Doña Olaya y el Hospital El Carmen - Por Fabiana Mastrangelo

Doña Olaya y el Hospital El Carmen - Por Fabiana Mastrangelo
Doña Olaya y el Hospital El Carmen - Por Fabiana Mastrangelo

El estado de emergencia que estamos viviendo ha dejado al descubierto dos aprendizajes: lo que es esencial para cada uno de nosotros y el aporte al bien común como camino de sobrevivencia y existencia. También ha revelado la fragilidad de la vida humana. Por este motivo apelar a ejemplos humanistas ante situaciones similares nos inspira a pensarnos como seres-en-participación unidos en un destino colectivo.

A fines del siglo XIX, Mendoza contaba con un solo hospital, el San Antonio que, sin duda alguna, no alcanzaba para hacer frente a las epidemias que sufrían los pobladores. Hacia 1868 se creó una Comisión de Salubridad para contener el desarrollo del cólera morbus. Casi veinte años después, a partir de 1884, Mendoza tuvo epidemia de viruela, cólera asiática y endemia de difteria, enfermedades que cobraron la vida de 10.752 habitantes. Las zonas más afectadas fueron la capital de Mendoza y Belgrano (hoy Godoy Cruz).

Al leer las actas del Concejo Deliberante de aquellos años, observamos las acciones de la Comuna para atender enfermos, sepultar fallecidos y controlar la higiene comunitaria.

En Godoy Cruz existió una querida vecina, llamada Olaya Pescara de Tomba, nieta de la primera maestra y directora de una escuela de niñas de esa ciudad e hija de quien impulsara la creación del primer hospital de la localidad llamado “El Carmen”.

Olaya aprendió desde niña lo que significaba trabajar por el bien común. De esta forma, observando la necesidad de asistencia médica y hospitalaria ante las recurrentes epidemias, acompañó a su madre, Mercedes Maure de Pescara, en la iniciativa de crear un hospital. Además Olaya tenía una inspiración profunda para fundar un nosocomio que atendiera a niños, hombres y mujeres de su localidad. Su pequeña hija Orsola Tomba había fallecido de difteria a la edad de siete años, en 1892.

Según consta en el Álbum de la Conferencia El Carmen, entidad impulsora del hospital, se “juzgó inalcanzable” la propuesta en un primer momento. El escrito agregaba “hasta que se encontró generoso apoyo y decidida ayuda en el Señor Antonio Tomba”.

Este proyecto se concretó con el aporte de este solidario vecino y esposo de Doña Olaya. Luego vinieron otros aportes de los pobladores y de los gobiernos municipal, provincial y nacional.

No era usual la asistencia de la señora de Tomba a fiestas, fastuosos desfiles del Parque San Martín o reuniones sociales de la elite mendocina a la que pertenecía. Sí era común verla en los corredores y salas del Hospital El Carmen. Esta era su obra predilecta y que dedicó a su esposo, fallecido en 1899, un año antes de la inauguración. Ella estaba en todos los detalles de funcionamiento y dando alivio espiritual a los enfermos.

La obra de Olaya se plasmó también en las contribuciones para construir el edificio de la actual iglesia San Vicente Ferrer, inaugurada en 1912, y la donación de terrenos para la construcción del Colegio Compañía de María de Godoy Cruz en 1905.

Su espíritu generoso, heredado de su abuela y de su madre, cobijó a los desamparados y enfermos. Muchos llamaron a la suntuosa casa en la que vivía, ubicada frente a la Plaza Godoy Cruz, “Palacio de la caridad”, por la cantidad de niños, hombres y mujeres que diariamente la visitaban en busca de ayuda y protección.

Doña Olaya instaló en esa casa una galería hospitalaria en la que brindaba abrigo y comida a enfermos, desvalidos y mendigos. Se lo conoció como “comedor de los pobres”.

Cuando murió, el 19 de enero de 1933, la radio daba la noticia: “Ha muerto la madre de los pobres”. Estos llenaron la casa mortuoria y pidieron llevar con sus propias manos el ataúd hasta el cementerio. Los enfermeros y enfermeras del Hospital El Carmen hicieron guardia con blancos uniformes durante toda la noche alrededor del féretro.

El diario “La Libertad” señalaba en una nota necrológica: “la señora de Tomba formó en Godoy Cruz una verdadera escuela de altruismo”.

Al día siguiente de su fallecimiento, el Concejo Deliberante designó con su nombre a una calle del departamento.

La ciudad y sus pobladores reconocieron la labor de esta noble mujer. La devoción cristiana y una capacidad de existir atenta a la necesidad del prójimo, se plasmaron en obras de bien para su comunidad.

Existen luces del pasado que continúan iluminando con fuerza el presente.

En este contexto de pandemia es oportuno rescatar figuras que nos inspiran a pensar y actuar como seres-en-participación.

Para muchos, como Doña Olaya, trabajar por el bien común es una misión y una forma de vida.

El pasado 11 de febrero el Hospital El Carmen cumplió 120 años. Y hoy es uno de los nosocomios que atiende a los afectados de la pandemia en la provincia de Mendoza

Tenemos algo para ofrecerte

Con tu suscripción navegás sin límites, accedés a contenidos exclusivos y mucho más. ¡También podés sumar Los Andes Pass para ahorrar en cientos de comercios!

VER PROMOS DE SUSCRIPCIÓN

COMPARTIR NOTA