Cambio Santiago, la última casa de compra y venta de moneda extranjera en actividad en Mendoza, cerrará en los próximos días sus puertas después de casi 40 años de actividad. A partir del 21 de octubre ya no será un operador oficial habilitado por el Banco Central y sus dueños planean un cambio de rumbo.
Las restricciones al mercado cambiario y la falta de turistas por la pandemia de coronavirus fueron un combo letal para la firma. Rafael, Silvia y Laura Rodríguez, propietarios de la sociedad anónima, solicitaron la baja del registro de operadores que controla el organismo financiero nacional y entrará en vigencia desde el próximo mes en los cuatro locales: el céntrico ubicado en la esquina de San Martín y Catamarca, y sus sucursales de San Rafael, Chacras de Coria y Ciudad de San Juan, según lo publicado por Sitio Andino.
Los 34 empleados, de entre 10 y 25 años de antigüedad en la empresa, fueron notificados del cierre el pasado viernes 24. Conforme a lo dicho por uno de los empleados de la firma, aún quedan algunos días de trabajo y restan definir las indemnizaciones.
Sin casas de cambio de Mendoza
La “city” del microcentro mendocino será cosa del pasado, por lo menos por algún tiempo. Desde 2020 hacia acá, la que inició el camino fue Maguitur, la primera que pidió la baja de licencia. En abril de ese año también dejó de funcionar como casa de cambio Bamensa, que ahora continúa como un centro de cobro de facturas. A comienzos de 2021 bajó sus persianas Cambio Express, con causa judicial por evasión de por medio.
El cierre de Cambio Santiago deja un único jugador en en la escena mendocina. Más allá de los bancos, el único operador oficial que seguirá en pie es Montemar, aunque es reconocida como compañía financiera y no como casa o agente de cambios.
Qué pasará con Cambio Santiago
Los altos costos y los bajos ingresos durante el último tiempo es lo que llevó a los responsables de Cambio Santiago S.A. a esta decisión. Sin contar salarios y otros costos fijos, solo con la licencia como operador oficial ante el BCRA debían pagar 1.000 dólares mensuales.
Sin la posibilidad de operar con moneda extranjera libremente ni poder competir en la cotización, la empresa resistía estos tiempos con aportes de capital propio. Ya en octubre de 2020 había intentado armar un fideicomiso de administración para fortalecer el capital, pero no tuvo el éxito esperado.
“Era algo que se veía venir. Desde principios de año convivimos con una reglamentación muy estricta, aguantamos e intentamos seguir pero no se pudo. ¿Apostar a la vuelta del turismo con la apertura de fronteras? Primero iba a ser en septiembre y ahora es octubre, pero aunque llegaran los turistas es estacional, que tampoco alcanza para sostener las operaciones de una empresa todo el año”, dijo al mencionado sitio Osvaldo Nasazzi, gerente comercial y del área de Cumplimiento.
En los próximos días, deben resolver temas legales relacionados con la desvinculación de los empleados y la liquidación de activos, además de completar con toda la información requerida por el BCRA. De todas maneras, los dueños de la sociedad aseguraron que tomarán un nuevo rumbo, aunque no anticiparon cuál será.