Los estafadores que se aprovechan de las personas de la tercera edad continúan haciendo estragos en San Rafael.
Con diferencia de minutos, en la jornada de ayer se presentaron dos denuncias en la Comisaría 32 en el que las víctimas cayeron en el viejo pero aún vigente cuento del tío "que hay que cambiar la plata".
Por ambos hechos los timadores les alzaron con unos $70.000. Las víctimas fueron dos mujeres de 77 y 83 años.
El relato de las mujeres estafadas a la policía fue calcado. Sonó el teléfono (las dos tenían línea fija) y cuando atendieron una voz femenina se hizo pasar por la hija. Durante el diálogo la voz en el teléfono las convenció de que los billetes van a cambiar y por eso un empleado del banco se presentaría en la vivienda para retirar el dinero y hacer la transacción por ellas para que no perdieran un solo peso.
Inmediatamente después, un hombre bien presentado, de traje golpeó a la puerta y con toda la formalidad y gentileza del mundo, les solicitó el dinero tal como se los había indicado la supuesta hija.
Las victimas entregaron sus ahorros sin mayores cuestionamientos, el hombre dio media vuelta y nunca más lo vieron.
No pasó mucho tiempo para que ambas víctimas se dieran cuenta que algo no andaba bien, pero ya era tarde.
Desde la policía recordaron que en ningún caso un empelado bancario puede ir hasta los domicilios particulares y mucho menos a retirar dinero. Además de insistir en que no hay ninguna situación en la que se deban cambiar los billetes.
También rogaron que antes llamados extraños la gente no les dé lugar y se comuniquen al 911.