, aunque muy altas, eran negativas cuando se quitaba la inflación. El problema es que el financiamiento era escaso. En cambio, ahora, se ha incrementado el acceso al crédito, pero las tasas son positivas, por lo que financiarse es más costoso. De todos modos, aclaró que, si la economía mejora, los proyectos de inversión deberían poder pagar esos mayores costos y las empresas necesitan más opciones.
Day señaló que esperaba que, con el aumento de la oferta de créditos, más personas tomaran préstamos prendarios, para comprar vehículos, e hipotecarios, para acceder a una vivienda, pero estos dos productos no han despegado tanto, con lo que existe un potencial. Consideró que es probable que esté influyendo el temor a la UVA, que resaltó no es un mal mecanismo, pero dejó de funcionar cuando la inflación empezó a ser más alta que la variación de los salarios. Ahora, en cambio, con una reducción del IPC, los ingresos deberían ir recuperando terreno, pero la gente aún es muy cauta.
El economista agregó que también, cuando la economía crezca y se estabilice, crecerán los préstamos vinculados a capital de trabajo, para desarrollar proyectos de inversión. Pero aclaró que, a diferencia de lo que sucedió con la salida de la convertibilidad, cuando entraron capitales y hubo un boom de actividad, ahora la recuperación será más paulatina, lo que también hace que los créditos crezcan de a poco.
Inversiones
Daniel Ariosto, presidente de la UCIM (Unión Comercial e Industrial de Mendoza), comentó que la semana pasada participó de una reunión de la CAC (Cámara Argentina de Comercio), con representantes de entidades de todo el país y analizaron que hay rubros del comercio, la industria y los servicios, que ya están teniendo un leve repunte; aunque otras aún siguen a la baja.
Pero, pese a eso, hasta hace unos meses atrás se pagaba 80, 90 y hasta 100% por un descubierto; en cambio ahora, 60%. Para conseguir un préstamo había que presentar muchos papeles y por estos días se puede acceder a uno a sola firma, a tasas accesibles, que llegan al 40%, y por valores importantes (que crecen en función del tamaño de la empresa).
Esto ocurre, opinó, porque había quienes decían, apenas asumió el nuevo Gobierno, que el dólar blue se iba a ir a $2.500 o $3.000, pero hoy está a $1.100 y sigue bajando; el riesgo PAIS ha perforado la barrera de los 1.000 puntos y continúa descendiendo; la inflación viene cayendo y ya está en el 2,7%, cuando se iba camino a una híper; y el déficit fiscal se convirtió el superávit. Estos índices favorecen la confianza del inversor nacional y extranjero.
Además, acotó, el presidente Javier Milei ha manifestado que tiene “entre ojos” al impuesto a los Ingresos Brutos y que, en cuanto pueda, lo va a eliminar; algo que el titular de la UCIM consideró muy positivo, ya que las compañías que trabajan en blanco tienen una carga impositiva que ronda el 55%, mientras que quienes trabajan en la economía informal pueden quedarse con todo el rédito.
Ariosto indicó que cada día más empresas están tomando créditos para realizar inversiones y mejorar sus comercios e industrias, para prepararse para ese repunte que se está esperando llegue a todos los sectores.