En las últimas semanas hemos asistido, a través de medios locales y nacionales, a una tremenda explosión de temas que tienen una pátina de cientificismo (dibujada por comunicadores y falsos científicos) y una gigantesca ignorancia, todo por el mismo precio.
Si a cada personaje que aparece con un guardapolvo blanco (¡impecable!), el periodismo lo va a llamar investigador científico, estamos en problemas. El guardapolvo, como su nombre lo indica, es para evitar ensuciarse la ropa, no para marcar el estatus de "un hombre o una mujer de ciencia".
De hecho, muchos de ellos (Leloir y Marie Curie, entre otros) usaban guardapolvos grises y no por ello fueron menos científicos, todo lo contrario. También es cierto que muchos investigadores de fuste jamás usaron guardapolvo, porque no necesariamente trabajaban en un laboratorio.
Un Investigador Científico, con mayúsculas, es aquel que indaga, es decir que realiza actividades intelectuales y experimentales de modo sistemático (continuidad, repetibilidad y aleatorización), garantizando precisión con la objetividad propia de la metodología de las ciencias.
El solo hecho de utilizar el "método científico" (que muchos declaran, pero no conocen), no los transforma en investigadores científicos.
Existen varios ejemplos recientes de invocación a la ciencia disfrazada de decisión política.
También es frecuente confundir a un científico con un experimentador: el primero llega a conclusiones de carácter universal, el segundo solo llega a resultados (… que no es poca cosa).
Ser científico porque lo reconozcan sus pares es una cosa propia del corporativismo, y hacer ciencia para resolverle el problema a la gente es otra. En nombre de "la ciencia" se publicitan complementos dietarios y piojicidas, "casualmente" temas referidos o vinculados con las ciencias médicas.
Hay científicos en todas las áreas, pero no se ven y casi no se conocen porque "no venden", y hay "científicos" que quieren venderse investigando problemas ajenos y publicando sus trabajos en revistas extranjeras (… que no es lo mismo que revistas internacionales).
Todo parece indicar que el método científico se recita pero no se practica, y los comunicadores carecen de capacidad para notarlo, o son cómplices de una maniobra de los que se pintan de científica su conciencia.
José Luis Burba
DNI 5.263.712