Una consultora privada dio a conocer un informe que alertó sobre la inflación de alimentos en la primera semana de marzo, alcanzando un 3,6%, superando los registros de la semana anterior. Esta preocupación surge tras conocerse las listas de precios enviadas por los fabricantes de alimentos a las grandes cadenas de supermercados.
A pesar de la estabilidad del dólar, que registra un aumento mensual del 2% en el mercado oficial y una disminución en los “financieros”, algunos funcionarios buscan estrategias para combatir la inflación en el sector alimentario. Se convocará a las cadenas de supermercados en la Secretaría de Comercio con el objetivo de modificar las políticas comerciales.
Cuál es el plan del Gobierno para bajar lo precios de los alimentos
Una de las medidas del plan de Gobierno es que se buscará que en lugar de promociones como el 2x1 o descuentos del 70% u 80%, se apliquen directamente reducciones en los precios por unidad de venta, permitiendo así una mejor medición por parte del INDEC y una potencial disminución de la inflación.
En medio de estas preocupaciones, tanto el ministro de Economía como el presidente Javier Milei expresan en redes sociales la reaparición de promociones en supermercados como señal de una tendencia a la baja de la inflación.
Ante este escenario, el exministro Domingo Cavallo recomienda al actual ministro Caputo convocar a las empresas formadoras de precios para transparentar la dinámica de los precios, no solo en alimentos sino también en medicamentos. Cavallo destaca la necesidad de evitar aumentos exagerados y sugiere que el sector privado colabore más para que el mercado funcione correctamente.
Las grandes cadenas de supermercados argumentan dificultades con los costos, ya que los proveedores replican la inflación pasada y aplican aumentos mensuales en insumos y logística, sumado a los costos salariales regidos por paritarias. No obstante, algunos empresarios reconocen la posibilidad de una fuerte baja en los precios de alimentos en los próximos dos meses, ya que los proveedores dejarían de tener incentivos para aumentar.
El diálogo entre el Gobierno y las empresas fabricantes destaca la necesidad de adaptarse a la nueva realidad económica lograda por el equipo económico. Sin embargo, la incertidumbre persiste respecto a si la sociedad podrá acompañar este camino en medio de una profunda caída en las ventas.