Las próximas 48 horas serán clave para definir si la CGT termina por aceptar las respuestas del Gobierno a sus demandas o si le pone fecha al primer paro general contra la política económica y social de la administración del presidente Mauricio Macri.
Aunque atravesada por fuertes diferencias entre “dialoguistas” y “combativos”, la CGT podría incluso saldar esas distancias con la convocatoria a una movilización masiva a la Plaza de Mayo si la respuesta gubernamental resultara insuficiente en términos de los montos y número de beneficiarios.
Pasado mañana el Consejo Directivo de la CGT definirá si acepta las propuestas que le presentará el Gobierno o si finalmente convoca con fecha a un paro nacional por 24 horas para lo que fue facultado por su “parlamento”, el Comité Central Confederal, en su reunión del 23 de octubre pasado.
El triunvirato de conducción integrado por Juan Schmid, Héctor Daer y Carlos Acuña llevará a los demás integrantes de la comisión las respuestas que mañana espera tener en una reunión que sería a las 9 en el Ministerio de Trabajo encabezada por su titular, Jorge Triaca.
Las respuestas serán sobre las demandas de un pago extraordinario de fin de año “compensatorio” de la inflación para los trabajadores estatales (nacionales, provinciales y municipales) y privados, como también para los jubilados, pensionados y beneficiarios de planes sociales, además de la exención del pago del impuesto a las Ganancias sobre el medio aguinaldo de fin de año.
Así consta en el acta sobre la reunión que tuvo la conducción de la CGT con cuatro ministros del gabinete nacional, encabezados por el coordinador interministerial de la Jefatura de Gabinete, Mario Quintana, el 29 de setiembre, cuando acordaron diez días de plazo para que la Casa Rosada les diera una respuesta a las demandas.
Desde entonces, los ministros Jorge Triaca (Trabajo), Rogelio Frigerio (Interior) y Alfonso Prat Gay (Hacienda), se encargaron cada uno por su lado de dejar sentado que las mejoras estarían condicionadas fiscalmente (no ahondar el déficit) y acotadas a los sectores con menores ingresos.
Pero durante las últimas horas le salieron al cruce a esos esos criterios desde el ex jefe de la ex CGT Azul y Blanca, Luis Barrionuevo, hasta el secretario gremial de la CGT y adjunto del sindicato de camioneros, Pablo Moyano. Coincidieron en considerar irrisorios los montos lanzados por los funcionarios como porque no alcanzarían a todos los trabajadores.
Presión de Barrionuevo y Moyano
“Un bono generalizado para todos y por decreto presidencial, sería lo ideal”, dijo ayer Barrionuevo. Lo hizo un día después de que el primogénito de Hugo Moyano, Pablo, le metiera presión al triunvirato cegetista: “La CGT no tuvo huevos para pararle al Gobierno. Si acepta un bonito o maquillaje, no tiene sentido seguir en un espacio donde no hay una definición concreta”.
Diputado del Pro asegura que buscan extorsionar al Gobierno
El diputado nacional Guillermo Mario Durand Cornejo (Pro-Salta) opinó ayer que el gobierno nacional y la CGT llegarán a un “acuerdo” en la puja que encarnan con eje en un bono de fin de año para los trabajadores, por más que la central obrera “se ha movido de la misma forma extorsiva que lo ha hecho históricamente”, aseguró a la agencia Télam.
En tanto, y respecto de la cuestión cegetista, Durand Cornejo manifestó también que “existe una buena parte de la CGT y una enorme parte en la oposición actual, que quieren que al gobierno le vaya mal y eso es más que reprochable; están en el negocio de la política barata, a veces uno observa los que antes eran oficialistas y el grado de hipocresía deja atónito”, finalizó el legislador nacional del oficialismo.
Télam