La historia transcurre en Villa Crux, un pueblo imaginario al pie de la Cordillera de los Andes que bien podría tratarse de alguna aldea perdida en la provincia de Mendoza.
Felipe, un periodista porteño que investiga la desaparición de una joven -hija de un empresario minero-, llega al lugar en busca de datos que más temprano que tarde lo envuelven, por otras circunstancias, en el homicidio de una travesti.
La historia del lugar, el relato en la voz de las mujeres que lo habitan y el síntoma como centro del conflicto desnudan la esencia de lo que el autor Gabriel Vacchelli buscó traducir en “Malditas mujeres en bicicleta”, la obra por la que obtuvo el Premio Vendimia 2014 en el género novela.
No es la primera vez que el hombre de 49 años crecido en Barrio Parque de Godoy Cruz, hijo de una ama de casa y un maestro mayor de obras, participa y gana el certamen literario más destacado de la provincia que organiza Ediciones Culturales.
En 2012, cuando la categoría se incluyó en el concurso, Vacchelli apostó por “Agualima”, una historia que mezcla ficción y realidad en la que una niña criada en la selva peruana se vuelve mujer en la ciudad, vinculada a tiempos y mundos muy distintos.
Aquel verano y durante cuatro meses, con el impulso del reconocimiento, el autor se lanzó a la tarea de darle forma a una idea que en su cabeza tenía escrita de principio a fin.
En el departamento en el que residía por entonces, al calor de las palabras, Gabriel reunió el material recolectado a lo largo de ocho años y no paró hasta obtener un primer borrador. Después le siguieron otras tres o cuatro versiones y finalmente el orden en que los cerca de 50 capítulos hilvanaron el relato.
"Tenía la intuición de que podía ser ganadora. Con respecto a la anterior, sentí que me arriesgaba más con esta novela en cuanto al estilo y al contenido", dice en la redacción de Los Andes el creador de obras inéditas como "Cuentos escritos en el agua", "Paso a Taormina", "Bicicleta, cuchillo y discos de vinilo", "Personare", "El vuelo de la saeta mística" o "El viento, el agua y el cerro".
En el caso de “Malditas mujeres en bicicleta”, Vacchelli partió de una situación familiar dolorosa, como la muerte de un primo, para indagar en cuestiones como la identidad, lo femenino y sobre todo la “oveja negra” o el “chivo expiatorio” de familias y grupos sociales.
“Empecé a construir una novela que tenía que ver con mujeres de distintas generaciones y ámbitos. La historia transcurre en dos tiempos, el presente y el pasado de un pueblo y sus protagonistas”. El punto final lo puso en febrero de 2013 y en agosto de este año entregó las 240 páginas de Word con la esperanza de que fueran publicadas.
Narrada en primera y tercera persona -por Cecilia, hija de inmigrantes franceses anarquistas; también por Simona, una italiana traída a la provincia a raíz de un casamiento arreglado-, con pasajes que intercalan el ir y venir -desde la Conquista del Desierto hasta el año 2001- Vacchelli sostiene que el proceso de escritura fue un tanto caótico.
“Cuando la terminé no sabía cómo conectar la historia para que avanzara”, dice. La primera persona en leer el resultado final fue su pareja y más tarde lo hizo una amiga de Buenos Aires.
La selección de la obra ganadora estuvo a cargo de Martín Kohan, Gabriel Dalla Torre y Luis Sagasti, quienes en su devolución afirman que se trata de una novela de tramas diversas bien ensambladas en la que múltiples voces se acercan a los problemas de género.
Lejos de bucear en terrenos panfletarios, el texto ofrece un recorrido por la situación de la mujer a lo largo de más de un siglo en el que se incluyen géneros literarios como el fantástico, histórico, realista y policial. Fluidez y ritmo en la prosa son otros de los aspectos que el jurado destaca.
“El tópico literario de hacer de un pueblo un mundo funciona en este caso menos en un territorio que en una cronología. Y si las investigaciones con que la novela comienza, parecen prometer un movimiento narrativo hacia adelante, pronto se comprende que eso no será posible sin a la vez retrotraerse, sin retroceder aún hasta el origen de todo.
La manera en que esas capas de pasado van definiendo el presente otorga al texto de una potencia notable”, escribe el comité responsable de que “Malditas mujeres en bicicleta” sea la obra ganadora.
Los galardones en Poesía y Dramaturgia
Durante la Feria del Libro que tuvo lugar semanas atrás también se anunciaron los autores y obras ganadoras de la edición 2014 del Certamen Literario Vendimia.
En Poesía obtuvo el premio Facundo López por “El perro verde”, con un jurado integrado por Jorge Boccanera, Débora Benacot y José Casas, quienes destacaron la unidad y concisión expresiva sustentada en imágenes, así como el ritmo fragmentado y los versos cortos: “Roles y desdoblamientos que indican una búsqueda del sentido de la existencia y de la creación a través de una palabra que es sol y sombra: intangible pero a la vez elemento material”.
En Dramaturgia la selección fue tarea de Mauricio Kartún, Daniel Quiroga y Guadalupe Suárez Jofré y la pieza escogida fue “La cautela”, de Fernando Domínguez.
En este caso, el jurado rescató el mecanismo poético con que se trata el conflicto universal del devenir de la pareja: “La acción dramática se genera desde un entramado textual abierto, donde los personajes son creados -entre las líneas de diálogos fragmentados- sin llegar nunca a develarse por completo".
En cuento, Guillermo Saccomanno, Mariano Jofré y Angélica Gorodischer determinaron desierta la premiación de la categoría.
¿Los motivos? “El veredicto no fue unánime, y a pesar de rescatar relatos intensos, cálidos, tiernos, en algunas colecciones bastante irregulares, el jurado fundamenta su decisión en la falta de solidez y en el escaso nivel literario de la mayoría de las obras: historias demasiado simples, ingenuas, y hasta moralistas o por el contrario, argumentos intrincados, abstrusos, en los que se exhiben errores de gramática, sintaxis y hasta de ortografía.
Nos importa subrayar que fue una lástima que esto sucediera, ya que teníamos la esperanza de encontrar una voz que se recortara del conjunto, con el vigor narrativo que el concurso exige”, informaron.
A partir de esta decisión, el Ministerio de Cultura de la provincia resolvió duplicar la selección de obras para la próxima convocatoria, que se llevará a cabo entre marzo y abril de 2015.
Sobre el autor
El día en que la directora de Ediciones Culturales de Mendoza, Vanesa Funes, llamó a Gabriel Vacchelli para comunicarle el veredicto, el hombre se encontraba solo en su casa de Las Compuertas.
“Fue muy gracioso porque no sabía a quién abrazar, así que abracé al perro, que no entendía nada”, comparte. Y si el premio anterior lo disfrutó en familia con sus tres hijos, con este reconocimiento planea hacer lo mismo.
Docente, ahora con cambio de función como auxiliar de dirección de la escuela primaria Buenos Aires de Godoy Cruz, Gabriel es también maestro mayor de obras y está a pocas materias de la licenciatura en Ciencias de la Educación de la Universidad Nacional del Comahue, en Río Negro.
Con intenciones de escribir una nueva novela, sostiene que con el tiempo su posicionamiento con respecto a la literatura cambió: “Antes lo hacía solamente como un pasatiempo al que le dedicaba muchas horas y ahora pongo mucho más énfasis en llegar al producto final”.
En una antigua casa familiar de Vistalba, donde vive, los momentos que no son de trabajo formal Gabriel los dedica a la escritura -entre cuatro y cinco horas diarias-.
En ese lugar tranquilo, sin teléfono ni cable ni internet, rodeado de árboles y pájaros, el hombre desentraña la curiosidad que arrastra desde niño. “Lo que escribo tiene que ver con historias que averigüé y en las que indagué de chico”.