Pasado el fin de semana XL de Pascuas y Malvinas, el Congreso retomará lentamente su actividad con la expectativa puesta en el inicio del debate sobre la despenalización del aborto, en un plenario de comisiones de la Cámara de Diputados. Este plenario de las comisiones de Legislación General (cabecera), Salud, Legislación Penal y Familia se reunirá a partir del 10 de abril cada martes y jueves, de 9.30 a 18, para escuchar a cientos de expositores que podrán invitar cada uno de los 256 diputados nacionales.
Estos expositores tendrán 7 minutos cada uno para disertar. Tras esas reuniones de carácter informativo, hacia fines de mayo se estima que se realizará el debate entre los mismos diputados con el fin de emitir los dictámenes a favor y en contra del aborto legal. El acuerdo político es que estos estén listos para discutirse en el recinto a partir de junio en el recinto, por primera vez en la historia.
Como anticipo de ese debate, Los Andes consultó a dos diputados nacionales, uno de ellos a favor de la legalización del aborto y la otra, en contra.
El macrista Sergio Wisky, médico de profesión, es uno de los 72 diputados que firmó el proyecto elaborado por la Campaña Nacional por el Derecho al Aborto legal, Seguro y Gratuito, y además presentó su propia iniciativa que se diferencia de la anterior porque añade el instituto de objeción de conciencia.
En la vereda de enfrente está la sanluiseña Ivana Bianchi, que responde a los hermanos Adolfo y Alberto Rodríguez Saá y es la más ferviente opositora a la legalización de la interrupción voluntaria del embarazo.
Ambos expusieron sus puntos de vista sobre la cuestión, totalmente opuestos, pero sí coincidieron en algo: reclaman que el debate se realice con respeto.
Sergio Wisky, Diputado del PRO: “Es una falacia compararlo con un asesinato”
-¿Por qué está a favor de la despenalización?
-Porque es una medida de equidad sanitaria, porque hoy la que tiene plata se lo hace bien y la que no, se lo hace de manera insegura. Y por año tenemos hasta 50.000 internaciones promedio, de las cuales 50 terminan en muerte. También estoy a favor del aborto legal porque supone una medida de igualdad de género, por el respeto a la decisión de la mujer. Me paro sobre esas dos miradas, pero también tengo otros muchos argumentos.
-Entonces, para usted el aborto no es un asesinato.
-No. De las estadísticas sanitarias podemos inferir que en los últimos 20 años 10 millones de argentinas se han practicado un aborto. ¿Son todas asesinas? Y no, la verdad es que no son asesinas. Plantear esto sería una falacia. Además, el Código Penal hoy permite el aborto sobre la base de una serie de causales (cuando hay peligro para la vida o la salud de la madre y si el embarazo proviene de una violación). Los antiabortistas se paran en el cuidado del embrión. Yo me pregunto: ¿qué diferencia hay entre el embrión de una mujer violada, el de una adolescente de embarazo no deseado y de crío conservado para fecundación in vitro? Ninguna. Si por un error ese embrión congelado se descongela, ¿eso es un asesinato? No. Si la mujer se hace un aborto por violación, ¿es asesinato? No. El calificativo asesinato es desde una mirada religiosa, no del derecho. Estamos discutiendo un derecho. Además, en la Argentina el aborto tiene pena de 4 años de prisión mientras que por asesinato de una persona, de hasta 25. Ya hay una diferencia.
-¿Qué efectos causaría la despenalización?
-Lo que dice la Organización Mundial de la Salud (OMS) es que primero disminuyen a cero las muertes maternas por abortos mal practicados y las complicaciones por abortos mal hechos. Pero también disminuye la cantidad de abortos. Con la legalización se está protegiendo a la persona en esa decisión tan difícil. Y no es una operación, como se cree, porque no se llega a eso. Es el suministro de una, dos o tres pastillas como máximo, que se toma o se coloca dentro de la vagina, lo que produce la dilatación del cuello del útero, y se expulsa el embrión.
-¿Por qué el proyecto más firmado no prevé objeción de conciencia?
-En mi proyecto sí está establecido, porque es un derecho constitucional. De los médicos y de todos. No se puede obligar a los médicos a hacer algo que no quieran. Pero no sólo con el aborto, sino con todo. En cambio, la ley sí debe obligar al servicio de salud a que le garantice a la mujer el ejercicio del derecho a abortar. El sistema debe garantizar la prestación, como sucede con cualquier enfermedad.
-¿La legalización del aborto supondrá un incremento de presupuesto de Salud importante?
-No, en absoluto. Como se suministra misoprostol, se estarían justamente evitando los casos complicados que requieren operación, esas 50.000 cirugías de aborto registradas, con internación de varios días. Hoy en Río Negro el sistema sanitario garantiza el ejercicio del aborto en casos permitidos por el Código Penal, otorgando las pastillas para que la mujer se practique la interrupción del embarazo. No todas las pacientes lo pueden usar; por ejemplo, cuando hay riesgo de hemorragia. Por eso el aborto debe realizarse con indicación médica.
-¿Cómo espera que se desarrolle el debate parlamentario?
-Creo que va a haber media sanción en Diputados. Una vez que el tema salga de la oscuridad del tabú, se va a discutir con racionalidad. Los que van a cambiar son los indecisos, no nosotros, que estamos convencidos. El cambio de opinión dependerá de cómo llevemos el debate. Hay que tener mucho cuidado y un respeto extremo en esto, porque estamos metiéndonos en la intimidad de la sexualidad de las personas.
Ivana Bianchi, Diputada de Unidad Justicialista: “Nunca es seguro, sea en un barrio o en un hospital”
-¿Por qué está en contra del aborto legal?
-Lo principal es que la ciencia y la medicina han dicho que existe vida desde la concepción, nadie puede negar esto. El óvulo, que está recién fecundado, tiene la misma frecuencia de ADN que tendrá como adulto. De hecho, si uno hace un análisis genético del embrión, desde cada vez más pequeño se puede ver, con este genoma, cuál será su carga genética, las enfermedades posibles, qué color van a tener los ojos, etcétera. Entonces, uno debe preservar esta vida, porque además estaríamos vulnerando la Constitución Nacional (la Argentina adhirió en 1994 a la Convención de los Derechos del Niño estableciendo que se entiende por niño todo ser humano desde el momento de su concepción). Para poder aprobar un proyecto de estas características habría que hacer una asamblea constituyente. Desde este punto de vista, toda esta discusión en el Congreso es una estafa.
-Pero el Código Penal ya permite el aborto, desde hace casi 90 años, cuando hay peligro para la vida o la salud de la madre y si el embarazo proviene de una violación...
-Pero usted menciona causales, no es lo mismo el proyecto de ley que se quiere aprobar, que dice que una chica de 13 años puede hacerse un aborto sin el consentimiento de sus padres. Hoy una chica de 13 años que se quiere hacer un tatuaje tiene que ir con un permiso del padre o con su papá en persona al lugar para podérselo hacer. Y resulta que este proyecto permite el no consentimiento para hacerse un aborto. Es una irresponsabilidad tremenda. Muchos dicen, además, que la legalización permitiría realizar abortos seguros. ¡Ningún aborto es seguro! Así se lo haga en un barrio o en un hospital. El riesgo que sufre la mujer siempre es terrible.
-¿El aborto es un asesinato?
-Yo no me animaría a decir que es un asesinato, porque me parece una palabra muy cruel. Pero sí digo que las mujeres que abortan no quieren abortar, abortan porque el Estado, su familia o alguna organización social no estaban presentes en su vida. Yo, mujer, tengo una buena educación sexual, tengo elementos anticonceptivos variados a disposición, ¿voy a tener necesidad de abortar? No. Porque no lo necesitaría. Entonces, tenemos que invertir la mirada.
-¿Qué efectos causaría la despenalización del aborto?
-Por supuesto que más abortos. Está comprobado en todos lados. Estados Unidos, que tiene aborto legal desde hace muchos años, está pensando en retractarse. España tiene altísimas muertes causadas por abortos. La verdad es que sí, que en la Argentina esto va a afectar. Y no es verdad que hay 500 mil muertes por abortos. En 2016 solamente hubo 43 muertes por aborto. Y no provocado, sino espontáneo y patológico. En 2017, 55.
-¿Le parece bien que se discuta la despenalización del aborto?
-Sería muy sano poder debatir otros proyectos de protección de la mujer embarazada y del niño por nacer, darles a los diputados otras opciones. El presidente Mauricio Macri le ha causado un daño electoral muy grande a quienes lo han votado. Él muchas veces dijo que está a favor de la vida, inclusive ahora. Si está a favor de la vida, ¿puede celebrar el debate sobre una ley que impide que las personas tengan la posibilidad de nacer y que mueran en el vientre de su madre?
-Además de la edad de consentimiento de los padres, ¿qué otros problemas le ve usted a la ley?
-Yo no estoy de acuerdo con el objeto de la ley. Puedo decir que me parece muy malo que se hayan aumentado las semanas de gestación a partir de las cuales permiten el aborto, de las 12 del proyecto anterior a las 14 del actual, porque sabemos perfectamente que los chicos están ya totalmente formados. Pero la verdad es que no puedo decir nada positivo del proyecto. Nada de nada.