Se sabía de antemano que era un duelo especial, un mano a mano entre dos equipos que llegaban con el mismo promedio y la obligación de sumar mucho y pronto para evitar luego complicaciones en su lucha por la permanencia. En ese contexto no resultó extraño que Belgrano de Córdoba y San Martín de San Juan ofrecieran un espectáculo acorde a esa exigencia de dejarlo todo en pos de la victoria. Fue palo y palo, con numerosas emociones ante los arcos.
El partido tuvo un comienzo ágil y dinámico, con un vértigo y despliegue físico espectacular. Belgrano hizo sentir su localía, con su estadio Julio Villagra a tope, y por el buen trato de la pelota monopolizó el juego en el primer tramo. Con la baja a último momento de Matías Fissore (el viernes dejó la concentración y viajó a San Juan para acompañar a su esposa Emilia en el nacimiento de Alfonsina, su primera hija) y el ingreso de Franco Cristaldo en la línea de volantes, a San Martín le costó acomodarse en el terreno. Sufrió también la inoportuna lesión de Gonzalo Prósperi, quien salió a los 12 minutos con una molestia en la cara posterior del muslo izquierdo. Después, emparejó las acciones y mostró con firmeza sus credenciales.
Muchas situaciones y cero goles en Barrio Alberdi. (Foto: Daniel Cáceres)
El tándem Gabriel Alanis y Juan Brunetta abrió surcos por el flanco izquierdo. Las llegadas del conjunto local se sucedieron: por poco se lo perdió Leonardo Sequeira y más tarde Luis Ardente se lució al abortar el remate de tiro libre de Alanis.
San Martín respondió y aprovechó las desinteligencias de una defensa por momentos pasiva. En su debut, Pablo Palacios Alvarenga (temible 1,93 metro de altura) estuvo intratable: Sebastián Olivarez rechazó en la línea uno de sus remates y luego César Rigamonti pudo controlar abajo y con esfuerzo el fortísimo impacto de cabeza del delantero paraguayo.
Las acciones de riesgo iban y venían, de costa a costa. El zurdazo de Brunetta le quemó las manos a Ardente, al toque se lo perdió Matías Suárez junto a la base del palo izquierdo y con mano cambiada Ardente abortó el envío cerradito de Brunetta, que se colaba al palo derecho.
El ritmo se aquietó en el complemento. Belgrano tuvo disciplina táctica pero sin destaque individual fue irresoluto en el ataque y malogró lo poco que generó. Un tiro libre de Matías Suárez se fue arriba y cerca del cierre el remate de Adrián Balboa rebotó en la base del palo izquierdo.
San Martín estuvo atento a ese quiebre, ganó la pulseada en el medio y buscó de todas las formas vulnerar el cerrojo defensivo local. Rigamonti rechazó con lo justo el zurdazo cruzado de Cristaldo, minutos después el volante se lo perdió con un remate que se fue cerquita del palo.
Apuntó para más. Finalmente, el empate sin goles tuvo sabor a poco.