Drones para monitoreos y fotos aéreas

Estos dispositivos han tomado un fuerte protagonismo en eventos deportivos, musicales y con mucha presencia de gente. Se los usa para inspecciones de cultivos en bodegas y obras en construcción. También ha crecido la demanda para los festejos particulares

Drones para monitoreos y fotos aéreas

El futuro llegó hace rato. Como si se tratara de una película de ciencia ficción o de una crónica de Ray Bradbury, pero en la vida real, aquí y ahora, los robots ya están entre nosotros. Interactuando a diario, accediendo a lugares donde el ser humano jamás llegó y transformándose en los ojos de cualquier persona en escenarios que -a priori- asoman como de imposible llegada, en la actualidad los drones han revolucionado todo lo que se refiere al aspecto de las telecomunicaciones, monitoreos y el despliegue audiovisual.

Partidos de fútbol, recitales, eventos sociales (íntimos o multitudinarios), monitoreos y hasta inspecciones de cultivos en bodegas o en obras en construcción, en Mendoza (y en el mundo) estos aparatos van tomando cada vez mayor protagonismo.

Sin embargo, y según destacaron algunos especialistas consultados por Los Andes, es fundamental diferenciar entre los drones industriales (realizados para un uso más profesional y con todas las medidas de seguridad necesarias) y los drones "hobbistas".

"Muchas veces se da un uso profesional a los que se venden para hobby o pasatiempo y, al no estar lo suficientemente probados, se producen caídas y golpes a alguien, o son propensos causar algún accidente. Actualmente, estamos trabajando para que se logre regular tanto el uso de los drones como la verificación, ya que hay que contar con una habilitación y un seguro para poder usarlos en lugares donde hay mucha gente. Pero en la provincia no hay quien lo pueda verificar", indicó Gustavo Aguilar, uno de los desarrolladores de "Cóndor", una fábrica de drones industriales que funciona en Mendoza desde hace tres años y que ya ha realizado dispositivos a pedido de los gobiernos de distintas provincias, del CCT y de emprendimientos particulares.

"Las utilidades que puede tener un drone son ilimitadas, siempre y cuando se sepa usar. Porque sirve para tomar imágenes desde otra perspectiva", destacó por su parte Gustavo Schejter, quien con su emprendimiento Fly Cuyo es uno de los que ofrecen el alquiler en Mendoza.

"La tecnología de los drones es la del futuro. Se está desarrollando a nivel mundial y en un tiempo será algo de lo más común", agregó a su turno Juan Leal, de Drone Vision Argentina.

Seguridad

Situación I.

Fiesta de la Vendimia 2014. Mientras mendocinos y turistas aguardan atentos y con emoción en las gradas del teatro griego Frank Romero Day durante la noche del acto central, su mirada de repente se desvía hacia un "helicóptero chiquitito" que sobrevuela sobre ellos dando vueltas y filmando todo lo que acontece entre la multitud. Lo mismo ocurrió en la Vía Blanca y en el Carrusel, de la mano de la

#Vendimia360 de diario Los Andes

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Situación II.

En la apertura del festival Música Clásica por los Caminos del Vino, en las inmediaciones de la Laguna de Horcones (al pie del Aconcagua y a 2.750 metros sobre el nivel del mar), los espectadores se acomodaban y los músicos se preparaban para dar inicio a su número cuando un drone levantó vuelo para tomar algunas imágenes aéreas de la puesta. El intenso viento lo tumbó, haciéndolo volver a su lugar (afortunadamente no golpeó a nadie) y la experiencia no prosperó.

Situación III.

Una feliz pareja festeja su casamiento en un salón de Lunlunta (al aire libre) y, de un momento para otro, un drone comienza a tomar imágenes desde las alturas donde se capta a la novia y sus amigas, al tiempo que un corazón se dibuja en la pantalla en tiempo real.

Las tres situaciones descriptas son reales y recientes. Todas tienen como protagonistas a estas naves pequeñas (y no tanto) que se despliegan por el aire con sus hélices, de un lado hacia el otro, captando imágenes con la cámara (o las cámaras) que trasladan, al tiempo que son manejadas desde tierra firme por otra persona.

"Son un gran complemento para las acciones que pueda hacer una persona. En nuestro caso, ofrecemos los servicios de videofilmación aérea en vivo, fotos aéreas, cartografía e, incluso, seguridad civil. Los drones pueden cumplir un rol fundamental como soporte operativo para la policía, por ejemplo, o en los barrios privados. Y además te permiten ver desde otras ópticas que antes era imposible", destacó por su parte Juan Leal, director general de Drone Vision Argentina, quien puso a disposición sus aparatos además para el Dakar y su paso por Mendoza.

Cada drone es algo muy personalizado, por lo que es difícil encontrar dos idénticos. Es que, más allá de lo que se pueda llegar a conseguir como estándar en el mercado, luego es el dueño quien lo personaliza.

"Podés comprarlo hecho y después lo vas tuneando. Podés cambiarle las hélices para que soporten más peso cuando suben (no es lo mismo una hélice de plástico que otra de madera), o ponerle baterías de tres, cuatro o seis celdas. Uno puede comprar la estructura, los controles y lo vas armando según tus necesidades. Ahora está complicado conseguir los elementos por el cierre de las importaciones, pero no es imposible", indicó Schejter.

El material básico con que se fabrica la mayoría de los drones no industriales es el plástico, alternado con aluminio en su estructura. Los más profesionales (de seis o más hélices) se hacen con fibra de carbono, ya que es un material más resistente a la hora de levantar una cámara u otro componente.

A esa estructura se le suman los receptores y transmisores, que es la parte electrónica (y predominante) de cada nave. Los más profesionales y que han sido desarrollados recientemente también incluyen GPS (que permite darle autonomía al artefacto) y variador de velocidades.

"En las versiones más nuevas directamente uno puede poner las coordenadas en Google Maps y el drone hace el viaje sólo sin necesidad de que nadie lo maneje. Esto se hace mucho en bodegas, para monitorear los viñedos y zonas cultivadas. También permiten tomas aéreas estáticas", agregó el encargado de Fly Cuyo.

Incluso, algunos dispositivos ya están siendo preparados para poder volar bajo la lluvia.

Una vez finalizado el vuelo, la cámara (o cámaras) que van adheridas al equipo dejan a disposición del usuario en la memoria todas las imágenes tomadas para que éste las procese.

Industriales y no

Tras 20 años realizando filmaciones aéreas, Gustavo Aguilar y Enrique Ruiz decidieron meterse de lleno en el rubro y fundaron hace tres años "Cóndor", un taller de drones industriales.

Actualmente desarrollan y venden plataformas de cuatro, seis y ocho hélices y recientemente han producido tres equipos para el Gobierno de San Luis (para la Policía San Luis Solidario y Seguridad Vial).

"La semana que viene vamos a presentar un proyecto al Ianigla para que el monitoreo de los glaciares pueda complementarse con drones", destacó Aguilar.

Tanto Aguilar como Ruiz se refirieron a la importancia de contar con drones industriales y piloteados por gente con experiencia.

"En internet, uno puede comprar un drone Phantom (cuatro hélices) por 400 dólares o un hexacóptero por 600. Pero son equipos de hobby, no tienen pruebas ni habilitación para ser usados en eventos masivos o con mucha gente a diferencia de los industriales. El riesgo es que cualquiera puede comprarlo y usarlo sin tener conocimiento, dándole un uso profesional. Y si eso se cae sobre alguien, puede ser muy peligroso", advirtió Aguilar, haciendo hincapié en la diferencia con los industriales.

Según el especialista, ningún drone podría ser volado sobre la cabeza de la gente sin contar con electrónica redundante (un segundo control ante la eventualidad de que el primero deje de responder).

"Solamente tiene que ser piloteado por gente idónea y tratándose de un equipo probado. Nosotros probamos los que desarrollamos para San Luis en la terraza de la Casa de Gobierno de esa provincia, en un lugar que se llama ?Portezuelo de los vientos'. Y el viento en ningún momento lo tumbó", agregó Aguilar.

Del mismo modo, sostuvo que al no existir una normativa nacional que regule el uso y la construcción de estos equipos, ellos se ven perjudicados.

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