Ébola, sobrevivientes luchando contra el prejuicio

La población de Sierra Leona está afectada por un profundo temor a causa de la epidemia que la golpea desde mayo del año pasado. Este pánico la ha llevado a discriminar a sus congéneres que lograron sobrevivir a la enfermedad.

Ébola, sobrevivientes luchando contra el prejuicio
Ébola, sobrevivientes luchando contra el prejuicio

Fátima Kamara sobrevivió al ébola. Ahora cuida niños como enfermera en un centro de tratamiento para ébola en Kenema, Sierra Leona. Pero sus vecinos desconfían de ella, pese a su certificado de buena salud. Algunos dicen que su casa es un “recinto de ébola” y evitan tomar agua de su pozo.

La historia de Kamara no es rara. Por toda Sierra Leona, sobrevivientes del ébola trabajan como enfermeros, cuidadores, asesores, organizadores y trabajadores sociales, buscando frenar la diseminación de la enfermedad que amenazó sus vidas

. Pero también luchan contra la discriminación y el estigma, contra problemas de salud perdurables y la pobreza; legado de la actual epidemia de ébola que apenas ahora está empezando a ser encarada, siete meses después de que el virus emergiera en el país.

Un sondeo de noviembre comisionado por el Fondo para la Infancia de las Naciones Unidas (Unicef) encontró que 14 por ciento de los participantes de Sierra Leona no acogería otra vez a un vecino que se hubiera recuperado de la enfermedad, y 31 por ciento dijo que no compraría verduras a un tendero que hubiera sobrevivido a una infección de ébola. En general, 46 por ciento de los encuestados admitió alguna forma de sesgo contra los sobrevivientes del ébola.

Es una mejoría respecto a un sondeo conducido en agosto, en el que 94 por ciento de los participantes mostró actitudes negativas.
Ahora, las autoridades sierraleonesas están organizando tres conferencias, con ayuda de la Unicef con el fin de ayudar a los sobrevivientes que trabajan para reintegrarse a sus comunidades. La primera empezó el 18 de diciembre.

La idea es proveer un foro donde la gente que ha sobrevivido al ébola pueda compartir sus experiencias. En un encuentro similar realizado en octubre en Kenema, muchos sobrevivientes dijeron no haber podido reemplazar posesiones (como ropa y cama) destruidas mientras estuvieron en tratamiento.

Como resultado, las organizaciones empezaron a dar a los sobrevivientes “paquetes de liberación” con artículos como colchones, dice Matthew Dalling, director de protección infantil de la Unicef en Sierra Leona.

Sobreviviendo al estigma

Parte del prejuicio en Sierra Leona viene del hecho de que antes del año pasado nunca se había reportado ébola en el país. Poca gente de aquí espera que alguien salga vivo de un pabellón de ébola.

Bintu Massaquoi asesora pacientes con ébola en un centro de tratamiento de Bo, manejado por Médecins Sans Frontières (MSF, también conocido como Médicos Sin Fronteras). Cuando Massaquoi dice a los pacientes que han sobrevivido al virus, a menudo no le creen, hasta que les muestra su certificado de alta de una instalación de MSF donde la trataron.

“Hay algunos pacientes que han perdido a casi toda su familia”, dice Massaquoi. “Pudieran estar pensando: ‘Pronto moriré, porque he perdido a todos’”.

Pero incluso entre los pacientes que logran salir, la vida después del ébola puede ser difícil. El empleo es escaso en Sierra Leona, y muchos sobrevivientes han perdido su trabajo o a los que ganaban el pan de la familia debido al virus.

Massaquoi dice que sus vecinos chismean de ella, y su casero la atosiga tanto que está intentando mudarse a una casa nueva. Kamara tiene licencia por enfermedad en su trabajo de enfermera especializada en fiebre de Lassa (que, como el ébola, es una enfermedad viral hemorrágica) en el Hospital de Gobierno de Kenema.

Ella y sus colegas fueron enlistados para luchar contra el ébola cuando se diseminó en Sierra Leona, en mayo. Muchos enfermaron y murieron debido a escasez de personal y equipo protector en el hospital.

Dudas sobre inmunidad

Kamara actualmente cuida niños de menos de 7 años en un centro de tratamiento de Kenema manejado por la Federación Internacional de la Cruz Roja y Media Luna Roja.

Recientemente, Kamara y sus colegas cuidaban a un niño de 5 años y a su hermana de 3. Los niños cantaban entre ellos y jugaban tras capas de vallas, lanzando piedras al aire. No mostraban síntomas de ébola, pero simplemente habían quedado huérfanos como consecuencia del virus. Su madre había muerto un día antes en el centro de tratamiento.

Se piensa que Kamara y otros sobrevivientes son inmunes a la reinfección debido a los anticuerpos para el ébola que desarrollaron mientras combatían la enfermedad. Por tanto, se piensa que las enfermeras que han sobrevivido al virus son aptas para cuidar a niños expuestos. Aun así, los trabajadores toman precauciones, poniéndose equipo “ligero” de protección personal (batas quirúrgicas amarillas en lugar de los trajes blancos Tyvek a prueba de agua que el personal sanitario normalmente usa junto a personas que tienen ébola).

Pero Bailor Barrie, un médico del grupo no lucrativo Partners in Health, basado en Boston, dice que sigue habiendo dudas sobre el tiempo en que los sobrevivientes están protegidos contra la reinfección. “Nadie sabe cuánto tiempo serán inmunes”, dice Barrie, quien también trabaja con la organización no lucrativa Wellbody Alliance, en Sierra Leona. “Simplemente no se quiere arriesgar a nadie”, precisa.

Nadia Wauquier, una viróloga e inmunóloga que trabaja con la compañía Metabiota en el Hospital de Gobierno de Kenema, es más optimista. “Creemos que una vez que se tiene memoria de respuesta inmune (como el desarrollo de anticuerpos), esa respuesta dura y parece proteger contra infecciones para el mismo virus”, considera. Pero esta idea ha sido difícil de probar fuera del laboratorio, y muy pocos sobrevivientes de brotes de ébola han sido estudiados.

Con eso en mente, Partners in Health está contratando sobrevivientes tanto dentro como fuera de los centros de tratamiento, para trabajos que no conllevan contacto con pacientes potencialmente infecciosos. La organización ya ha contratado más de 100 de estas personas

como cocineros, limpiadores y trabajadores comunitarios de salud.
La resistencia de estos sobrevivientes es obvia. Massaquoi, por ejemplo, dice que trabajar con pacientes con ébola le da un fuerte sentido de propósito que contrarresta el impacto de las críticas y discriminación de sus vecinos. "Estoy haciendo lo que creí que era correcto; no solo para mí sino para los demás", agrega.

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