A casi una semana de que mató a su pareja a puñaladas en Luján, recibió el beneficio de la prisión domiciliaria Patricia Garnica (34), presa por el crimen de Cristian Vergara (34). La investigación espera por pruebas claves y la imputación actual se mantiene.
En los últimos días los abogados de la mujer habían solicitado su arresto en una vivienda, ya que es madre de un pequeño de un año a quien todavía le da de mamar. Esta situación y la posibilidad de que la acusada haya actuado bajo un contexto de violencia de género, llevaron al fiscal Flavio D'Amore a permitirle que cambie su lugar de detención.
Desde la mañana del jueves 13 de febrero Garnica estaba alojada en una celda de la comisaría 11, luego de propinarle dos cuchillazos al hombre en la casa que compartían en calle Tucumán. La víctima sufrió heridas en el tórax y el abdomen, y al salir a la vía pública caminó algunos metros y cayó desvanecido.
La sospechosa fue detenida minutos después y a un policía le hizo una confesión espontanea: se habría defendido de un ataque de Vergara.
En el expediente ella no ha declarado de manera formal y está imputada por homicidio agravado por el vínculo, delito que frente a un jurado popular podría darle prisión perpetua en un futuro. La acusación no ha cambiado más allá de la domiciliaria, que se logró tras el pago de una fianza de $250.000.
La mujer presentó algunas lesiones tras el hecho, detalle que podría servirle para probar que se defendió de los maltratos del fallecido. Clave para esto será determinar cuándo le produjeron esas heridas.
También serán determinantes las pericias psiquiátricas y psicológicas que le realizarán a la mujer. De confirmarse una legítima defensa durante el crimen, la detenida quedaría libre y absuelta.
El aporte de testigos será otro elemento de peso para saber si había un contexto de violencia de género. El hecho se habría originado por una fuerte discusión y recriminación de la mujer porque el hombre no asistiría a una entrevista de trabajo.