“París Saint Germain es mágico”. Así cerró su discurso en su presentación ante la prensa Neymar el 4 de agosto del 2017. A más de dos meses de su contratación, las situaciones polémicas lo envuelven más que lo que genera en la cancha.
El crack brasileño sacó a relucir su verdadera personalidad en el PSG, esa que Barcelona escondió para mantener el orden institucional. Un carácter particular y difícil de llevar, que hasta ahora le trajo más problemas mediáticos que soluciones al conjunto parisino, por lo que el vestuario tiene otro líder en el uruguayo Edinson Cavani.
Primer escándalo: El 17/08 el PSG se enfrentó al Lyon en un partido que marcó un antes y un después en la relación interna del club. Una simple disputa en la ejecución de un tiro libre y un penal se transformó en una lucha de egos entre los máximos referentes de la ofensiva.
“No necesitamos ser amigos. Él (Neymar) recién llegó, seguramente se irá haciendo conocer cada vez más”, decía el charrúa. Poco tardó en circular el rumor del pedido de Neymar a la mesa chica del PSG: Cavani se tiene que ir en el siguiente mercado.
A pesar del abrazo de “reconciliación” ante el público el uruguayo dejó en claro que no existe, ni existirá una amistad entre ellos.
Segundo escándalo: "Los dos son capaces de tirar los penales. Si no hay acuerdo entre los dos, tomare una decisión", contó Unai Emery.
El DT intentó e intenta controlar el vestuario. Es una tarea muy difícil la del español quien ya protagonizó un tenso cruce con el “diez” cuando le impidió entrenarse con el grupo.
Tercer escándalo: A poco más de dos meses de su fichaje, Neymar disputó el partido más importante el domingo. Cuando el equipo más lo necesitaba provocó su expulsión con un cabezazo al argentino Lucas Ocampos, cuando el PSG caía 2-1 en "El Classique" con Marsella.
Finalmente fue el propio Cavani, y de pelota parada, quien salvó al París de lo que hubiera sido la primera derrota parisina de la temporada.