El Banco de Vinos de Mendoza presentó el primer programa de control de stock vínico e informó cómo se instrumentaría la posible captación de depósitos en vinos. No obstante, se trata de una alternativa que no se aplicará por el momento, porque si bien se alcanzaron los límites de stock (más de cinco meses), la diferencia resulta “muy marginal” como para intervenir en el mercado.
Esto se anunció durante la séptima reunión del Consejo Asesor del Banco. En ese marco, el Director Ejecutivo, Alfredo Aciar, explicó que, de ser necesario, “todas las bodegas trasladistas y los elaboradores por cuenta de terceros de la provincia podrán depositar sus existencias vínicas (total o parcialmente) en el Banco de Vinos. Para ello, el organismo convocaría a una suerte de llamado a concurso donde los interesados deberían declarar el volumen de vino a inmovilizar y el precio esperado de dichos vinos al 1 de junio del año 2022 (próxima liberación de vino)”.
Aciar indicó que también estará abierta la posibilidad de que participen las bodegas fraccionadoras, pero no con vino de su propiedad. Las empresas tendrían que salir a comprar el vino que quieran depositar a elaboradores por cuenta de terceros y/o trasladistas, a los precios y por los volúmenes que determine el Gobierno a través del Banco de Vinos”.
De esta manera, el Ejecutivo provincial ordenaría de menor a mayor a los interesados en participar, en función del precio esperado al 1 de junio de 2022, hasta completar el volumen necesario para cumplir con la meta de los cinco meses de stock vínico, según manda la Ley 9.245.
Los seleccionados recibirían un estímulo financiero que se abonaría el 15 de diciembre de 2021, el 15 de marzo de 2022 y el 1 de junio de ese mismo año. El beneficio se calcularía en función de la trayectoria del precio esperado al 1 de junio de 2022 y el precio de mercado registrado en las fechas mencionadas. “De esta manera, si el mercado convalida esta medida de política vitivinícola, el costo fiscal de la misma será prácticamente nulo, al mismo tiempo que se lograría aumentar el valor agregado de la industria madre como un todo”, remarcó Aciar.
Más de cinco meses de stock vínico
Se superaron los cinco meses de stock vínico, por lo que el Banco de Vinos estaría habilitado para salir a captar depósitos como una forma de intervenir en el mercado y estabilizar precios, pero el Consejo Asesor del organismo evaluó que se trata de una diferencia muy marginal y llamaron a un nuevo cuarto intermedio. En agosto ya se había acordado un cuarto intermedio por 30 días para evaluar el comportamiento del mercado, y sin mayores cambios, este miércoles decidieron posponer las conversaciones hasta el mes de noviembre.
El decreto reglamentario del Banco de Vinos, en su artículo primero, establece una fórmula para calcular el excedente de vinos. El resultado que surge de la implementación de dicha fórmula dice que se han superado los cinco meses de stock (5,4 meses). No obstante, el director de la entidad, Alfredo Aciar, señaló que podría resultar inconveniente captar depósitos en un escenario como el actual.
Al respecto, el titular de la entidad señaló las variables que se tuvieron en cuenta durante la reunión, antes de decidir que se pospondrá la posible intervención en el mercado hasta el mes de noviembre al menos.
“Si bien tenemos 5,44 meses de sobre stock, y podríamos decir que estamos en zona de intervención, hay que evaluar las circunstancias en las que se encuentra la vitivinicultura. Hay riesgo de heladas, escasez de nevadas y de agua de pozos. Además, hay una cosecha europea que está a la merma también, por lo que los principales productores de vino del mundo van a tener poca producción. El mercado muestra una retención natural por todas estas circunstancias”, señaló Aciar.
En este escenario, de acuerdo con Alfredo Aciar, “hoy cuesta conseguir vino en el mercado de traslado local”. Eso ha provocado un aumento de precio en los vinos tintos (6%), y también en el mosto (7%). “Por todas estas razones, el Consejo, por unanimidad, ha decidido esperar. Si llega a ocurrir algo, eventualmente se puede decidir una intervención, pero en principio, la mirada está puesta en los primeros días de noviembre”, agregó.
Las razones por las que se creó el Banco de Vinos
La misión de la entidad, tal como recordó Aciar, es “estabilizar el ciclo de precios en el mercado vitivinícola”. Los valores se han venido tonificando en el último año, y se han estancado en el último mes (con cierta erosión por el factor inflacionario), pero que por el momento no demandan de una intervención.
“Muchos señalaron que es muy fino el límite entre este sobrestock y el equilibrio, porque cualquiera de las variables podrían cambiar, y dar vuelta la situación. Por ejemplo, la escasez de botellas que está afectando al consumo interno podría terminar, y ese exceso tan marginal, se absorbería”, señaló Aciar.
Asimismo, consideró que cuando se intervenga, se hará para producir un verdadero efecto en el mercado, por volúmenes considerables, y no solo para probar la herramienta.
Durante la reunión también estuvo presente el subsecretario de Agricultura y Ganadería de la provincia, Sergio Moralejo, quien resaltó la prudencia del Consejo, en el que participan representantes de toda la cadena vitivinícola, desde productores hasta trasladistas.
Los stocks vínicos podrían volver a incrementarse
En el último informe de Coyuntura de IERAL, sobre el “Panorama vitivinícola al primer semestre de 2021”, los economistas Gustavo Reyes y Jorge Day, estimaron que “si continúa las tendencias observadas en consumo y exportaciones, se puede estimar que los stocks vínicos volverán a incrementarse, y en algún momento a los precios de uvas y vinos volverá a costarles seguir el ritmo inflacionario”.
Entre los mecanismos disponibles para reducir dicho stock, los economistas destacaron la participación de las exportaciones a granel: “para lograr esas grandes ventas, se requiere además de precios bajos en dólares (que aliente a los importadores a comprar) y un dólar caro (para que el negocio sea rentable para el exportador argentino). También ayuda cuando hay pobres cosechas de uva en otros países”.
En este contexto, el cepo perjudica al exportador, porque no recibe un dólar blue de $ 180 aproximadamente, sino uno oficial de $ 100. Una opción es exportar a granel, con menores montos, y fraccionar en el exterior, obteniendo mejores precios. Claramente, esta modalidad no ayuda al cluster de proveedores en Mendoza y de otras provincias vitivinícolas.
Asimismo, la exportación de mostos, cumple un rol similar a los graneles, como una solución a la sobreproducción de uvas. Durante 2021, con menores stocks vínicos, se redujo el porcentaje de uvas que se destinaron a la elaboración de esos jugos de uva (mostos). Por eso, también vienen disminuyendo sus cantidades exportadas. En materia de precios, ha habido un cierto incremento en dólares. El problema es que hay mayor oferta del resto del mundo, lo cual frena en parte a ese aumento en precios.
“Un punto de incertidumbre entre los exportadores es la dinámica que tendrá el dólar oficial luego de las elecciones. Los pronósticos disponibles consideran que podría tener un incremento mayor luego de octubre, pero no en forma abrupta. En realidad, es claro el riesgo cambiario existente, al proyectar la probable dinámica de las reservas del Banco Central, especialmente cuando dejen de entrar tantos dólares por la soja y aumenten las salidas por pago de deuda y por una posible apertura del turismo emisivo. Pero es muy difícil saber cuándo se producirá ese momento. Por el momento, la probabilidad de una fuerte devaluación luego de las elecciones no son tan altas, como muchos temen, en parte por la entrada de fondos con los DEGs del FMI, pero tampoco es cero”, explicaron los especialistas.
“Resumiendo, el mundo en recuperación y menores costos argentinos en dólares brindan las condiciones para aumentar las exportaciones. Pero el contexto de incertidumbre económico no las favorece”, cerraron.