La diferencia de jerarquía, real y desde lo presupuestario, quedó expresada en la goleada final, consumada a partir de errores conceptuales y tácticos de Sportivo Balloffet, quien pareció más bien un equipo amateur.
San Martín aceptó de buen modo todos los regalos que hizo el fondo de los sanrafaelinos y, pese a que le costó conseguir la apertura del marcador, terminó configurando una goleada con puntos altos que invitan a la ilusión. Javier Villaseca, en dos ocasiones; Federico Chiocarello, Maximiliano Neira y Emmanuel Vargas marcaron los tantos que decretaron la renuncia de Luis Castillo al frente del equipo sanrafaelino (ver aparte) y aumentaron a cuatro la racha de partidos sin conocer la derrota para el León.
El capítulo inicial expresó la determinación de San Martín de ser vertical en todo momento, con escasos momentos de descanso para cuidar el balón entre líneas. Todo era a máxima velocidad, con carrileros ideales para romper por afuera y con Villaseca encontrando siempre el espacio vacío.
Los visitantes intentaron dar batalla aunque carecieron de argumentos serios para desequilibrar. Apenas Gonzalo Videla sacudió la modorra con un tiro libre que obligó a Luis Bonacci a volar para sacar al córner. Después ya no volvió a poner un pie en el área local y terminó desmoronándose con cada incursión ofensiva de su rival.
Aunque el “Gato” abrió el marcador antes de la media hora de juego, hubo que esperar hasta la segunda mitad para que el Albirrojo resolviese el entramado del partido. Desde el tanto de Neira, quien leyó bien lo que pedía la jugada, los esteños pasaron por arriba a un rival que no tuvo respuestas físicas ni anímicas para dar vuelta la historia.