La turbulencia financiera se reavivó exactamente al cumplirse un año del inicio de la crisis financiera que provocó el colapso económico y que puso en jaque la continuidad en el poder de la de la coalición Cambiemos con Mauricio Macri a la cabeza.
Sin embargo, en esta oportunidad la sangría de los activos argentinos responde a una serie de señales políticas contrarias a las expectativas del mercado y ya no tanto a la sequía y a la guerra comercial entre los Estados Unidos y China.
Este jueves volvieron a recalentarse dos termómetros clave para medir el humor de los inversores y el nivel de riesgo futuro que afronta la Argentina. Los grandes jugadores que determinan la tendencia del sistema financiero abandonaron masivamente sus posiciones en activos locales y eso apuntaló una vez más al dólar en la plaza local y llevó al Riesgo País a niveles no deseados.
Los movimientos parecen ser el resultado directo de una serie de señales clave de cara a la batalla electoral de octubre, cuando se definirá qué modelo político tomará las riendas de la Casa Rosada. Puntualmente, los analistas financieros vinculan la búsqueda de refugio con las noticias en torno a la gobernadora bonaerense, María Eugenia Vidal, a la senadora nacional Cristina Fernández y claramente a la incapacidad de Macri de revertir la crisis que lo aleja del electorado tan volátil como determinante.
El pasado martes, al disertar ante los empresarios del Consejo Interamericano de Comercio y Producción (Cicyp), Vidal ratificó que peleará por un segundo mandato en el territorio bonaerense, una decisión contraria a las expectativas que tienen varios de los principales actores del mundo económico respecto a que ella reemplace a Macri en el sillón de Rivadavia.
Durante su presentación y luego de resaltar sus logros de gestión en la provincia, Vidal puso en evidencia su perfil de campaña: "Sigo creyendo que la enorme mayoría de los argentinos quiere cambios como este. No quiere más atajos, no quieren más caminos fáciles, no quiere más 80 años de líderes mesiánicos, quiere equipo y no equipo solamente de un espacio político, equipo de toda la política y de todos los argentinos".
Los altos ejecutivos presentes recibieron sus palabras con un aplauso generalizado. Sin embargo, quienes asistieron a ese encuentro con la esperanza de que Vidal garantice la continuidad de Cambiemos se retiraron del Hotel Alvear donde se realizó el evento con la incertidumbre a flor de piel al saber que Macri será quién emprenda la difícil tarea de recuperar el encanto perdido en el electorado.
Y como si fuera poco, seguidamente Cristina Fernández sorprendió al romper el silencio y darle más entidad a su eventual postulación, lo que para muchos de la oposición ya es una certeza. La senadora anunció que presentará su libro titulado "Sinceramente", en el que define a Macri como el "caos" y plantea que "hay que volver a ordenar el país".
Los mensajes políticos se suman a los dramáticos números de la economía, aún en recesión y con una inflación imparable: tal como lo anticipó Macri, los precios registraron un "pico" en marzo del 4,7 por ciento y claramente los nuevos avances del dólar no facilitan la desaceleración tan esperada en el equipo económico del Gobierno nacional.
El presente anticipa parcialmente las dificultades que deberá afrontar quien asuma en diciembre próximo con un programa económico que no se ajuste a la disputa del poder político sino a los desafíos reales de la Argentina.