Lo donado a La Plata se necesita en Mendoza

Las inundaciones que sucedieron en La Plata y Capital Federal hace 12 días pusieron en marcha mecanismos solidarios en todo el país. Fue llamativo, y aún lo es, cómo los argentinos se sumaron en ayuda a sus compatriotas con insumos varios. En esto Mendoza tuvo una destacada participación, ya que fue la primera provincia en enviar socorro material.

Y lo hizo en cantidad. Desde colchones, electrodomésticos o ropa hasta mano de obra, todos quisieron poner su granito de arena para aliviar y olvidar la tragedia, dejando de lado la cadena de irresponsabilidades que terminaron con 54 vidas (cifras oficiales).

Pero algunas preguntas surgen tras estos hechos solidarios que, de todas formas, siempre son bienvenidos: ¿Por qué esperar a que la naturaleza castigue para salir a ayudar al vecino? ¿Por qué si hay personas que todo el año necesitan un salvavidas hacemos la vista gorda y sólo nos sumamos tras el envión mediático que se les da a las catástrofes?

Consultados al respecto, distintos actores sociales dieron su punto de vista intentando esclarecer estos interrogantes que, aunque quizá molestos, ponen de manifiesto que la solidaridad no debe ser un acto aislado, sino una acción de todos los días.

Ayuda selectiva

Por no saber a dónde donar, por no tener claro el destino de nuestra solidaridad, por creer que el Estado es el que debe hacerse cargo o porque los medios de comunicación dirigen la atención son las razones que los consultados eligen para explicar el por qué de este fenómeno de solidaridad espasmódica que surge tras una tragedia.

Según un estudio de la consultora Poliarquía publicado por Clarín antes de las inundaciones, sólo 10% de los argentinos realiza donaciones económicas regulares a entidades de bien público. Y en cuanto a las donaciones de otro tipo, el estudio muestra que 18% asegura haber donado alimentos, ropa o medicamentos. Un porcentaje evidentemente inferior al registrado luego de la catástrofe.

En tanto, un informe realizado por Trabajando.com reveló que 58% de los argentinos nunca trabajó en voluntariado aunque de ellos 91% lo haría si pudiesen o quisieran hacerlo, en tanto que el resto no lo haría porque no le interesa.

A raíz de esto, la socióloga Andrea Gelves explicó: "Tiene que ver con la situación mediática, por la manera en que se expone la tragedia, en este caso la inundación. Además influyó la falta de respuesta gubernamental de forma inmediata y la gente respondió por iniciativa propia".

"Respecto de la pobreza -continuó la especialista- se considera colectivamente que se puede manejar, no como un terremoto. La gente cree que hay una contención social, que el Estado está presente (yo como socióloga no lo creo) y por ello no tenemos la obligación de ayudar a la gente que realmente está mal.

Para citar un ejemplo de lo que se está exponiendo, uno de los voluntarios del comedor Brazos Abiertos de Las Heras contó que hace unos días pasó por la puerta de uno de los galpones donde se juntaban donaciones para enviar a La Plata. "Había muchísimas cosas. Y nosotros hace mucho estamos pidiendo colchones y frazadas para este invierno. Además, para cobrar un subsidio de diez colchones te piden mil y un papel", indicó.

Andrés Marsala, presidente de Cáritas Mendoza, resaltó que este hecho particular, el de las inundaciones, ha logrado unir distintos sectores antagónicos, desde los religiosos hasta los vecinales pasando por bomberos, políticos y organizaciones sociales.

De todas formas, recordó que lo fundamental es que la solidaridad debe estar organizada y sostenida en el tiempo para que la gente no se olvide rápidamente, porque las peores necesidades surgen después. "Sostenerla en un tiempo largo es una prioridad, porque la solidaridad se ve en lo cotidiano", explicó, agregando que es la cuarta catástrofe a nivel nacional en la que participa activamente desde que es presidente de la entidad.

Por su parte, Hugo Fiorens, fundador y coordinador general de Voluntarios en Red Mendoza, agregó que "el voluntariado debe convertirse en una actividad no extraordinaria, sino que debe estar dentro de la vida diaria de las personas para convertir las acciones de voluntariado en estilos de vida solidarios. Se trata de integrar la solidaridad en nuestras vidas de manera incondicional".

Fiorens, que es psicólogo social, además recordó que "el voluntariado y los voluntarios son la voz de los 'nadies', donde quedan tendidas las víctimas del sistema, los excluidos, y reivindica la justicia y la dignidad para ellos proponiendo espacios de vida diferentes, ejemplos de resistencia, ejemplos de otro mundo posible y necesario hecho en la realidad del día a día, en la práctica concreta".

Cuestiones personales

Aunque todos destacaron que el mendocino es solidario en general, también apuntaron que lo es más ante situaciones excepcionales. "Se 'prende' en momentos claves para ayudar. Antes no le hubiera donado a asociaciones de La Plata", indicó Romina Álvarez, trabajadora social y organizadora de la Gratiferia, donde la gente puede asistir para llevarse lo que necesite sin dejar ni dinero ni algún objeto a cambio, como si fuera un trueque.

En su opinión, la falta de solidaridad cotidiana está asociada a las responsabilidades de la rutina: "Las personas aprovechan su tiempo libre para el ocio. Lo consumen para su beneficio personal. Los cambios que se han dado por los trabajos o la vida de la familia hacen que se tienda a ser más egoísta".

Anabel Potaschner hace un tiempo decidió, por cuenta propia, ayudar al prójimo. A partir de su experiencia, contó: "Hay gente que tiene muy buenas intenciones, pero no que no sabe a quien donar. Además hay mucho miedo de que el destino no sea apropiado".

Respecto de ayudar a quienes necesitan una mano todo el año, señaló: "Creo que la gente no se pone en el lugar del otro y no sabe entender cuán grande es la necesidad por la que está pasando. Si te muestran a alguien llorando en la tele, te conmueve porque es algo concreto y tangible, pero hay una realidad que para nosotros no existe y que al no conocerla te hace seguir en la tuya. Acá las carencias son grandes y la experiencia de ayudar es buenísima. A mí me alentó para volver a salir a ayudar".

Héctor 'Miki' Banegas también se sumó a la causa solidaria, mucho antes de la inundación platense. "Hay desconfianza para donar. Pero es preferible hacer, que del miedo se hagan cargo los demás. Si vamos concientizando de a poco vamos a poder hacer más campañas solidarias, pero es un proceso que lleva tiempo", argumentó el voluntario del "Plan 100 años del club Independiente Rivadavia".

Finalmente, Marsala -de Cáritas- indicó: "Nosotros estamos todo el año con los que lo necesitan. Y si bien hay gente que se acerca a ayudar espontáneamente, son las organizaciones las que deben darle espacio. El desafío es canalizar la inquietud y las ganas de ayudar".