El presidente de la FIFA, Joseph Blatter, y su homólogo en la UEFA, Michel Platini, fueron suspendidos durante ocho años de toda actividad relacionada con el fútbol, anunció en Zurich la Comisión de Ética de la Federación Internacional. “Las sanciones entran en vigor inmediatamente”, advirtió la cámara de resolución del organismo en un comunicado.
El organismo independiente concluyó que el pago de dos millones de francos suizos que Platini recibió de la FIFA con la autorización de Blatter en 2011 supone una violación de los códigos éticos del ente rector. El suizo y el francés aseguran que ese dinero fue en realidad una remuneración atrasada del trabajo de asesoría que Platini hizo para la FIFA entre 1998 y 2002.
“El señor Blatter, en su posición de presidente de la FIFA, autorizó el pago al señor Platini, que no tiene base legal en el acuerdo escrito firmado por ambos dirigentes el 25 de agosto de 1999”, advirtió hoy sin embargo la comisión de ética. Y agregó: “El señor Blatter no fue capaz ni en su declaración escrita ni en su audiencia personal de demostrar otra base legal para ese pago. Su afirmación de que se hizo un arreglo verbal se consideró no convincente y fue rechazada por la cámara”.
La comisión de ética no aclara por qué el ex futbolista galo recibió aquel dinero, aunque en 2011 la UEFA, que ya estaba dirigida por Platini, apoyó al suizo en su reelección para un cuarto mandato.
La cámara de resolución aseguró hoy que no tiene pruebas suficientes para establecer que el pago fue un acto encuadrado dentro del artículo 21 párrafo 1 del código de ética de la FIFA, donde se detallan los casos de “soborno o corrupción”. Sin embargo, la conducta de ambos dirigentes fue tomada como una violación del artículo 20 párrafo 1 del código (ofrecer y aceptar regalos u otros beneficios).
Además, la cámara de resolución reprocha al suizo la existencia de un “conflicto de intereses” ante sus planes inmediatos de presentarse a las elecciones y la falta de “lealtad” a la FIFA.
“Las acciones del señor Blatter no mostraron compromiso por una actitud ética”, advirtió la comisión de ética, que acusó al dirigente de abuso de su posición de presidente de FIFA. “En consecuencia, el señor Blatter ha sido suspendido por ocho años de toda actividad relacionada con el fútbol y multado con 50.000 francos suizos”, agregó. Los cargos sobre Platini son los mismos, pero el francés, que se negó a declarar ante la cámara de resolución alegando que todo el proceso era una “farsa”, fue además multado con 80.000 francos.
Blatter, de 79 años, y Platini, de 60, fueron suspendidos provisionalmente por 90 días el 8 de octubre, después de que el fiscal general de Suiza les abriera en septiembre una investigación criminal por el mismo motivo. Ambos insisten en su inocencia y el actual presidente ya anunció que llevará el caso al Tribunal Arbitral del Deporte (TAS) y a la justicia de su país para tratar de revertir el fallo.
El castigo termina definitivamente con la carrera en el fútbol de Blatter, así como con las esperanzas de Platini de sucederlo en el sillón presidencial de la FIFA. El francés era uno de los candidatos para las elecciones para el 26 de febrero de 2016, aunque su postulación estaba suspendida hasta que se resolviera el caso.
Blatter, que llevaba al frente de FIFA desde 1998, tenía previsto dejar el sillón presidencial ese día en un congreso extraordinario que convocó en junio, después del estallido del escándalo conocido como FIFAGate. Platini, que fue aliado del suizo durante años pero se convirtió recientemente en su máximo adversario, era considerado el favorito para sucederlo.
La UEFA, que no retiró nunca el apoyo a su jefe, presentó no obstante a un postulante alternativo ante la delicada situación de Platini. El secretario general del organismo, Gianni Infantino, mando derecha del francés durante años, será ahora el principal candidato europeo en el congreso en Zúrich.
Además, aspiran al trono vacante el bahreiní Ibrahim Al Khalifa, jefe de la confederación asiática; el francés Jerome Champagne, ex vicesecretario general de FIFA; el príncipe jordano Ali bin al Hussein, y el sudafricano Tokyo Sexwale.