7 de febrero de 2025 - 16:28

Carlos Páez, sobreviviente de la hazaña de Los Andes: "Hay que salir a buscar los helicópteros"

Disertó en Mendoza y compartió con empresarios cómo cambió su mirada de la vida, el liderazgo y el trabajo en equipo.

Cuando uno intenta imaginarse lo que pueden haber experimentado esos jóvenes de 18 o 19 años, que iban de Uruguay a Chile y el avión en el que viajaban cayó en la cordillera, es difícil entender cómo lograron organizarse y sobrevivir 72 días en condiciones muy complejas. Pero lo hicieron y su historia sirve hoy de inspiración para muchos, que entienden la importancia del trabajo en equipo y de no rendirse.

La Experiencia Set Andes, que organiza el Grupo Set, ofrece la oportunidad de hacer a pie o a caballo la travesía desde El Sosneado hasta el sitio donde se encuentran los restos del avión que se accidentó en 1972. Y si bien es una vivencia de desarrollo personal y resiliencia, lo que los participantes aprenden de sí mismos y de otros pueden aplicarlo en sus empresas y el mundo de los negocios.

Evolución

En el marco de las primeras actividades de la tercera edición de esta propuesta, Carlos Páez, uno de los sobrevivientes de la conocida como “hazaña de Los Andes”, compartió su historia con las 50 personas, provenientes de cinco países diferentes, que mañana comenzarán ese recorrido por la montaña.

Carlos era el más joven de los pasajeros del vuelo 571 de la Fuerza Aérea Uruguay, que se accidentó en la cordillera el viernes 13 de octubre de 1972. Reconoce que las primeras horas fueron caóticas, pero que después dieron lugar a “una historia progresiva, donde vimos la evolución y transformación del ser humano, básicamente”.

“Como decía en la charla, yo no servía para nada. Era un niño caprichoso, consentido, al que le llevaban el desayuno en la cama. Y de golpe -la necesidad tiene cara de hereje, ¿viste?-, empezás a encontrar recursos que vos desconocés que tenés, porque en mi casa, mi mamá y mi papá me resolvían todo”, cuenta ese hombre de 71 años con mirada retrospectiva al jovencito de 18 años, que cumplió los 19 bajo la nieve de la avalancha (que los encerró en el avión por tres días).

Recuerda que, en un momento, los sobrevivientes empezaron a ponerse títulos, en función de las habilidades de cada uno. Así surgieron los tres médicos y el ingeniero, y él mismo, por su aptitud para cerrar el avión, se ganó el título de “tapiador oficial”.

La aparición del liderazgo

“Fue naciendo un liderazgo compartido. No fue como en 'Viven', que ponen a (Fernando, 'Nando') Parrado como el chico de la película. Acá hubo varios líderes, en distintas cosas, y cada cual aportó lo que pudo. Y también hubo otros que no fueron líderes y que era gente que no aportaba, que tuvimos que pelear por ellos para que salieran adelante”, detalla.

Páez sostiene que, en el avión, comenzó a surgir. “Una de las cosas que aprendí es que, en la medida en que vos trabajás, empezás a liderar de alguna manera. No hay posibilidad de que haya un líder que lidere sin trabajar. Y yo, que al principio mi palabra no pesaba, cuando empecé a hacer cosas, mi palabra empezó a pesar”, señala.

Recuerda que, además de ser el encargado de cerrar la puerta del avión, le tocó sacar la nieve y ocho muertos –entre los que estaban sus dos amigos-, cuando los sepultó una avalancha dentro del fuselaje. Y agrega que no lloró nunca en la cordillera, pero “cuando llegué a la civilización, no paré de llorar”.

Depender del equipo

Una de las cosas que resalta de la vivencia fue lo que sucedió el día diez. De hecho, el título de uno de los libros que ha publicado es “Después del día diez” (con Miguel Ángel Campodónico). “Creo que el día del parteaguas, como yo digo, fue el día diez, cuando nos enteramos de que no nos buscaban más. Cuando quedó la historia en nuestra mano, porque ahí ya no dependíamos del afuera y pasó a depender de nosotros mismos”, comenta.

Añade que no es que el arriero los encontró, sino que ellos encontraron al arriero. “La gente dice, ¿los helicópteros los encontraron? No, no, no. Nosotros fuimos a buscar los helicópteros. Es más, tenemos una frase entre nosotros de que, cuando estamos ahí con un proyecto, hay que salir a buscar los helicópteros”, señala para ilustrar una de las "lecciones” que han aplicado en su vida.

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