Desafortunadamente no es noticia que sorprenda, pero subleva por lo cobarde de la acción. Otra vez vándalos intentaron incendiar una escuela pública, en este caso la "República del Perú", de Godoy Cruz, y si bien no lograron su funesto propósito final, causaron daños.
Ocurrió el sábado, por la tarde, como dio a conocer Los Andes en su edición de ayer, cuando desconocidos, presumiblemente jóvenes, entraron al establecimiento del barrio Laprida y prendieron fuego en 3 aulas de la primaria.
El fuego dañó de consideración 2 de las dependencias, donde se instruyen 30 alumnos en cada una, mientras que la tercer sala también resultó con daños, aunque menores.
Los delincuentes ingresaron por el sector oeste de la sede educativa, que es bastante cerrada y tiene cerco de alambre de concertina, precisamente para protegerla de ingresos furtivos.
Los peritajes determinaron que los delincuentes prendieron papeles, probablemente carpetas o elementos didácticos de los propios alumnos. El fuego derritió el policarbonato de las ventanas, dañó pizarrones, especialmente unos modernos para escribir con elementos de fibra, e inutilizó calefactores, bancos y sillas de los docentes. Todo quedó ennegrecido por la combustión.
Ayer no hubo clases en el establecimiento, cuya dirección ejerce Sandra García. Para hoy estaba dispuesto reanudar las actividades escolares y la Dirección General de Escuelas pidió a los progenitores que enviaran a sus hijos a clase. Los cursantes de los espacios dañados serán reagrupados hasta que las partes afectadas sean rehabilitadas.
La irrupción de lo que se cree fue un grupo de personas no solo afectó el cursado de la escuela Perú, sino también al Cens N° 3-411 Raquel Robert, que funciona en horario vespertino. Los irracionales sujetos dejaron leyendas, intimidantes, en un pizarrón.
La institución primaria se encuentra en un predio que prácticamente abarca casi una manzana educativa, ya que al lado, hacia el sur, funciona el colegio secundario Mahatma Gandhi, y detrás, hacia el oeste, es jurisdicción del instituto Esperanza, dedicado a personas con discapacidad.
El incendio no tuvo la magnitud de otros tristes episodios de esta naturaleza -incursión de desconocidos-, como los ocurridos en las escuelas India Magdalena, de Las Heras o René Favaloro, de Luján de Cuyo, pero por las evidencias obtenidas por los peritos, intentaron un estrago mayor: abrieron las llaves de las estufas para que el gas hiciera contacto las llamas. Afortunadamente, las varias vías que se abrieron al derretirse el material de las ventanas filtraron el fluido y no hubo explosión.
Aunque ayer no hubo actividad en la escuela Perú, varios padres concurrieron a la sede para comprobar lo que había ocurrido.Algunos manifestaron su repudio por la cobarde acción ante la directora García y otras autoridades.
Liliana Lillo y Sandra Funes, madres jóvenes, que mandan a sus hijos a la Perú, no ocultaban su bronca por lo sucedido. "Hemos venido a apoyar a las maestras...No es fácil entender por qué ocurre una cosa así", dijo Liliana, madre de 5 chicos. Otras madres contaron que en los días previos al comienzo de clases, y durante el paro decreta do por el gremio docente, educadoras, celadoras y otras personas se dedicaron a arreglar dependencias del establecimiento, a pintar aulas y puertas y hasta colocaron cortinas y ornamentos. "Lo hicieron por propia iniciativa, afrontando los gastos de esa tarea", explicó una vecina.
En tanto Hugo Alberto Paiva, vecino del Laprida y ex alumno, señaló que en el pasado hubo hechos menores, pero "lo que hicieron ahora no tiene perdón de Dios".
No faltaron mayores que señalaron que querían garantías para el regreso de los infantes a las aulas, debido a que les preocupaba la seguridad de los techos. "El cielorraso de las 2 habitaciones afectadas debe quedar en condiciones", afirmaron.
El subsecretario de Infraestructura, Hugo Quiroga, aseguró: "Se harán las reparaciones necesarias y la reposición de los artefactos y mobiliario dañados, como estufas, sillas para educadores y bancos. Se asegurará el sistema eléctrico y las instalaciones de gas".
Se le comentó al subsecretario que algunos padres pedían el enrejamiento del sector ahora invadido, situación que quedará en estudio para ver qué medida de prevención conviene encarar. Por ahora, se solicitó a la comisaría de jurisdicción, la 34a, más vigilancia sobre la zona. De hecho, y aunque el sector es jurisdicción de conglomerados de clase media, como los barrios Laprida y Bancario, no faltan sucesos de inseguridad. El domingo fueron desalojados por la policía varios jóvenes, unos 15, que habían ingresado con fines de dudosos motivos a los patios del colegio Gandhi.