Economía, un año difícil para Mendoza

Desde los datos oficiales a los privados, hay coincidencias en que la economía nacional ha entrado en un proceso recesivo, suave y dispar, pero recesivo al fin. Para la mayoría, desde el último trimestre del año pasado y confirmado en el primero de este a

Economía, un año difícil para Mendoza

Lo que está ocurriendo era esperable, tanto para especialistas como empresarios, a partir de diversas medidas adoptadas por el Gobierno, tales como el fuerte aumento de las tasas de interés, luego de la devaluación de enero, y la persistencia de restricciones a las importaciones. Ajustes salariales que han impactado fuertemente en los costos de producción, especialmente en los sectores intensivos en mano de obra que estaban trabajando con baja o nula rentabilidad. Pero sobre estos factores concretos sobrevuela un elemento clave instalado ya desde hace tiempo en el país: la desconfianza, la falta de credibilidad en el Gobierno.

Importantes sectores económicos descreen que el Gobierno tenga voluntad y capacidad técnica para encarar el problema de fondo, que nos afecta a todos, la inflación. Ésta se mantiene en niveles muy altos y, a medida que se aproximan los plazos electorales, la incertidumbre se hace más intensa, tanto para empresarios como para consumidores. Inflación, recesión, suspensiones o despidos estimulan expectativas pesimistas, disminuye el gasto de las familias y las inversiones de las empresas.

Es de lamentar que esta situación de nuestra economía obedezca casi exclusivamente a malas políticas internas, ya que el contexto internacional es favorable a una economía fuertemente agroindustrial como la nuestra.

En el cuadro de la economía nacional aquí esbozado es impensable que la economía de una provincia pueda seguir un curso diferente. En nuestro caso se agregan algunos factores específicos que es posible que hagan un poco más pesado el trance hasta el próximo año. Hay situaciones coyunturales que responden a hechos de la naturaleza, como fueron las reducidas cosechas de frutas y algunas hortalizas, con serio impacto sobre toda la cadena productiva, que no se pueden modificar por más voluntad humana que se ponga.

En otros casos, como en la producción de uvas, los resultados han sido mejores que los esperados y paradójicamente aparejan problemas de precios, rentabilidad y pujas distributivas. A raíz de estas situaciones se advierte la reaparición de algunos viejos preconceptos que en su momento produjeron daños innecesarios en la economía y en la sociedad en general. Nos referimos a enfrentamientos e imputaciones entre actores que participan de una misma cadena productiva.

En circunstancias difíciles como las que estamos viviendo, ese camino que consiste en pedir al Gobierno que quite algo a unos para darle a otros no sirve para superar los problemas. Por el contrario, los agravan, acorta el horizonte de la visión económica, altera los ánimos, impide pensar.

La prioridad debe ser que el sector agroindustrial, que tiene un fuerte impacto en toda la vida provincial, pueda realizar las tareas culturales y el cuidado de los productos elaborados de la mejor manera posible para llegar a las próximas cosechas. Subsidiar salarios, reducir cargas sociales, postergar o eximir el pago de impuestos, tasas municipales, subsidiar tasas de interés para quienes puedan acceder al crédito bancario son caminos válidos y necesarios.

Eliminar las múltiples trabas al comercio con Brasil y otros mercados, también. Afortunadamente, la tasa de desocupación, más allá de la discusión del número, ha sido y es baja en relación con otros centros urbanos. Por otra parte, hay expectativas de que la sanción de la ley que reduce los impuestos al trabajo pueda tener efecto sobre la ocupación.

Ahora bien, hay cuestiones estructurales en la economía de Mendoza que es necesario revisar, analizar y pensar en soluciones factibles a mediano y largo plazos. Quizá el caso más emblemático haya sido el fracaso del proyecto Vale de sales de potasio. La provincia perdió una inversión de miles de millones de dólares porque no se pudo o no se supo encarar una negociación enérgica con el Gobierno nacional. En algún momento habrá que discutir cual es la posición que la provincia adoptará con respecto a la minería. Una situación similar parece estar ocurriendo con las obras hidroeléctricas largamente prometidas y con muy pocos avances.

Tenemos algo para ofrecerte

Con tu suscripción navegás sin límites, accedés a contenidos exclusivos y mucho más. ¡También podés sumar Los Andes Pass para ahorrar en cientos de comercios!

VER PROMOS DE SUSCRIPCIÓN

COMPARTIR NOTA