La obra erguida por el estudio Kraft Arquitectura, es un complejo de dúplex inserto en una zona rodeada de comodidades, desde servicio de transporte hasta locales comerciales y colegios. Dicha edificación se generó a partir de un espacio de reunión vinculado a la calle y el vecindario.
En un barrio abierto de Maipú retirado 12 km de la capital mendocina, se proyectó un complejo de baja escala de 5 dúplex, con la intención de otorgar a sus habitantes un lugar más distendido y tranquilo donde vivir.
El lote está dispuesto entre medianeras y se ubica en esquina. Esta última condición implica una de las claves de la obra, realizándose todas las unidades en torno a un patio común, que genera una relación entre sus habitantes, la calle y el barrio. A su vez, permitió orientar mayormente la edificación hacia el Norte.
Por otro lado, el terreno cuenta con un desnivel que se aprovechó generando una escalinata de acceso y una serie de terrazas sobre un pequeño basamento de piedra, que invitan a disfrutar del patio. A este sector se accede entre medio de dos espacios pergolados para las cocheras, que se relacionan adecuadamente con las viviendas circundantes por su baja altura. Por cuestiones de seguridad se realizó en el frente un cierre de rejas horizontales retirado de la línea municipal que permite fluencia espacial y el paso de la luz y el aire.
Para aprovechar al máximo el lote, se plantearon dos tipologías en distintos sectores: se tomó la decisión de disponer una línea de cuatro dúplex y un quinto enfrente rodeando el patio, pero respetando una imagen de conjunto. Cada uno cuenta con un estar-comedorcocina integrado, un toilette en planta baja y dos dormitorios con un baño en planta alta.
Todos poseen cochera y patio propio, lo cual les brinda privacidad y ventilación cruzada.
Cabe destacar que una de las intenciones a la hora de construir fue la de realizar expansiones y espacios de transición para el disfrute de los patios, muy importante para regular las altas temperaturas que se dan durante el verano en Mendoza. Para el riego del jardín del espacio común, se implementó un sistema por goteo subterráneo con un programador automático para optimizar el uso del agua y facilitar el mantenimiento.
Geometría y ritmo definen la volumetría del conjunto. Elementos verticales y horizontales de hormigón visto se destacan por su carácter escultórico.
En cuanto a la materialidad exterior se realizaron galerías y pérgolas en hormigón visto por su durabilidad y bajo mantenimiento, que protegen del sol del Norte y de la lluvia, y le dan a la obra un carácter distintivo. Además, se realizaron muros de mampostería sismorresistentes con revoque texturado pintado y se utilizaron perfiles y mallas metálicos para las pérgolas (que definen espacios permeables).
En los interiores se buscó mayor calidez. Para ello se revistieron las paredes principalmente con yeso pintado de blanco y se realizaron techos (en planta alta), puertas, zócalos y muebles fijos en madera natural combinada con placas de MDF revestidas en melamina.
Detalles que marcan la diferencia
Algo característico de la obra es que se planteó un diálogo entre diferentes partes. Por un lado, el barrio y la obra: a través del patio, la transparencia y la escala. Por otro, entre el terreno y el edificio: la toma entre la construcción y el desnivel permitió generar terrazas, recorridos para disfrutar del patio y definir sectores de uso común y uso exclusivo. Balcones, expansiones y ventanales de piso a techo enfatizan la relación interior – exterior.
Y, por último, planta baja y planta alta: exteriormente se realizaron elementos verticales que abarcan los dos niveles e interiormente, las dos plantas se articulan a través de una escalera abierta en un lateral, remarcando la idea de verticalidad y la tipología de dúplex.
Las diferentes unidades vuelcan su mirada sobre un patio central, el que a su vez se relaciona con el barrio.
En cuando a la estructura se buscó un material que tuviera un acabado prolijo y duradero en las zonas de mayor exposición exterior, para ello se realizaron tabiques y vigas en hormigón armado a la vista con encofrados metálicos modulares. Además, la estructura se resolvió con muros de mampostería sismorresistentes. El entrepiso se ejecutó con losas alivianadas (compuestas por viguetas y losetas cerámicas) y con cielorrasos suspendidos que permiten definir planos horizontales continuos y colocar iluminación embutida. La estructura de la cubierta superior se realizó en madera para alivianar cargas, reducir los tiempos de obra y brindar mayor calidez a las zonas de descanso.
Ficha Técnica
Proyecto y dirección técnica: Arq. Gerardo Mendoza
Cálculo y dirección de estructura: Ing. Alejandro Luján Colaboración: Ing. Sebastián Virdó
Ubicación: B° Natania, Luzuriaga, Maipú, Mendoza
Superficie Terreno: 664,33 m2
Superficie Construida: 612,56 m2 Año: 2017
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