La presidenta brasileña Dilma Rousseff perdió hoy con toda probabilidad a su principal aliado, el centrista PMDB, alineado mayoritariamente con el vicepresidente Michel Temer, y quedará un poco más cerca de su destitución por el Congreso.
El directorio del Partido Movimiento Democrático Brasileño (PMDB) se reunió en Brasilia y anunció por aclamación su decisión de salir del gobierno, según la estatal Agencia Brasil.
Una primera señal de la ruptura se sintió la víspera con la renuncia del ministro de Turismo Henrique Alves, afiliado al PMDB, que argumentó que el diálogo "se agotó".
Otros seis ministros podrían seguir su ejemplo y acatar el llamado de Temer de abandonar los cargos antes del 12 de abril.
El PMDB es la mayor fuerza política del país con 69 diputados y 18 senadores, claves para Rousseff, que intenta contener un proceso de destitución en el Congreso por presunta manipulación de las cuentas públicas.
El gobierno batalla con una severa crisis, alimentada por los escándalos de corrupción de la estatal Petrobras y por una recesión económica de escala histórica.
"Tristeza" de Lula
El impeachment avanza rápidamente y podría concluir hacia mediados de abril si la Cámara lo aprueba por una mayoría de dos tercios (342 de los 513 diputados) y luego el Senado por más de la mitad de sus 82 escaños.
Rousseff sería apartada en ese caso de su cargo por un período máximo de 180 días, hasta que la Cámara alta dé su veredicto final, esta vez por una mayoría de dos tercios.
Y si es destituida, Temer asumiría el poder hasta 2018 con un programa económico liberal, que contempla recortes del gasto público y la revisión de programas sociales y del sistema de pensiones.
Temer no asistirá a la reunión del directorio para no influir en el voto, pero antes habría llegado a un acuerdo sobre la salida del PMDB de la coalición con el presidente del Congreso Renan Calheiros, que era considerado el último hombre fuerte que Rousseff tenía en esta organización política.
El último presidente que tuvo el partido fue Itamar Franco, que asumió precisamente tras la caída de Fernando Collor de Mello en 1992, cuando renunció poco antes de ser destituido por el Congreso.
Temer, un discreto abogado constitucionalista de 75 años, expresó a finales de 2015 su molestia con Rousseff por su "desconfianza" en el PMDB y se quejó de ser tratado como un "vicepresidente decorativo", que "perdió todo protagonismo político".
Y a principios de año, ratificó que el partido iría con candidato propio en las elecciones de 2018.
El PMDB no presenta un candidato a presidente desde 2006, concentrándose en formar alianzas, primero con el partido socialdemócrata PSDB, principal fuerza opositora, y después con el Partido de los Trabajadores (PT) de Rousseff y su antecesor Luiz Inacio Lula da Silva.
"Veo con tristeza que el PMDB quiera apartarse del gobierno", dijo Lula el lunes en un encuentro con corresponsales extranjeros en Sao Paulo.
Lula fue nombrado por Rousseff como jefe de gabinete en un serio intento por reconstruir la alianza herida, pero su designación fue bloqueada en la justicia.
De cualquier forma, en una reunión este lunes en Brasilia, Temer le dijo a Lula que la ruptura con el gobierno no sería postergada, informaron medios de prensa local.
En ese encuentro, Temer le habría reiterado además el "aislamiento" que considera sufrió en el palacio presidencial de Planalto y cuestionado decisiones políticas de la mandataria.
Partido sin presidenciables
Los dos "pemedebistas" que hasta ahora llegaron a la máxima magistratura del país lo hicieron por la vía trágica, como compañeros de fórmula de mandatarios de otras formaciones.
El primero fue José Sarney (1985-1989), quien juró el cargo tras la muerte del jefe de Estado electo Tancredo Neves un día antes de tomar posesión como primer presidente post dictadura (1964-1985).
El segundo fue Itamar Franco (1992-94), que volvió a afiliarse al PMDB (su partido de origen) unos días antes del impeachment contra el presidente Fernando Collor.
Desde 1994, el PMDB no presenta candidatos a las elecciones presidenciales, tras los fracasos rotundos de Ulysses Guimaraes en 1989 (4,7% de los votos) y de Orestes Quercia en 1994 (4,4%).
Sin embargo, ha sido un aliado indispensable tanto de las gestiones del socialdemócrata Fernando Henrique Cardoso (1995-2002) como de Luiz Inacio Lula da Silva (2003-2010) y de su sucesora Rousseff, ambos del Partido de los Trabajadores (PT, izquierda).
El PMDB es el heredero directo del MDB, creado en 1966 como oposición tolerada al régimen militar, y dio cobijo a industriales desarrollistas, a la clase obrera urbana y a militantes izquierdistas después de la derrota de la lucha armada a mediados de la década de los 70. Cambió de nombre en 1979.
Sus huestes empezaron a dispersarse tras el retorno de la democracia. El PMDB conservó poder sobre todo en regiones poco desarrolladas, bajo el mando de caudillos locales.
Actualmente cuenta con siete gobernadores (frente a 5 del PT y 5 del PSDB) y es la principal bancada en la Cámara de Diputados (con 69 escaños sobre un total de 513) y en el Senado (18 escaños de un total de 81).
A escala nacional, estuvo a menudo dividido entre un ala progubernamental y sectores opositores. Con posibilidades de cambiar de bando.
El vicepresidente Temer, un abogado constitucionalista de 75 años que hasta ahora tuvo escasa proyección nacional, multiplicó últimamente los contactos con el líder del PSDB Aecio Neves.
En sus alforjas, trae un programa de cuño liberal, con recorte de gastos públicos y flexibilización de las leyes laborales.
Un programa que según el diario Folha de Sao Paulo "explica por qué (Temer) alcanzaría a lo sumo un 2% de los votos si las elecciones presidenciales (previstas para 2018) se hiciesen actualmente, como lo revela la última encuesta Datafolha".