Don Cazín Azura nació en Siria en 1888. A principios del siglo XX, algunos habitantes de Medio Oriente hablaban de un país lejano llamado Argentina, al que varios de sus compatriotas habían viajado con la esperanza de encontrar un nuevo horizonte. A muchos -se decía- les iba muy bien. Esta noticia hizo pensar a Cazín en la posibilidad de emigrar hacia esas latitudes.
Tenía solo 16 años cuando se embarcó con sus hermanos Amado y Miguel hacia América del Sur. Luego de más de un mes de viaje, el buque llegó al puerto de Buenos Aires y se hospedaron en el Hotel de los Inmigrantes. Uno de los mayores problemas que tuvo Cazín Azura y sus hermanos fue el idioma español. Era muy difícil para ellos su pronunciación, pero con el tiempo pudieron superar esa barrera.
En la ciudad de San Nicolás, con su cashí al hombro, los Azura comenzaron a vender mercadería para ganarse el sustento diario. Pero mejores épocas les tocó cuando se establecieron por varios años en la localidad de Junín de Buenos Aires.
Llegada a la tierra del buen vino
Cazín buscaba mejorar su situación económica y tomó la decisión de partir hacia otro lugar. El sirio se decidió por Mendoza. Tiempo después de su llegada, estableció un almacén al por mayor en calle Remedios de Escalada al 1900, en plena Alameda. Al año siguiente, abrió otro negocio frente a la plaza Pedro del Castillo.
Su habilidad comercial pronto inauguraría una casa importadora de tejidos, ropa y mercería. Al poco tiempo, creó la primera fábrica textil en nuestra provincia.
El negocio creció y comenzó a vivir una vida económicamente cómoda. Fue en esos tiempos que conoció a María E. Godoy, una mendocina descendiente de una tradicional familia española con quien se casó luego de un breve noviazgo.
Un inmigrante fraternal
Además de posicionarse como un gran empresario, don Cazín fue elegido por sus compatriotas como presidente de la “Liga Patriótica Sirio Árabe”. El edificio funcionó en calle Remedios de Escalada de San Martín 1933. El objetivo de esta asociación de beneficencia era velar por los ciudadanos de escasos recursos de la comunidad Siria.
Educación para todos
A principios de 1927, Cazín Azura creó y dirigió el “Colegio Sirio- Arabe”, con el objeto de aprender y estudiar la lengua nativa de sus padres y abuelos.
El entonces gobernador de la provincia, Alejandro Orfila, le concedió la personería jurídica ese mismo año. En principio esta escuela estaba ubicada en Remedios Escalada de San Martín 1941 y luego se trasladó a la calle Rioja al 1960.
De espíritu altruista, también donó dinero para crear otras varias escuelas en la provincia, ya que consideraba a la educación como pilar de la sociedad.
Don Cazín Azura falleció el 20 de agosto de 1938, a la edad de 50 años. Una plaqueta en el Paseo Alameda, recuerda su labor y legado.