Dos chicos mendocinos, entre los mejores músicos de orquestas infantiles

¿Qué tienen en común Camila Cuello (13) y Darío Lucero (12)?. Que estos niños mendocinos están entre los mejores músicos que integran las orquestas infantiles del país. Ella luciéndose con el violín y él, con el oboe; los adolescentes estuvieron en Catamarca a fines de julio participando del encuentro y concierto del Sistema de orquestas infantiles y juveniles de Argentina (Soijar) e integrando la Orquesta Infantil Argentina "Manuel Belgrano". Y para ambos fue una experiencia inolvidable haber viajado tan lejos con la música, y haber compartido escenario con otros chicos como ellos y con músicos de orquesta.

"Es impresionante lo rápido y lejos que he llegado, aún no me lo creo. Jamás olvidaré el talento de los chicos que participaron y lo increíble que fue conocer gente nueva. Me traje mucho conocimiento y aprendizaje nuevo sobre el instrumento", resumió aún entusiasmada Cami, quien estudia en la escuela César Milstein (está en primer año del secundario e integra la orquesta infantil del establecimiento), y quien vive con su papá y su mamá en el paraje rural El Vergel (Lavalle).

"Nunca había hecho un viaje así y la verdad es que la pasé muy bien. Hice muchos amigos, conocí un montón de chicos que son buenísimos con sus instrumentos también", agregó por su parte Darío, quien vive en el barrio Viejo Sarmiento de Godoy Cruz y estudia en la escuela EMAUS de ese departamento -está en séptimo grado-. También forma parte de la orquesta juvenil de la escuela y viajó a Catamarca con su papá.

"Fue una experiencia inolvidable. Los chicos estuvieron toda una semana (del 23 al 27 de julio) trabajando con docentes y músicos muy notables. A partir de ahora, los chicos van a estar convocados a las orquestas nacionales", destacó emocionada la directora de la escuela Milstein, Silvia Ledda.

"Al principio los chicos tenían un poco de desconfianza y no se acercaban a la música. Pero de a poco han ido descubriendo ese mundo y empezaron a sentir pertenencia a la orquesta como parte de un grupo, y eso es muy bueno. Hemos logrado conseguir cambios súper importantes en la comunidad, incluso también en los padres", acotó a su turno la profesora de flauta dentro de la orquesta y docente integradora de la escuela EMAUS, Clara Báez.

Las docentes destacaron la colaboración de las municipalidades de Lavalle y Godoy Cruz, quienes costearon los pasajes de ambos chicos y sus padres a la provincia del norte.

En primera persona

Humilde y un tanto verborrágica, Cami reconstruyó lo que vivió en su última travesía sinfónica, que la llevó hasta Catamarca a compartir escenario con 150 jóvenes músicos de todo el país.

"Estuvimos con Diego Villalobos, que es venezolano y es el director de la orquesta nacional y es un genio de los genios. Nos presentamos en el cine teatro de Catamarca e hicimos Aleluya, Toreador (de la Suite de Carmen), la Suite Argentina, Adiós Nonino (de Piazzolla) y Caballería Ligera", resumió la adolescente, quien contó que la gran presentación fue el viernes 27 de julio.

Su formación en la música comenzó a los 9 años, cuando iba a la escuela Simón Chaves (también en ese paraje) y se unió a la orquesta infantil. Y el del mes pasado no fue el primer viaje como música de orquesta, aunque reconoció que se trata de una experiencia que no olvidará jamás. "El año pasado, cuando estaba en la orquesta de la primaria, viajé y participé en Jujuy de un encuentro del programa de Coros y orquestas de la Nación. ¡Estoy conociendo el país con el violín!", resumió sonriente.

"La música me llena el corazón, me pone feliz. Además del violín aprendí a tocar la guitarra. Pero no es lo mismo. Y aunque todavía no sé que voy a estudiar, si tengo claro que quiero profundizar en el aprendizaje de la música", siguió Cami, quien disfruta de juntarse con amigas y jugar al fútbol.

"Obviamente recomendaría a los chicos que descubran algún instrumento, pero ninguno en particular. Todos son hermosos en sí, y cada uno debería probar y elegir el que más les guste", sintetizó.

Mientras tanto, en Godoy Cruz, Darío también recapituló el viaje. "Al principio no tenía muchas ganas de ir, sobre todo porque nos dijeron que íbamos a quedarnos en un polideportivo y no sabía bien de qué se trataba. Pero en la escuela me convencieron de ir y no me arrepiento", contó el godoicruceño de 12  años a quien lo acompañó su papá (usó las vacaciones en el trabajo para poder viajar).

En el polideportivo de Catamarca se alojaron los chicos de todo el país y -para él- fue el primer viaje tan largo y a un destino tan lejos.

"Hace 4 años empecé a tocar en la orquesta, y en ese momento no conocía el oboe. Me gusta mucho el sonido que tiene; y también estoy aprendiendo a tocar la batería, la guitarra y el teclado. A todos los chicos les diría que se animen a tocar", sintetizó Darío.