Un hombre estadounidense se llevó una triste sorpresa al descubrir que el cadáver de su madre fue explotado por el Ejército. En realidad, él lo había donado previamente al Biological Resource Center (BRC) con fines científicos, pero no le respetaron lo acordado.
A los 73 años, Doris Stauffer perdió la vida en 2014. Su hijo, Jim Stauffer, acordó que el cuerpo terminara en un ámbito de estudio de la medicina, pero su destino final fue el Ejército de EEUU.
El hijo de Doris accedió a permitir que los médicos estudiaran el cerebro de su madre para profundizar investigaciones en pacientes con Alzheimer pero nunca avaló experimentos con fines militares. La sorpresa de Jim fue grande: recibió una caja con las cenizas de su mamá.
"Me siento un tonto. Porque no soy una persona que confía, pero en esta situación, no tenés idea de que esto está sucediendo, confías. Creo que esa confianza es de lo que se alimentaron", reflexionó Jim al ser entrevistado por KNXV-TV.
Un vocero del Pentágono dijo a Reuters que BRC proporcionó partes del cuerpo a al ejército de EEUU a cambio de 5.893 dólares, pero sin aclarar el consentimiento para explotar el cuerpo de Doris.
Ahora, 33 afectados, entre ellos Jim, decidieron demandar a esa compañía y a su propietario, Stephen Gore, que deberá comparecer ante la Justicia en octubre. En 2015, el sujeto ya se había declarado culpable pero recibió libertad condicional.