“Choele”, que marcó en 2013 el debut en solitario tras las cámaras del joven actor Juan Sasiaín, es la historia de iniciación de un preadolescente y la relación zigzagueante que tiene con su padre.
Protagonizada por Leonardo Sbaraglia y el niño Lautaro Murray, quien se revela como una promesa actoral, se suma en el el elenco Guadalupe Docampo, entre otros actores.
Sasiaín ya había tocado las cuerdas de la emoción y la fragilidad de los vínculos humanos en anterior “La Tigra, Chaco”, que codirigió con Federico Godfrid y nunca se estrenó en Mendoza.
“Me gusta mucho escribir sobre vínculos familiares rotos, sobre familias dañadas en proceso de reconstrucción. Siento que tengo dos etapas en mi vida: mi infancia con una familia completa y, desde los 18 años, cuando falleció mi padre, empiezan a aparecer en mis relatos esas familias que quieren estar bien a pesar de alguna ausencia”, afirmó el director.
En el filme, el debutante Murray encarna a Coco, un niño que se crió junto a su padre (Sbaraglia), pero que está a punto de abandonar el pequeño pueblo patagónico de Choele Choel para emprender un nuevo destino con su madre, justo en el momento en el que se le empiezan a presentar ciertas dudas propias del paso a la adolescencia.
Mientras es acosado por su vecinita, que quiere ser su novia, y por los temores a algo desconocido para él como el amor, Coco observa con atención la forma en que su padre se comporta, el modo en el que trata a su nueva pareja, y -casi sin darse cuenta- irá aprendiendo algunos pequeños trucos de la vida, como el mejor modo de seducir, conversando o narrando anécdotas, a una chica.
De Córdoba, con amor
La película “Tokio”, protagonizada por Graciela Borges y Luis Brandoni, es una coproducción entre Córdoba y Buenos Aires rodada íntegramente en la provincia mediterránea el año pasado.
Dirigida por Maximiliano Gutiérrez, el mismo realizador explicó que “se trata de una historia de amor entre dos personas que se encuentran en una etapa de la vida donde todo está encaminado hacia un lugar de soledad y se da una oportunidad para iniciar una nueva etapa”.
El director también expresó, al presentar la película en Córdoba la semana pasada, que “fue una experiencia muy nutritiva en la parte profesional, los actores aparte de tener talento, le pusieron un tinte romántico”.
El jazz también tiene una presencia preponderante en la película, tanto en la banda de sonido como en los nombres ficticios de sus personajes que se hacen llamar Nina y Goodman, como Nina Simone y Benny Goodman, y que se conocen en un club de jazz donde él es pianista.
Borges, por su parte, aseguró estar feliz de haber filmado en Córdoba y aclaró que “en este equipo no hay estrellas, la estrella es la película”.
Cabe destacar, además, la participación de Guillermina Valdés como hija del pianista que interpreta Brandoni.