Con la crisis de la deuda aún sin definición, el Gobierno nacional explota al máximo la emisión monetaria, el único recurso disponible para tratar de capear la crisis económica que el coronavirus profundizó en la Argentina. La demanda de Tesoro alcanzó niveles récord y superó la capacidad de la Casa de la Moneda para imprimir, por lo que ahora se abrió una licitación internacional para importar 250 millones de billetes de 500 pesos.
El martes 7 de julio, la Sociedad del Estado Casa de Moneda (SECM) salió a buscar proveedores internacionales para comprar una partida de 250 millones de billetes de 500 pesos, con la figura del Yaguareté.
El proveedor que salga adjudicado, deberá hacerse cargo de la impresión y de la terminación. Aunque también la oferta también incluye la posibilidad de que empresas imprentas locales presenten sus ofertas para acceder a la licitación, se prevé que finalmente la tarea quedará en manos de una firma extranjera, fundamentalmente, por el monto solicitado.
Las compañías del exterior deberán incluir en su propuesta el costo adicional por la entrega de los billetes en el Puerto de Buenos Aires o en el Aeropuerto Internacional de Ezeiza. El objetivo es recibir los primeros 100 millones de billetes el 26 de agosto, otros 100 millones el 25 de septiembre y los 50 millones restantes, el 15 de octubre.
La firma que salga adjudicada también deberá costear el servicio de traslado del papel que se utiliza para imprimir esos billetes, que lo suministrará la SECM desde Alemania.
“Una vez emitida la orden de compra correspondiente, SE Casa de la Moneda suministrará a la firma adjudicataria las series y numeraciones de los billetes a imprimir. La empresa adjudicataria deberá presentar junto con las entregas, el detalle de las numeraciones de los billetes entregados y de aquellos que fueron descartados”, se indicó en el documento sobre las especificaciones técnicas de la compra.
Los efectos de la extrema emisión monetaria ya constituyen una de las principales preocupaciones respecto al futuro de la economía local, fundamentalmente por su impacto en la inflación en el segundo semestre.
Es que, contenidos por el congelamiento de las tarifas, el cepo al dólar y las medidas oficiales para evitar aumentos y el desplome del consumo por la cuarentena contra el coronavirus, los precios minoristas acumularon en la primera mitad del año un salto de 13,6 por ciento, según informó el propio Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (Indec).
Pero los relevamientos oficiales, fundamentalmente los que realiza el Banco Central que conduce Miguel Pesce, plantean que todas las proyecciones auguran un recalentamiento de la inflación en los meses restantes.
Según el último Relevamiento de Expectativas del Mercado (REM) de la autoridad monetaria, los representantes de los bancos, las consultoras y los centros de investigación coinciden al vaticinar que los precios terminarán el 2020 con una carrera acumulada del 40,7% interanual.