En el campo de la ciencia aplicada y de la agricultura, en marzo pasado trascendieron dos noticias importantes, que no surgieron en ese mes sino que vienen de mucho antes.
En un caso, Los Andes y otros medios, dieron cuenta del proyecto del orujo de uva, elaborado por la bromatóloga Andrea Antoniolli, en el marco de un trabajo de tesis que le permitió a la profesional acceder al doctorado en Ciencias Biológicas.
El siguiente tema es la extensión de hectáreas plantadas que ya posee Mendoza con un grano milenario, la quinoa, producto que bien puede contribuir en los planes de alimentación saludable para la población de nuestra provincia.
Sobre el trabajo de investigación puede advertirse un doble enfoque interesante. Por un lado el potencial beneficio de la salud dado a la incorporación de compuestos y componentes bioactivos a alimentos y por otro la revalorización o la suma de valor agregado a un subproducto o residuo de nuestra industria local primigenia, la vinícola.
Actualmente se le hace un aprovechamiento económico al orujo, principalmente en la recuperación de alcohol, ácido tartárico y aceite de pepitas (semillas) de uva.
Con esta iniciativa (que tiene el sustento aprobatorio de profesionales de Ciencias Agrarias de la UNCuyo y del CCT-Conicet Mendoza), se pretende sacarle al orujo el máximo provecho, brindándole más valor.
De hecho, se propone en este caso la aplicación directa, es decir que se busca que el orujo como tal (previo a una estabilización) sea el ingrediente alimentario, o en otra alternativa, se pueden hacer extractos ricos en compuestos fenólicos, ejemplo, que pueden usarse en distintas industrias.
La idea de esta propuesta, en suma, es que en un futuro el orujo represente no casi un descarte sino una potencial fuente de ingresos para las bodegas.
Debe señalarse que si bien en otros países hay estudios sobre el orujo, esta investigación ha tenido como eje principal al orujo de malbec, que hasta el momento no había sido estudiado.
Hasta aquí el comentario de una experimentación, que podrá o no ser continuada en la práctica industrial.
El otro aspecto anunciado en este comentario tiene que ver con los aparentes buenos resultados de plantaciones de ~kbvfc en Uspallata y Maipú, un grano que puede ser un potencial sustituto del arroz, y que los huarpes conocieron y produjeron en los valles de la cordillera de los Andes, hace cinco siglos.
Es una planta de zonas marginales, que tolera bajas temperaturas y tiene bajo costo de laboreo y de labranza, como reveló el suplemento Fincas del 24 de marzo pasado.
No sabemos si este cultivo atraerá a más agricultores y se podrá extender la superficie cultivada, que por ahora no es muy grande con el llamado "grano de oro", que puede sustituir de manera apta al arroz.
Por de pronto, el propio Estado provincial parece interesado en el cultivo, ya que se estudiaría a través de la Dirección General de Escuelas (DGE)incluir la ~kbvfc en la alimentación de los estudiantes mendocinos.
Esto en consonancia con la idea de que los alumnos, especialmente del nivel primario, coman más sano y nutritivamente.
Nos recuerda el excelente resultado que tuvieron, muchos años atrás, los productos conocidos como Uvipán y Pan de soyuva (que habría que fabricarlos de nuevo), inventados por el doctor Legendre del INV, y que se incorporaron con buenos resultados en comedores sociales y escuelas.
Es decir, aportar de manera concreta en el combate al grave problema de la desnutrición.