Las primeras previsiones de la cosecha de durazno en Mendoza eran optimistas, se esperaban 127.421 toneladas para esta temporada, pero las contingencias climáticas de principios de este año implicaron una reducción y se espera que finalmente la cosecha sea 37% inferior a la anterior.
De acuerdo con la Federación Económica de Mendoza (FEM) y cámaras asociadas, existe una "profunda preocupación sobre el precio del durazno para industria" que rondaría los $ 7. No obstante, desde el Instituto de Desarrollo Rural señalaron que una empresa ya ofertó $ 9, precio que en principio superaría al de temporadas anteriores.
Los conflictos en el sector productor se suman a los que ya venían desarrollándose en la industria, después de un año en el que se decretó la quiebra de la conservera Alco-Canale, y se supo que La Colina debió suspender operaciones en enero, y que luego de completar la producción de durazno bajará las persianas para lo que resta de la temporada.
Igualmente, la campaña ya está al 50% de elaboración en la mayoría de los casos, y el presidente de la Cámara de la Fruta Industrializada de Mendoza (Cafim), Raúl Giordano, quien además es socio de la familia Riba -propietaria de Dulcor- en Angiord, explicó que en términos generales, la producción se está completando de acuerdo a lo estimado.
Igualmente, durante la semana, los integrantes de Cafim mantendrán una reunión para tener mayores precisiones porque "todavía hay frutos en frío, y otros que restan cosechar".
"Dentro de las vicisitudes del país y, otras cuestiones que afectan al agro y al comercio también, las fábricas están trabajando a buen ritmo y esperamos llegar al 80% o 90% de producción en los próximos días", sumó Giordano.
Conserveras en dificultades
Esta semana se conoció la situación de la conservera La Colina en San Rafael que atraviesa una crisis que ya lleva tiempo, pero que con cada temporada se agrava más.
La poca producción puso en alerta a todo el sector y desde el sindicato de la Alimentación se han transformado en una especie de mediadores que están buscando que la firma no se caiga, para salvaguardar los 90 puestos de los empleados permanentes y unos 700 trabajadores temporarios.
Mientras tanto, el personal temporario trabajó una quincena en enero y fue suspendido hasta el 15 de este mes cuando retomarían las labores con el durazno pero hasta completar los 350.000 envases que restan. Después todo indica que La Colina no continuará con la elaboración de otros productos enlatados y bajará la persiana para la presente temporada.
La Colina tiene 90 efectivos y 700 temporarios que habitualmente trabajaban hasta mayo o junio, pero ese personal temporario hoy está suspendido. Trabajaron 13 días en enero y ahora están suspendidos hasta el 15, después van a trabajar unos días más y se termina la temporada", indicó Ricardo Bertero, secretario general del sindicato de la Alimentación en San Rafael.
El declive de la conservera comenzó en 2015 cuando se presentó en concurso de acreedores asediada por las deudas principalmente con la Afip.
"A partir del concurso, la empresa ha ido saliendo adelante como ha podido pero en la actualidad no hay inversión por parte del dueño, están faltando envases, insumos. Para esta temporada hay 350 mil envases para completar unas 2 millones de latas de durazno que es lo previsto elaborar y por ahora no van a elaborar otros productos, el dueño ha dicho que necesita asistencia económica", agregó el titular del gremio.
Para el dirigente gremial, "la salvación sería que alguna empresa necesitara elaborar algún producto, tengan sus fábricas saturadas y recurra a La Colina. Eso permitiría que el trabajador esté toda la temporada y la empresa pueda seguir pagando los sueldos como lo viene haciendo hasta ahora, porque los salarios están al día", remarcó Bertero.
Además reclamó posibilidades de financiamiento accesible y acorde "a una empresa de estas características que empieza a invertir en agosto con la compra de hojalata, insumos, después elabora en la temporada y recién termina de vender el producto 8 meses después. Hay que tener espalda para aguantar 18 meses hasta recuperar la inversión", concluyó.
Por el contrario, para los empleados de Alco-Canale, la situación se habría normalizado, la empresa fue alquilada por la firma Dulcor, y según explicó Giordano, "está produciendo a un ritmo importante, a tres turnos".
"La fábrica de Real del Padre ya está produciendo a un ritmo importante, a tres turnos, haciendo mermeladas y falta únicamente la planta de tomates, que está en dudas si llegamos a tiempo con las reparaciones". Según Giordano, la fábrica de Tunuyán está a pleno y la Tupungato está empezando esta semana.
Dulcor operará la planta hasta el 30 de junio, y durante ese tiempo se hará cargo de los costos de operación y de los arreglos necesarios para que la fábrica funcione, lo que implica un monto aproximado de $1,5 millones. Luego, la continuidad de la firma a cargo de la empresa será decisión de la Justicia.
"Por el momento está acordado hasta junio, después el juez dispondrá cómo se va a hacer la venta de la quiebra, y si llegase a ser posible la compra por parte del grupo Dulcor, se tomarían como adelanto las reparaciones que se han hecho, y dependerá de cómo se presente y quiénes se presenten el futuro de la planta. Hasta ahora, lo único seguro es que está alquilada hasta junio", agregó el empresario.
Ex Matas: a la espera de la Justicia
La subasta por la fábrica de más de 2 hectáreas, conocida como Industrias Matas y que desde hace más de tres años está en manos de la Cooperativa La Terre, compuesta por ex empleados de la misma, empezó con 40 millones de pesos, pero tras tres actos fallidos (junio, septiembre y noviembre de 2018), los trabajadores presentaron su oferta por alrededor de $ 25 millones y ahora esperan que la Justicia les de una respuesta.
El abogado patrocinante de La Terre, Carlos Ferro, explicó que la oferta se hizo, y se espera que en los próximos días la sindicatura constate que se hayan hecho las reparaciones necesarias en la fábrica (que integran la oferta) y remita la propuesta a la Justicia.
“Durante la feria judicial la provincia de Mendoza hizo efectivo el pago de los compromisos adeudados (que rondan los 16 millones, más $5 millones por otros créditos laborales), aunque todavía no se ha incluido esto en el expediente", explicó el abogado, y destacó que esto es importante porque el pago integraría en parte la oferta de la cooperativa para la compra de la fábrica.
La planta de deshidratado ubicada sobre el Carrill Godoy Cruz, pasando Urquiza en Guaymallén, se presentó en concurso de acreedores en 2015, y a partir de ese momento, los trabajadores fueron cumpliendo los pasos legales para recuperarla.
Actualmente, de acuerdo con Ferro, opera con normalidad y con "muy buenas perspectivas de crecimiento".
Se necesitan cambios estructurales para dar respuesta al mercado
Desde la Cámara de Comercio Industria, Agricultura y Turismo de Tunuyán estimaron que actualmente existe una concentración en la oferta de variedades tempranas (como Pavia Catherine) y de variedades tardías (Bowen, Andross y Dr. Davis) que producen un desfasaje entre la cosecha y la capacidad de procesamiento de las industrias, y esto ocasiona una pérdida en la calidad de la materia prima por falta de bienes, sobremaduración y pérdidas en la línea de fraccionamiento de la fábrica (producción en mitades).
De acuerdo con Belén Bobadilla, ingeniera agrónoma y secretaria de la Cámara, "se necesita una renovación en la superficie productiva ya que hay escasa superficie joven de recambio, lo que afectará los rendimientos y abastecimiento en el mediano plazo".
Además, estimó que el productor debe aplicar la tecnología necesaria que permita aumentar este parámetro ya que es el termómetro de sus ingresos, para lo cual debemos disminuir el efecto climático y planificar una renovación varietal que permita un abastecimiento continuo en las industrias con la implementación de sistemas de producción más precoces. La tecnificación y mecanización también tendrían un impacto positivo a la hora de revalorizar el concepto "mano de obra", que en la producción primaria tiene una incidencia directa en los costos, del 70%.
“En el mediano plazo debiese ser materia del estado financiar proyectos que permitan elaborar sistemas de clasificación de la fruta, lo cual mejoraría la problemática coyuntural del precio entre industriales y productores. Si se premiara la calidad, se mejoraría la rentabilidad de la producción y eficiencia industrial en latas por hectárea”, agregó.
"Hoy es fundamental establecer diagnósticos de cosecha en "cantidad y calidad" y establecer normas de clasificación, con el objetivo de que este sector deje de ser vapuleado y se convierta en una industria rentable, tanto para productores como industriales", finalizó la especialista.