Cuna de lo que fue el cordón productivo más importante de la provincia de Mendoza hace algunas décadas atrás, el departamento de Rivadavia promete ahora brindar una nueva alternativa enoturística que revive parte de la historia grande de la vitivinicultura argentina, donde nacieron empresas como Gargantini, Tittarelli, Catena o El Globo, y suma, a su vez, una perspectiva moderna, con “Camino de Pasiones”, un circuito turístico que incluye un recorrido por sitios emblemáticos del departamento, productos gourmet, vino, gastronomía y tecnología.
Se trata de una propuesta que nació de la mano de un grupo de empresarios rivadavienses orgullosos del producto que ofrecen, pero deslucidos en desmedro del renombre de otras zonas productivas de la provincia, como Maipú, Luján de Cuyo o el Valle de Uco. Convencidos del potencial que tiene la zona, diagramaron un tour que, recorriendo cortas distancias entre los establecimientos y a lo largo de un día, permite conocer, probar y disfrutar de degustaciones de conservas utilizadas en la alta gastronomía provincial, vinos con un valor histórico, platos típicos argentinos y, además, un paso por la fábrica de aviones más importantes del país.
Justamente el nombre elegido por los empresarios representa ese espíritu. “Al ser empresas de orígenes tan diferentes, lo que encontramos desde un comienzo que nos unía es que somos todas familias oriundas de Rivadavia que somos apasionados en lo que hacemos”, comentó Gonzalo Encina, propietario de Los Encina, la pata gastronómica del recorrido.
La distancia de la zona no dista mucho de lo que puede ser cualquier otra visita a bodegas de algunas zonas de Luján de Cuyo y hasta menor que la que proponen algunos destinos del Valle de Uco. Como lo han planteado desde el tour, la salida se da a metros del kilómetro 0 de la Ciudad de Mendoza, en el Centro de Información Turística (San Martín 1143), por lo que en alrededor de una hora ya se está en el primer destino.
Y, en una época donde el precio del turismo en Mendoza se ha puesto en el ojo de la tormenta, la ventaja de “Camino de Pasiones”, como lo definen sus propios propulsores, es que brinda un servicio de primer nivel a precios dos o tres veces menor a lo que se cobra en otras regiones enoturísticas de Mendoza.
El recorrido estará disponible para reservar los días viernes y sábado a través de agencias turísticas y el horario de salida es a las 9 de la mañana, extendiéndose hasta las primeras horas de la tarde, con regreso al mismo sitio de salida.
Experiencia gourmet
La primera de las paradas de “Camino de Pasiones” es Conservas Complacer, un establecimiento único en su tipo en la zona fundado hace más de 30 años por Sergio Vignoni y Elsa Baliani en el distrito de La Reducción. Hoy, acompañados por sus hijos Federico y Santiago (Andrés, el mayor y enólogo de Raquis y Tan Solo, les brinda asesoramientos), se han convertido en proveedores de la mayoría de los hoteles 4 y 5 estrellas de la provincia y de restaurantes como Azafrán, Centauro y La Gloria (el primero ganador de una Estrella Michelin).
La visita permite descubrir el proceso artesanal con el que elaboran sus 60 productos, y otros tantos en desarrollo, que van desde salsas y tucos de tomate, a conservas de frutas, mermeladas, jaleas y hasta dulce de leche, y los vinos de Macollo, desarrollado principalmente por Santiago Vignoni y que pone en valor cepajes y estilos poco tradicionales. Además, al finalizar el recorrido se pueden probar esos mismos productos, con una degustación libre de gluten.
“Elaboramos toda fruta y verdura de la provincia de Mendoza, que creo que le da un plus a los productos que elaboramos dentro del país. Creo que es una representación muy gráfica de lo que se ha hecho en la provincia toda la vida y lo seguimos haciendo de una forma artesanal, como lo hacían las abuelas, pero con todos los procesos de calidad para que sea un producto gourmet, que sea una delicatessen”, destacó Santiago Vignoni, quien es el responsable de recibir las visitas en la fábrica y el desarrollo turístico de Complacer.
Para Vignoni, si bien la zona ya cuenta con un desarrollo turístico y cada establecimiento recibe visitas a lo largo del año, pero por separado, lo destacado del proyecto es que ahora se presentan todos juntos. “Para el que ha venido varias veces a Mendoza y ya conoce las bodegas boutique, la experiencia de alta montaña o el turismo de aventura, esto se presenta como otra cosa. También es para gente que busca comer un plato típico del lugar o típico argentino sin necesidad de tener un presupuesto muy grande”, completó el joven.
Historia en una copa
El recorrido “Camino de Pasiones” continúa hacia La Libertad, por el Sendero de los Barrancones, pasando por el primer chalet de la familia Catena, a metros de lo que hoy es su bodega La Esmeralda, o por los restos de antiguas hijuelas aéreas que servían para irrigar las fincas en décadas anteriores.
Así se llega a Bodega Tittarelli, fundada en 1915 por Don Enrico Tittarelli, hoy en día continúa siendo una empresa de proyección nacional e internacional. La visita comienza con un paso por algunas de las 85 hectáreas de viñedos que tienen y sigue con un paseo por cada rincón de la bodega, la cual tiene una capacidad de elaboración de 10 millones de litros al año.
A lo largo de todo el tour, el personal va explicando a los turistas los pormenores del proceso de elaboración de líneas clásicas que tienen en su portfolio, como Don Enrico. El siguiente paso es la degustación de algunas etiquetas, justo antes de pasar por la fábrica de aceite de oliva, otro de los grandes distintivos de Tittarelli.
Cabe destacar que en los próximos meses se sumará otra bodega de la zona, Carbonero Wines. La empresa funciona hoy en lo que fue la histórica bodega Gargantini y están ultimando detalles para que en los próximos meses el tour también incluya una visita por el establecimiento.
Con aires de campo
Para la hora del almuerzo, “Camino de Pasiones” se dirige a Los Campamentos, donde tiene lugar Los Encina, un restaurante donde la comida tradicional argentina, con un toque gourmet, es la gran protagonista. Aquí, los turistas podrán disfrutar de un menú campestre de cuatro pasos acompañado por vino. Ubicado en medio de una finca, el lugar propone una comida abundante donde las empanadas y el asado argentino no pueden faltar.
Sobre qué distingue a este tour de otros que puede ofrecer la provincia, Gonzalo Encina fue contundente: “La plaza, en cuanto al precio, es completamente diferente. Es mucho más accesible, más acorde al bolsillo nacional. Eso es lo principal. Después, las empresas que están involucradas son todas empresas de proyección nacional. La idea es pasar un poco por la historia, por la calidad de los productos y por la tecnología aplicada al desarrollo de las empresas”.
“Somos pioneros en esto, porque nunca antes hubo algo así en la zona. Queremos ser la punta de lanza para que se genere un nuevo movimiento en la zona Este y que otros establecimientos del mismo Rivadavia, San Martín o Junín, puedan también sumarse”, reconoció Encina.
Tecnología de punta
El cierre del recorrido sale un poco del mundo del vino y se adentra en la tecnología para llegar a Aerotec. La empresa, que a su vez funciona como academia de pilotos, es una de las pocas fábricas de aviones del país, donde se ensamblan aviones de última generación de Tecnam, y, además, es proveedora de servicios aeronáuticos para la agricultura, la industria petrolífera y la minería.
“Nos sentimos parte igual porque somos de Rivadavia y al ser algo diferente, yo creo que atrae mucho a la gente para que conozca todo esto. No hay muchas fábricas de aviones en el país y eso llama la atención, porque son aviones de última tecnología, que vienen de Italia prearmados y terminamos de ensamblar acá. Además, están todos los servicios de aplicaciones aéreas que brindamos a la agricultura, el agro en general, a empresas mineras y petroleras o el control forestal”, comentó Mario Cardama, uno de los propietarios de la empresa.
Como plus, para quienes realicen “Camino de Pasiones” pueden optar por sumar un salto en paracaídas o un vuelo en globo aerostático para completar la visita. Estas son actividades por fuera del paquete y el precio va desde los 150 a los 200 dólares. “La expectativa es que la gente que venga a conocer Rivadavia, conozca que hay algo diferente, que no es solo bodega, viñedos y, en este caso, aceite de oliva, hay muchas otras cosas en Rivadavia que se pueden ofrecer”, cerró Cardama.