Las inconsistencias en la declaración jurada de bienes del subsecretario Legal y Técnico de la Presidencia de la Nación, Carlos Liuzzi, van en aumento como el escándalo de la llamada que hizo al juez federal Norberto Oyarbide y que, en diciembre pasado, paró un allanamiento a la "cueva" financiera Propyme.
En esa declaración del año pasado, la mano derecha del secretario Legal y Técnico de la Presidencia, Carlos "Chino" Zannini, dijo tener un terreno en Mendoza de "200 metros cuadrados" que valuó en "903.540 pesos".
Sin embargo, de una consulta que se hizo a la Dirección de Catastro provincial la semana pasada surge que Liuzzi es propietario de un campo de 101,6 hectáreas ubicado en Gualtallary, Tupungato, la zona top bodeguera del Valle Uco. Pero si se suman las hectáreas que posee según el plano de mensura de abril del año pasado, se llega a 219. Puede ser que en ese lapso entre abril pasado y ahora haya vendido una parte.
Allí Liuzzi tiene como vecinos a las bodegas Salentein, Freixenet Argentina y Bousquet, entre otras. El campo, que está a unos cien kilómetros de la Ciudad de Mendoza, no tiene plantados viñedos pero están arando la tierra para hacerlo.
Además, de estas dudas con la propiedad mendocina surgieron otras con los departamentos que tiene en Puerto Madero.
En su última declaración de bienes, Liuzzi afirmó que en 2012 tenía una fortuna total de 4.686.222 y una deuda de 632 mil. Todo después de haber aumentado su riqueza en un 38 por ciento entre 2003 y 2011, según reveló el diario Perfil.
Este diario llamó el viernes a Liuzzi a la Casa Rosada para que diera su versión sobre estos dos hechos y se excusó de contestar.
Un agrimensor, que pidió no ser identificado, explicó a este diario que una hectárea de campo en esa zona de Tupungato cuesta más de 20 mil dólares. Por lo tanto, la propiedad de Liuzzi tiene un valor de mercado de más de 2 millones de dólares. El valor fiscal es menor como siempre: el agrimensor lo calculó en 90.000, a razón de 900 pesos la hectárea.
Las 100 hectáreas de Liuzzi forman parte de dos campos: uno de 462 hectáreas y otro de 299 hectáreas.
Resulta, también, significativo, que el socio de Liuzzi en este emprendimiento sea Fernando Benvenuto, quien es el presidente de la Administradora de Conocimientos (Adconsa), a la cual desde 2006 hasta la actualidad contrata la Secretaría Legal y Técnica para recibir servicios de software, tal como reveló el diario Clarín la semana pasada.
Además, Adconsa comparte dos socios y el domicilio con la constructora que el funcionario admite como propia: Desarrollo y Construcción SA. Sólo en 2009, Adconsa recibió más de 29 millones de pesos del área que controlan Liuzzi y Zannini por trabajos realizados en el Boletín Oficial, la Dirección de Administración de Sistemas (DASI) y la Dirección General de Administración (DGA).
El campo está ubicado en la calle Los Alamos y camino Estancia Silva sin número sobre la ruta Provincial 89 y muy cerca del cordón montañoso de El Plata. Esa ruta va al Manzano Histórico, el sitio donde descansó San Martín antes de su gesta libertadora.
En la copia del plano de mensura se especifica que Liuzzi es el dueño de 31,1 por ciento del primer campo y de 25 por ciento del segundo (la suma da las 219 hectáreas de las que se habló antes) y Benvenuto de 31,1 y sus hijos de 24. El resto pertenece a otros socios: la familia Sanmartino y Fernando Torretta.
El juez Oyarbide sobreseyó a Liuzzi por negociaciones incompatibles con la función pública por parte de los contratos con Benvenuto y rechazó esta semana reabrir una causa por supuesto enriquecimiento ilícito contra la mano derecha de Zannini, pero el fiscal Patricio Evers apeló esta semana la decisión ante la Cámara Federal porteña.
Además, el abogado Ricardo Monner Sans denunció a Liuzzi por nuevos contratos que reveló este diario, causa que paradójicamente recayó en Oyarbide.
Paralelamente, Benvenuto creó una sociedad anónima llamada Finca Sophenia SA que tiene como domicilio los campos en que Liuzzi es propietario pero la entrada es por otro lado. Creó el nombre con las primeras letras de los nombres de sus hijos.