Miles de socorristas militares, civiles o simples ciudadanos trataban ayer de rescatar a las víctimas y curar a los heridos del terremoto que dejó más de 200 muertos y desaparecidos en Sichuan, en el sudoeste de China.
Mas de 24 horas después del terremoto de magnitud 6,6 que destruyó unas 10.000 viviendas en esta región montañosa y muy poblada, los heridos seguían acudiendo a los atestados hospitales, y eran generalmente acogidos en tiendas de campaña montadas tras la catástrofe.
La provincia de Sichuan, una de las cuatro más pobladas de China con 80 millones de habitantes, fue devastada por un terremoto en 2008, de magnitud 7,9, que dejó unos 87.000 muertos y desaparecidos en la región de Wenchuan, 200 km al noreste del epicentro del sismo del sábado.
Según el último balance oficial, mediada la jornada del domingo, el terremoto dejó 186 muertos, 21 desaparecidos y 11.300 heridos.