General Motors le otorgó por décimo vez consecutiva la distinción como uno de los mejores concesionarios de la marca Chevrolet en Sudamérica. El premio Club del Presidente reconoce el desempeño y la dedicación en las áreas de venta, postventa, capacitación, instalaciones y servicio al cliente que ofrecen los agentes de la marca del listón dorado en el Conosur. Este año, Adrián Yacopini recibió al distinción en Brasil; lugar que fue elegido para la celebración del evento que convocó a los mejores representantes de la automotriz de Brasil, Chile, Colombia, Paraguay, Perú y Uruguay.
“Me había iniciado en la actividad con la venta de baterías, luego con venta de camiones”, cuenta Adrián Yacopini sobre una trayectoria que lo a impulsado a transformar un sueño en un territorio que congrega a varias marcas de peso. Hace muchos años, cuando Chevrolet eligió Mendoza para presentar su línea de bicicletas de MTB y paseo, su padre contó que había comenzado como ayudante de un bicibletero, y que fue creciendo en los negocios a medida que sus hijos también fueron creciendo…
“En 2005 iniciamos la concesionaria Chevrolet en la calle San Martín Sur” le comenta a Los Andes el “Chino” Yacopini. Casi 20 años después de trayectoria con esta marca, sostiene “Poder recibir por décima vez este reconocimiento de General Motors a mí me llena de orgullo, porque son un montón de cualidades las que realmente hay que tener para obtener este premio”. Un hecho que no sólo marca un récord para la marca, sino que evidencia el trabajo, esfuerzo y compromiso de todo un equipo de trabajo.
“Lo hemos ganado con mucho sacrificio, con un capital humano muy importante, de primera categoría, muy formado y dedicado a la excelencia, a la satisfacción del cliente y a estar siempre predispuesto a mejorar”, aclaró. Yacopini había contado que desde un principio su horizonte había sido claro, sin importa el producto, el desafío era “ofrecer servicios de calidad, enfocado siempre en la satisfacción del cliente”.
En cuanto a la innovación que hemos generado, el empresario no duda en señalar que desde la creatividad, “generamos acciones para estar presentes en cada detalle, darle una alegría al usuario o al comprador del vehículo, y en eso se destaca la excelencia de Yacopini”, que le ha permitido entrar durante una década al selecto Club del Presidente, una distinción que fue instituida por General Motors en 2005 y cuya presente edición se celebró en Rio Das Pedras, un resort entre el bosque y la playa con instalaciones de lujo.
Una aventura emprendedora
Yacopini comentó que inició su camino empresarial con la venta de baterías, negocio que posteriormente amplió con la venta de camiones, autos y motos. Luego de un importante camino recorrido, es interesante conocer cuál es su visión sobre el por qué se ha transformado en un empresario exitoso. Cómo definiría el empresario de éxito, fue la pregunta: “Es al que nunca se cansa, el que sigue adelante a pesar de un montón de adversidades, el que está preparado para emprender desafíos muy largos y con la paciencia necesaria para ver grandes resultados”.
El “Chino” Yacopini hace un pequeño silencio, y agrega “obviamente, siempre con la consigna de ayudar”. Detrás de ese silencio, se construye la diferencia del liderazgo. “Es el resultado del trabajo en equipo, del compromiso de cada uno de nuestros colaboradores y de un enfoque constante en la innovación”, afirma. Para él, el recurso humano es uno de los pilares fundamentales de su éxito. “Creo que la clave del éxito es no cansarse, porque la continuidad llega al éxito seguro”. Una filosofía lo ha guiado tanto en su carrera empresarial como en su pasión por el automovilismo, donde enfrentó los caminos del Rally Dakar como piloto o navegante.
“En los últimos años, el gran desafío de Yacopini Motor fue obviamente atravesar la pandemia, poder estabilizarnos y seguir adelante”, cuenta el empresario que está expandiendo a San Juan y montará un concesionario multimarcas en Rawson, en donde por años estuvo la bodega de Vinos Maravilla, en la intersección de calles Paula Albarracín de Sarmiento y San Lorenzo.
En un país donde los cambios políticos y económicos son constantes, Yacopini demuestra una capacidad excepcional para adaptarse y mantener su competitividad. Su experiencia como empresario y piloto de Rally le ha enseñado a “surfear la ola”, como él mismo lo describe, enfrentando los retos con determinación y estrategias innovadoras. La pandemia, la inflación, la recesión y la inestabilidad económica pusieron a prueba la resiliencia del equipo. Pero reconoce que no es una situación general y al hablar sobre su visión del país, agrega: “El desafío de este Gobierno es lograr un mayor capacidad de consumo, mayor estabilidad y realmente generar nuevos recursos para que la actividad se siga moviendo como esperamos para el 2025″.
Mendoza: Un modelo de emprendimiento
Adrián Yacopini también resalta el papel de Mendoza como un ejemplo de emprendimiento en Argentina. “El empuje del mendocino se refleja en el turismo. Mejoramos temporada tras temporada, aprovechando los recursos naturales y culturales de la provincia”, destaca. La actividad en las bodegas, la Vendimia, los eventos internacionales y la infraestructura turística de alta calidad colocan a Mendoza como un destino competitivo en el mercado global.
“En la actualidad, la posición que ocupa Mendoza es un privilegio debido al empuje del mendocino a ser tan emprendedor”. Para Yacopini, el turismo es un motor económico clave que contribuye al desarrollo de la provincia y está a la altura de la oferta internacional, por su hotelería y servicios. “Nuestra geografía, clima y oferta turística nos posicionan como un destino de primer nivel. Esto es motivo de orgullo y nos impulsa a seguir trabajando para el crecimiento de Mendoza”.
También ha elogiado los esfuerzos de los líderes políticos locales. En particular, destacó la gestión de Alfredo Cornejo en Mendoza, quien ha trabajado para mejorar la situación económica de la provincia en medio de una crisis nacional.
Un líder en tiempos de cambio
Con una década de liderazgo el el país con una de sus unidades de negocio en el sector automotriz y numerosos reconocimientos internacionales, Adrián Yacopini no se detiene. Su visión sigue enfocada en el crecimiento, la innovación y la excelencia. “Quiero que todos los mendocinos estemos bien, que podamos disfrutar de nuestras fiestas y empezar cada año con esperanza. Esa es mi mayor motivación para seguir adelante”, concluye.
El sueño de Adríán “Chino” Yacopini, que fue reconocido como el empresario mendocino del año en 2018, se fue armando con palabras como esfuerzo, creatividad y paciencia alcanzó las dimensiones de un territorio. El hijo de aquel joven ayudante de bicicletero, que habla de sus orígenes con un orgullo particular, fue transformando los desafíos en oportunidades, para posicionarse en la actualidad como uno de los empresarios más influyentes de la región.
Una prueba de ello son los diez galardones que le otorgó la compañía General Motors, en la última década, como testimonio de la excelencia en la industria automotriz de Sudamérica.