La carne aumentó alrededor de un 15% este fin de semana en Mendoza, y se suma a los incrementos de productos básicos de la canasta alimentaria que han sufrido subas desde mediados de julio (5% promedio). Por otro lado, la secretaria de Comercio interior autorizó un aumento del 5% de la materia prima de los panaderos, y el sector también incrementaría los precios en los próximos días.
Además de los precios, los empresarios dan cuenta de diferente inconvenientes para abastecerse de nuevos productos. Paros en fábricas ubicadas en Buenos Aires (por huelgas salariales, o restricciones asociadas al Covid), y también en la Hacienda, que terminan por complicar el panorama.
Carne de vaca, pollo y cerdo
“El mercado de la carne se maneja por oferta y demanda, nosotros hace una semana vimos que el ingreso hacia Hacienda disminuyó, y se produjo un incremento del 10%. No se trasladó a precio porque esperábamos que se normalizara la situación (luego de que finalizaran diversos conflictos sindicales), pero se sostuvo el incremento, y desde la Cámara de Abastecedores de Carne se decidió trasladar el incremento”, explicó el empresario de la carne José Rizzo, presidente de la cámara en Mendoza.
El empresario destacó que uno de los factores que implica el incremento, además de una disminución en la oferta, es que aumentó el precio de “reposición del ternero”, lo que supone que para recriar un animal, y que pase a ser “novillo”, hoy hay que considerar costos 20% más altos.
“Estábamos con una media res de $ 210 o $ 215, y hoy estamos hablando de $ 230 o $ 235 el kilo, ese aumento es el que la gente va a notar en los cortes más demandados. Pero hay cortes que no se pueden aumentar en la misma medida, como el hueso, o la picada”, agregó.
Así, los nuevos valores de referencia son: para el kilo de asado entre $ 380 y $ 390 (de $ 320 a $ 350 que costaba hasta fines de julio); el kilo de vacío pasó de $ 380 a $ 420; para la tapa de nalga o paleta los nuevos valores de referencia van de los $ 330 a $ 360 por kilo, el roast beef pasó de $ 310 a $ 350 por kilo, la costeleta de $ 330 a $ 360 y el kilo de lomo, que se cobraba en alrededor de $ 440, hoy va de los $ 480 a los $ 500.
“Estos son los valores de referencia que el mercado va a actualizar esta semana, ya que venimos sufriendo estos incrementos desde la semana pasada, y no los habíamos trasladado creyendo que respondían a un problema gremial, o temporal, pero hoy fue el último día de mercado, y con una entrada considerable a Hacienda, se mantuvieron los aumentos”, agregó Rizzo.
El empresario también señaló que se esperan precios más altos para el pollo (entre un 10% y un 15%), y para el cerdo, en igual medida.
“Un pollo congelado que salía alrededor de $ 80 a $ 90, pasará a valer entre $ 90 y $ 100 por kilo; y para el de granja los precios pasarán de $ 140 a entre $ 150 y $ 160. Puede haber costos más bajos, pero esos serán los precios de referencia”, sumó el titular de la Cámara de Abastecedores.
En cuanto al consumo, si bien “el efecto cuarentena” hizo que se retrajera la compra de asado, el empresario comentó que “la gente busca la misma cantidad de proteína”, pero se producen reemplazos por carne de pollo o cerdo.
El precio del pan
Por otro lado, la Secretaría de Comercio Interior, a cargo de Paula Español, autorizó un incremento que llegaría al 5% en el valor de la harina, uno de los principales insumos para la elaboración del pan. Esto despertó malestar en los panaderos de todo el país que se encontrarán con dificultades para trasladar el incremento a precio, por las graves consecuencias económicas de la pandemia del coronavirus.
En Mendoza, el titular de la Asociación de Panaderos, Juan Pedro Carrillo, señaló que “es más factible que puedan empezar a cerrar panaderías a que se produzcan aumentos”.
El empresario explicó que el sector vive una situación crítica.”Se producen movimientos de precios en casi todas las materias primas, pero las ventas se han desplomado de tal forma que nos están preocupando las decisiones que vamos a tener que tomar”, señaló.
Desde el comienzo de la cuarentena que el sector se enfrenta a una caída en la demanda de productos dulces, productos destinados a cafeterías y bares que también tienen una menor actividad. Desde marzo alertaban sobre una caída en las ventas que alcanzó el 70%.
Precios máximos y cuidados
En los supermercados, no se han producidos aumentos en los costos más allá de los autorizados por el Gobierno Nacional, y esta situación sirve para desacelerar el aumento general de precios. En cualquier caso, las subas permitidas desde mediados de julio oscilan entre el 2% y el 4,5%, para Precios Máximos, y del 4% y el 6%, contra los precios vigentes al 6 de marzo.
“Las categorías que están contempladas en los acuerdos son bastante abarcativas de todo el surtido que tenemos, y en el caso nuestro estamos aceptando los aumentos correspondientes fijados por normativa, y eso es lo que se traslada a precio. Y si se produce algún desvío en alguna intención de algún proveedor o algo, lo revisamos con la secretaría de Comercio, para evitar diferencias”, explicó Juan Pablo Quiroga, gerente de Relaciones Institucionales de Walmart.
Por su parte, el empresario Rubén David, del mayorista Oscar David, comentó que es difícil identificar los problemas del mercado hoy en día, porque reciben producto en oferta, pero también algunas marcas “les venden en cuotas” por fábricas que están trabajando a media capacidad, o porque al finalizar una huelga se reabastece primero Buenos Aires, y poco queda para el interior del país.
“En algunos productos hay poco stock, y los suben por las dudas, en electrónica no hay nada, y ahora van a llegar televisores, pero de un solo tamaño. No encontramos la vuelta al sistema, pero mientras el dólar siga aumentando algunos productos que tienen componentes dolarizados van a seguir el mismo rumbo. Pero no podemos entender cómo con caídas en las ventas del 20% nos están cuotificando”, cerró.
Atraso en los precios
La situación general tendrá su correlato en los índices de inflación que se conozcan en los próximos días, y de acuerdo con el economista José Vargas, titular de Evaluecon, serán más altos a medida en que se retomen las actividades paralizadas por la cuarentena.
“Tuvimos prácticamente 60 días sin actividad, con precios congelados en bienes y servicios, y aun así en junio se registró un aumento de precios en torno al 2%, muy por encima de lo que formó la Nación, y en un mes que no es estacional”, recordó Vargas.
En este contexto, y de acuerdo con el economista para julio podemos esperar un indicador más alto, porque los precios tienen un cierto con cierto atraso de costos que aumentaron en los primeros meses del año y que no se alcanzaron a trasladar antes del 20 de marzo, y “en los meses siguientes podremos esperar aumentos mayores, pero dependerá del tipo de cambio, de cómo afecte a los precios la brusca emisión del BCRA y de la demanda”.