El primer día de la Semana Global del Emprendedor, una iniciativa del Ministerio de Producción, contó con una importante afluencia de público. Además de los stands de diversos emprendedores locales, hubo charlas, capacitaciones y encuentros específicos con el foco en el potencial público-privado. A través del Programa Mendoza+Emprende, el evento comenzó el martes y se extenderá hasta el miércoles 20 con el objetivo de fortalecer y desarrollar el ecosistema emprendedor local. Durante la mañana, el foco estuvo puesto en herramientas puntuales como educación financiera, maneras de lograr inversiones de capital y políticas públicas para el sector. El mediodía y la tarde estuvieron dedicados a pensar el rol de las mujeres mientras que el miércoles los módulos hablarían de escalabilidad y de emprender después de los 40.
Con la idea de que el emprendedor no es solo aquel que comienza un proyecto sino también el que hace un tiempo que lo lleva adelante, desde la Dirección de Emprendedores y Cooperativas de Mendoza, trabajan con un universo amplio. Es decir, con quienes están registrados de manera oficial y llevan entre cero y siete años de vida. “Apostamos por la escalabilidad de los emprendedores”, explicó Andrea Nallim, a cargo de la Dirección de Emprendedores. En este sentido, explicó que si bien apoyan a los que dan sus primeros pasos en un proyecto, uno de los objetivos es impulsar a aquellos que trabajan desde hace algunos años, pero poseen algunas dificultades. Y no solo se trata de financiamiento, algo que desde la Dirección promueven con distintas líneas y tasas blandas, sino de un acompañamiento específico.
El evento de estos dos días en la Nave Cultural es una muestra aunque también se destacan los programas de mentoreo con el emprendedor de manera personalizada. “Para nosotros es importante acompañarlos en el ecosistema y ser facilitadores”, apuntó Nallim. En sintonía con los ámbitos académicos y las cámaras empresarias, el consejo consultivo es uno de los espacios de apoyo a los emprendedores. El objetivo es trabajar de manera concreta con el emprendedor más allá de los equipos para los que también hay formaciones. “Si el emprendimiento necesita mejorar el modelo de negocios, aprender a vender más o trabajar en la sostenibilidad, los contactamos con mentores que los asesoran de manera específica”, explicó la funcionaria.
Es que muchas veces, no es sencillo para los emprendedores pagarse una capacitación en medio de las urgencias cotidianas. “Hacemos todo nosotros”, ejemplificaron Marcos Amoros y Vanesa Mielniczuck, productores y fraccionadores de la miel “Amor y Miel”. En su momento, este emprendimiento obtuvo financiamiento del Fondo para la Transformación y el Crecimiento. Por su lado, Ailén Petito, que estaba con su stand de indumentaria urbana Shacamar, recibió asesoramiento para mejorar su marketing y crecer en la venta digital. “Mejoré mis redes y estoy por terminar mi página web”, contó la diseñadora que reutiliza prendas y confecciona nuevas a partir de métodos naturales y sustentables. En los stands de exposición había emprendimientos de distintos sectores como alimenticios hasta tecnológicos o ecológicos como el caso de Solhé, Energía Solar. “Nos entusiasmó venir a participar de este espacio”, comentó Nicolás Giorlando uno de sus dueños.
Consejos para iniciar, tener buenas finanzas y no morir en el intento
Aunque emprender hoy está más al alcance de muchos, no es sencillo ni hacerlo ni persistir. De hecho, las tasas de fracaso a nivel mundial en este aspecto son altas y los motivos diversos. Manuel Tanoira, abogado y especialista en unir a emprendedores con capitales inversores, destacó que uno de los principales tiene que ver con no contar con un equipo de trabajo adecuado. Por este motivo, entre los consejos que dio a los que desean comenzar con un proyecto propio se destacaron dos. El primero tiene que ver con buscar soluciones a problemas grandes; es decir, a situaciones que puedan afectar a muchas personas en distintas partes del globo.
“No quedarse con cuestiones que solo puedan afectar al mendocino o al argentino sino ir más allá”, expresó y agregó que lleva el mismo tiempo pensar una idea grande o una chica. Esta solución amplia que uno piensa, se modifica en el tiempo y se adapta a los nuevos requerimientos tal como hacen las empresas líderes. En segunda instancia, Tanoira -que disertó sobre “Cómo levantar capital para tu startup”- recomendó que el mismo o más tiempo que uno pasa en el diseño de una idea debe invertirlo en armar el “equipo de los sueños”. “Hay que buscar alguien que sea complementario a nosotros, que comparta nuestra pasión y que tenga una visión similar a la nuestra”, enumeró el profesional. Agregó que eso será decisivo para cuando en los momentos de tormenta, todos quieran agarrar el timón en lugar de buscar irse a la balsa salvadora.
En este marco, la influencer en finanzas Elena Alonso, cuya charla se denominó “finanzas para emprender”, explicó que lo que les suele costar a quienes inician un negocio es establecer un orden financiero. “A veces arrancan con una idea brillante, pero no tienen en cuenta la rentabilidad del proyecto ni establecen la viabilidad finaciera”, explicó la especialista. Un punto común es, entre otros, no ponerle un precio al propio trabajo y especificar de cuánto será el sueldo de quien emprende. Por este motivo, es clave ver si el emprendimiento va “aguantar” dicho salario; entre otros puntos. Alonso, quien presentará su primer libro en Mendoza, recomendó trabajar primero con las finanzas personales para después aplicarlas a la empresa. “Es clave anotar gastos fijos y variables así como ponerse objetivos de ahorro que debería ser un fondo de emergencia de entre 3 y 6 meses de gastos fijos”, remarcó la especialista.
El rol de las mujeres
El último panel de la mañana fue una suerte de apertura de la tarde en el que el foco estuvo puesto en el rol de las mujeres. En su charla “Cómo liderar emprendimientos en el siglo XXI, Liderazgo e inclusión, Florencia Freijo buscó dar un marco de género. La escritora y politóloga relató que si bien en los países en vías de desarrollo y a causa de la economía del cuidado, son más las mujeres que emprenden también son más las que se quedan a mitad de camino. “A partir de los datos, vislumbramos que las mismas barreras que tenemos en el mercado laboral, están en el mundo del ser emprendedoras, empresarias o propietarias”, precisó Freijo.
Ante la pregunta de qué puede hacer una mujer que emprende, la profesional explicó que lo primero que muchos pueden decir es que se capacite o que tome confianza. Aunque no desestimó esto, Freijo observó que son tangibles útiles, pero ninguno tanto como poder hablar de dinero. “Hay que dejar de tener miedo a hablar de dinero, pedir lo que hay que pedir y generar redes de apoyo entre pares”, recomendó la politóloga quien enfatizó la importancia del mal llamado síndrome del impostor entre las mujeres emprendedoras. “Es un miedo que nos ha frenado y que es importante empezar a dejar de lado”, precisó la profesional.
En este marco dio un dato obtenido entre los países de la OCDE en donde se preguntaba a las mujeres que deseaban emprender si se venían como empresarias. “Más de la mitad dijo que no”, reveló Freijo. Y se preguntó que para qué emprender si no se ven como empresarias. Ahí es donde aparece la necesidad, pero el objetivo es abandonar esa idea para comenzar a habitar la decisión de convertirse en propietaria con derechos tan genuinos como cualquier otro. Por la tarde, en el espacio “Mujeres liderando negocios” Melina Masnatta habló sobre “Inteligencia emprendedora” y el panel “Movilidad emprendedora. Los desafíos y el camino para escalar” estuvo moderado por la jefa de la Sección Economía de Los Andes, Soledad González, y por la directora de VALOS, Florencia Rodríguez. El panel de mujeres en el agro estuvo a cargo de Natalia Gusmán, de Vinculación UNCuyo.