Por el eclipse solar, hay ciertas medidas de seguridad para disfrutarlo sin secuelas en la vista. Sin embargo, en las redes sociales se viralizó una cadena de WhatsApp que alerta sobre consejos falsos, que apelan más a la paranoia antes que a la información.
"Este mensaje es para alertar de manera urgente a la población argentina sobre el eclipse que se producirá el próximo martes 2 de julio. No es un eclipse común y corriente. Es un fenómeno atípico. La NASA sigue estudiando al respecto. Las provincias de San Juan y Mendoza serán las más afectadas", dice el mensaje.
Y además advierte erróneamente: "La tormenta solar producirá derretimientos inmediatos de retinas y ceguera permanente".
En ese sentido, el texto pide que no hay mirar el que Sol con ningún elemento, desconectar dispositivos electróncios, no salir de la viviendas hasta que termine el fenómeno y portar bronceadores de alta graduación. Todas estas versiones son falsas y erróneas.
¿Con qué sí hay que protegerse?
Sí es cierto que es crucial concientizar a quienes no quieren perderse de este fenómeno astronómico porque las lesiones que puede causar tanto al ojo como a la visión pueden ser irreversibles.
- Hay que observar el eclipse a través de los filtros necesarios para evitar daños oftalmológicos. Se trata de lentes diseñados especialmente:
- Pueden usarse
- Otra opción es la
- No se pueden utilizar anteojos de sol comunes
¿Por qué no hay que mirar directamente al Sol?
"El Sol a través de sus radiaciones genera un daño a nivel molecular y nivel celular en la parte más importante de la retina que se llama mácula, que es la encargada de ver el detalle, es decir, es la que nos permite leer, reconocer rostros, etc. Se encarga de la visión central y la visión en detalle.
Entonces al direccionar la visión directamente al sol en este caso, producimos un daño en toda la retina, pero principalmente a nivel de la mácula y esto puede generar lo que se llama una maculopatía es decir, una afección y generar así un daño irreversible con una disminución de la visión", explicó a Los Andes Pablo Ruiseñor Vázquez, médico oftalmólogo especialista en retina.