Doña Adriana, la abuela de 80 años que volvió a la escuela en Luján

Cursa el primer ciclo del nivel primario del CEBJA N° 3-251. Recibirá una distinción legislativa por ser un ejemplo de perseverancia.

Doña Adriana, la abuela de 80 años que volvió a la escuela en Luján
Doña Adriana, la abuela de 80 años que volvió a la escuela en Luján

Adriana del Carmen Martínez es una estudiante de nada más y nada menos que 80 años y actualmente cursa, en Luján de Cuyo, el primer ciclo del nivel primario del Centro de Educación Básica de Jóvenes y Adultos (CEBJA) Nº3-251 Honestidad, Esfuerzo y Trabajo. Mañana será distinguida en la Legislatura. 

Su niñez rural, allá en el sur de la capital Chilena, y una mamá doblegada por una enfermedad grave le impidieron continuar avanzando en la escuela, en la que recién estaba dando sus primeros pasos.

Adriana que todavía no era "doña" ni tenía 17 nietos y mucho menos bisnietos -tiene 5-, tuvo que abandonar sus estudios y dedicarse a los quehaceres domésticos. La escuela le quedaba a unos cuatro kilómetros, nadie podía llevarla, y ella era la hermana mayor que quedó a cargo de sus hermanos en la casa y sin padre presente.

Hoy (ahora sí), Doña Adriana del Carmen Martínez vive por elección propia la posibilidad que en la década de los 40' quedó trunca. Y de buen humor cuenta: "Estoy muy bien yendo a la escuela. Me parece que tengo que ser un ejemplo para los jóvenes, porque hoy en día pasan cosas que se solucionan en la escuela. Creo que ser una persona grande que va a la escuela es un ejemplo de que las cosas si uno se las propone se pueden hacer. Yo me digo...tengo tiempo... ¿por qué no voy a ir?".

Adriana dice que le gusta mucho la matemática y que le cuesta un poco lengua. Lo que no cuenta, es que debe caminar un kilómetro y medio para llegar al aula.

Agrega que le gustaría tener otras materias, pero que es muy pronto para empezar con todo - por todo se refiere a la geografía, por ejemplo- de repente. "Es difícil ponerse a estudiar porque una no tiene la misma memoria que antes. Pero sólo cuando te morís es momento de darse por vencida. Mientras tanto la vida sigue y tenés que seguir haciendo", cuenta profética la abuela que también hace yoga dos veces por semana.

Adriana recomienda a los jóvenes que estudien, que no se queden en casa, que no hagan cosas "malas", que siempre busquen salir adelante: "Cuando sean grandes y tengan un empleo se van a dar cuenta que estudiar sirve. Si no, cobrás la jubilación mínima o de una pensión y estudiando tenés un mejor futuro" .

La vida de doña Adriana

Doña Adriana nació el 19 de mayo de 1937 en San Fabián de Alico, en la provincia de Ñuble, en Chile, en el seno de una familia trabajadora encabezada por su mamá, Ercilia del Carmen Martínez Leiva, quien se dedicaba a la tarea de tejer de prendas. Es la mayor de un total de nueve hermanos.

A los 18 años se casó con Guillermo Arnaldo Fuentes, con quien tuvo siete hijos en Chile: María Verónica (60), Guillermo (59), Wladimir (57), Jacob (55), Verenice (52), Nicolás (49) y Walter (45). En 1975, por problemas sociopolíticos tuvo que dejar su país natal y así llegó a la Argentina.

Junto a su esposo criaron y educaron a sus hijos con amor y trabajo en Tupungato. Luego se trasladaron a Luján de Cuyo.

Cuando su esposo falleció en el 2000, ella comenzó a trabajar vendiendo ropa para subsistir económicamente. Luego, en el 2012 decidió concurrir a un CEBJA de la Ciudad de Luján para comenzar sus estudios, pero por problemas económicos tuvo que abandonar su sueño.

Finalmente, en el 2014 ingresó al CEBJA Nº3-251 Honestidad, Esfuerzo y Trabajo, del barrio Juan Jiménez, en Perdriel, a partir de lo cual comenzó a fluir su historia de vida.

Sus incontenibles deseos de aprender a leer y escribir la hicieron asistir continuamente, caminando un kilómetro y medio, tanto al aula satélite de la calle Bella Vista como a la de Costa Flores.

Ya ha sido distinguida oficialmente por el Concejo Deliberante de Luján de Cuyo y la Dirección General de Escuelas (DGE) de la Provincia.

La propuesta del senador justicialista resalta también que Martínez “es constante en lo que hace, se esfuerza por dar lo mejor en todo lo que emprende. Es un fiel reflejo de una mujer luchadora, fuerte, con coraje y entrega”. Y advierte destaca que ella “continúa sus estudios, lee y participa en la comunidad educativa, constituyendo para todos un ejemplo de perseverancia”.

Finalmente reseña que “testimonios como los de Adriana deben visibilizarse socialmente para reforzar los valores en el ámbito educativo en tiempos donde la inmediatez y la fugacidad prevalecen en detrimento de la perseverancia, el esfuerzo y la dedicación”.

La distinción legislativa

Mañana recibirá una distinción legislativa por “su deseo de aprender, ejemplo de perseverancia y constancia para finalizar sus estudios”. Será desde las 11 en el Salón Rojo de la Legislatura provincial (Patricias Mendocinas y Paseo Sarmiento, Ciudad) de acuerdo a la resolución Nº339 emanada de la Cámara de Senadores, a instancias de un proyecto presentado por el senador provincial Gustavo Arenas (FPV-PJ).

En la resolución se estableció que el reconocimiento es para la destacada alumna, por haberse transformado en una guía para sus 17 nietos y cinco bisnietos con su “digno ejemplo de superación para toda la comunidad” educativa y de Mendoza “por representar valores de constancia y dedicación”, según rezan los fundamentos de la iniciativa.

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