En nuestro país, no son muchos los estudios que hayan evaluado el efecto de la repetición de incendios forestales sobre un mismo ecosistema. Estos estudios son particularmente necesarios en regiones que se queman recurrentemente como los bosques secos subtropicales.
Un reciente trabajo en colaboración entre investigadores del Instituto Multidisciplinario de Biología Vegetal (Imbiv-Conicet-UNCórdoba) y del Instituto Argentino de Nivología, Glaciología y Ciencias Ambientales (Ianigla-Conicet-UNCuyo), ha iluminado el camino para comprender cómo el fuego es capaz de moldear a la naturaleza a lo largo del tiempo.
Este trabajo, que estudió la influencia de los incendios sobre la diversidad vegetal y el suelo, fue realizado en una región de bosques secos subtropicales que se encuentra cerca de Carlos Paz, importante centro turístico de la Provincia de Córdoba.
La región seleccionada para esta investigación se encuentra separada en dos partes por la autopista que une la ciudad de Córdoba con Carlos Paz. Esta división artificial, existente desde 1971, actuó como un cortafuego generando dos situaciones muy diferentes respecto al número de incendios de uno y otro lado de la autopista.
Antes que nada, es bueno precisar cómo puede conocerse la cantidad de incendios que han afectado una región cuando no existen registros oficiales de este tipo de eventos, ya sea que se originen de forma natural (durante tormentas eléctricas) o artificial (debido a la negligencia humana).
“Grabar” su historia
La mayoría de los árboles poseen la capacidad de "grabar" su historia en los anillos internos que forman parte de sus troncos. El crecimiento de muchas plantas leñosas es típicamente estacional (por lo general aumenta cuando las condiciones son más cálidas y lluviosas, y se detiene cuando el clima es más frío y seco). Estos cambios en el crecimiento van formando anillos concéntricos bien diferenciados, correspondiendo cada uno a un año de la vida de ese árbol. Así, conociendo la cantidad de anillos que posee el tronco de un árbol podemos saber su edad exacta. Pero también pueden "leerse" fenómenos que pudieron afectar su crecimiento y que dejaron cicatrices en el anillo del año en el que, por ejemplo, hubo una gran sequía o un incendio.
Hablamos de una "historia ambiental" que queda impresa en los anillos de crecimiento de los árboles.
A través de este estudio, los investigadores lograron conocer con gran precisión los años en que existieron grandes incendios en el pasado, utilizando como un verdadero "archivo natural" a uno de los árboles más emblemáticos y resistentes de la zona, el molle (Lithraea molleoides).
Los investigadores encontraron que la periodicidad de incendios fue muy diferente de uno y del otro lado de la autopista. En la zona "sur", cuyo aspecto recuerda al de una sabana, descubrieron una alta incidencia de fuego en el pasado (10 incendios en los últimos 80 años), mientras que en la zona "norte", más boscosa, se registraron muy pocos incendios en el mismo período de tiempo (entre 1933 y 2015). Este resultado les permitió comprender cuan influyente fue la acción del fuego en la diversidad actual de la vegetación y en la calidad del suelo.
En primer lugar, se estudiaron los diferentes tipos de plantas que abundaban en ambas zonas, encontrándose diferencias muy marcadas. Mientras que la zona con pocos incendios poseía una gran cantidad de árboles y plantas trepadoras, en la región con reiterada ocurrencia de fuegos se encontró un alto número de especies, pero que en su mayoría eran arbustos, hierbas y pastos. En este último caso, el pasto más abundante resultó ser el "pasto rosado" (Melinis repens), una especie originaria de África que es considerada una maleza nociva en varias partes del mundo en donde fue introducida.
Los estudios de suelo también mostraron cambios radicales entre ambas zonas. Si bien la cantidad de materia orgánica y nutrientes del suelo parecían conservarse entre ambos sectores separados por la autopista, se registró una menor profundidad del suelo en el sector con más incendios, probablemente originada por la pérdida de cobertura vegetal y el alto grado de erosión a que esa zona fue sometida luego de cada incendio.
Esta pérdida de suelo conllevaría a una menor disponibilidad de nutrientes y agua para la vegetación.
Cambios drásticos
Si bien en la zona de alta incidencia de incendios también se pueden encontrar molles (aunque en un número mucho más bajo), su capacidad de crecimiento se encontró muy afectada por el continuo efecto del fuego, demostrando que este tipo de fenómenos periódicos afecta de manera notable la productividad del bosque. Por otro lado, la abundancia de pasto rosado, que se adapta mucho mejor que otras especies a la pérdida de suelo, contribuiría en gran parte a que estos sucesos sean cada vez más frecuentes, ya que este tipo de plantas son altamente inflamables.
Todos estos resultados demuestran que una alta frecuencia de incendios en este tipo de bosques conduce a cambios drásticos en la abundancia vegetal, junto con una reducción en la profundidad del suelo debido a un mayor grado de erosión. Si este tipo de fenómenos persisten, es muy probable que la frecuencia de los incendios siga aumentando, y continuaría perdiéndose suelo hasta llegar a condiciones críticas que no permitan el desarrollo de la vegetación. Estos resultados no hacen más que demostrar que es necesario llevar a cabo acciones urgentes de restauración del bosque seco subtropical, tratando de evitar el inicio del fuego (particularmente el asociado con acciones del hombre) y disminuyendo el avance de especies exóticas como el pasto rosado. Comprender los efectos del fuego en diferentes ecosistemas es esencial para evitar generar daños irreparables y conservar recursos indispensables como la biodiversidad y los suelos.
Referencias
Publicación citada: "A 55?year?old natural experiment gives evidence of the effects of changes in fire frequency on ecosystem properties in a seasonal subtropical dry forest" (2018). Kowaljow, E., Morales, M.S., Whitworth?Hulse, J.I., Zeballos, S.R., Giorgis, M.A., Rodríguez Catón, M. & Gurvich, D.E. Land Degradation and Development 30(3): 266-277. Enlace para descarga: https://doi.org/10.1002/ldr.3219