Después de una extenuante jornada de negociaciones entre los miembros paritarios del Gobierno provincial y los representantes del gremio de los docentes mendocinos nucleados en el SUTE (Sindicato Unido de Trabajadores de la Educación), quedó suspendido el paro que había sido votado la semana pasada para hoy, mañana y el jueves inclusive.
La retracción de la medida de fuerza se debió a que los educadores accedieron a evaluar la oferta oficial, que consistió en un incremento de 30,5 por ciento en blanco a pagar en tres etapas, de manera escalonada: 15 por ciento en marzo, 8 por ciento en agosto y 7,5 por ciento en octubre.
De este modo, los estudiantes de todos los niveles y modalidades de la provincia deberán asistir a clases hasta tanto las partes continúen las negociaciones. Al cierre de esta edición y mientras aún se encontraban reunidos con el Gobierno, el sindicato sólo anunció que daría marcha atrás con el paro extendido para esta semana.
Tal como estaba previsto, la quinta reunión paritaria se concretó en la Subsecretaría de Trabajo, en el marco del reclamo por mejoras salariales que mantienen los docentes. Mientras que en las escuelas las actividades fueron normales, durante casi todo el día se vivió un clima de tensión.
De hecho, los educadores habían decidido en los plenarios de la semana pasada que irían a un paro de 72 horas desde hoy en el caso de la propuesta oficial no se ajustara a su requerimiento.
Pasado el mediodía, se supo que la oferta del Gobierno esta vez sería un aumento de 30 por ciento en los salarios pero -nuevamente- con ítems no remunerativos. Es que si bien el pedido de los trabajadores había sido justamente un incremento no menor a ese porcentaje, ellos expresaron durante paritarias anteriores que no recibirían ninguna cifra en negro.
En ése marco y con la amenaza de una medida de fuerza extendida -que dejaría nuevamente las aulas vacías en Mendoza- la negociación fue extendida y la propuesta reemplazada.
Mientras el Gobierno calculaba una oferta más convincente, los miembros del SUTE realizaron simulaciones de sueldos para tener una perspectiva más certera de cómo impactaría esta mejora en los salarios.
Con el pasar de las horas, los padres y estudiantes se mantuvieron expectantes a la espera de una definición. Hasta la noche, ni el SUTE ni el Gobierno se animaron a adelantar un acuerdo.
Incluso, como la oferta no había sido rechazada de plano a último momento se abrió un atisbo de esperanza que permitiese vislumbrar que las partes llegarían a un acuerdo. De no suceder esto, los cerca de 500 mil alumnos que asisten a la escuela estatal continuarían con una semana más de clases intermitentes.
Vale recordar que en sintonía con lo sucedido a nivel nacional, este año el ciclo lectivo en nuestra provincia resultó postergado y se perdieron ocho días de clase efectivos como consecuencia del conflicto.