Algunos seguidores de mis espectáculos me han pedido que repita la publicación de una cueca que cada vez tiene más aceptación entre los mendocinos. La letra me pertenece y la música es de ese extraordinario guitarrista mendocino que es Fredy Vidal. Se llama "Cueca de los menducos" y la hicimos por especial encargo de Víctor Pizarro, hace ya algunos añitos, cuando él dirigía el Festival de la Tonada. Pero antes de la letra "quesería decir unas palabras":
Desde que llegué a Mendoza me llamaron la atención algunas palabras que se usan en esta zona y que bien podemos llamar regionalismos. Voces que sirven para que nos entendamos entre cuyanos y que dejan a los foráneos totalmente desconcertados. Y si no hagan la prueba de preguntarle a un porteño: -Che, cumpa ¿Ande topa lo pandito?- y ya van a ver que quedan más desorientados que choique al que lo campujó el Zonda.
Me parece que este léxico propio es, además de una forma de nuestra identidad cultural, una manera risueña de comunicarnos, una forma de hacernos entender con simpatía.
Ahora que se me ha metido la cuyanidad en la sangre, todavía me parecen risueñas palabras como "chupandina, chupino, cototo, embeleco, matuasto, pitilla, pitiñoso". Me parecen diversiones del léxico, vocablos juguetones, una forma de hacer más pueblo a la Real Academia. Me dan la sensación que se meten en el vocabulario para hacerles cosquillas a las frases, para ponerle un poquitito de joda a la gramática.
Aquí va la letra de la cueca prometida.
Primera parte
Si por causa e chapecas
en las chinganas se alzó un camote,
ha de llevar cuñado poto arrastrado
de pericote.
Juegue luche y payana
y si las ganas se han topetado
a peteco el culillo dele un coscacho
si se ha enculado.
Cueca de los menducos
que siempre tiene sabor a poco
cuando le falta el aro
seguro ladran los chocos.
Apilen adobones
no se me hagan los güevones.
Recitado
Si ha de escanciar a gusto
no se me asuste cuñado
no es cura de doctores
si usted se encuentra curado
Si ha de hablar de vendimia
diga sarmiento, melesca, envero,
mosto y espiche y en los lagares
aroma de vino nuevo.
Aquí el cobarde es calandraca
y currutaca gorda y petisa,
los cajetillas no se dan cuenta
que eso que pisan es mi chipica.
Esta es la tierra de la cuyucha
y del requinto, y del cochero,
la mujer es la patrona
y el carril para ir volviendo.
Esta es la tierra de los cotudos
de los cogotes con rollo,
si alguien le dice compadre
ya se ha ganado el cogollo.
Como palabras abundan
sigamos con la segunda.
Segunda parte
Pida carne a la masa
o pichi asado con la jarilla,
cual si fuera un potoco
tínquese el coto con sopaipilla.
Póngase la chupalla,
traiga el patero con la angarilla
y cruce por la cequia
que en lo pandito jamás lo pillan.
Cueca de los menducos
que habla el idioma de nuestra tierra,
si no nació en Mendoza
le va a costar entenderla,
si no lo asusta el Futre
es mejor que se devuelva.
Los mendocinismos, una forma de buscarnos el lado pájaro de la sonrisa, una forma de entendernos a nuestra manera, tal vez una maravillosa forma de llevar la identidad en nuestra lengua aunque nuestra remera diga: Made in Taiwán.