Docentes reclaman una ley que castigue a padres violentos

Fue durante la jornada de reflexión en las escuelas de niveles inicial, primario y secundario. Debatieron sobre un nuevo protocolo para casos de violencia y reclamaron que se apruebe el proyecto que penaliza agresiones y amenazas a maestros y profesores.

Docentes reclaman una ley que castigue a padres violentos
Docentes reclaman una ley que castigue a padres violentos

Los repetidos episodios de bullying en las escuelas, sumados a las constantes denuncias de docentes de agresiones y hechos de violencia de los que son víctimas por parte de padres y alumnos derivaron en que la DGE tome cartas en el asunto, El gobierno escolar preparó un Protocolo de procedimiento ante situaciones emergentes en las escuelas, cuyo borrador fue tratado ayer en las escuelas de la provincia (públicas y privadas) de nivel inicial, primario y secundario.

Sin embargo, los docentes consultados coincidieron en que no alcanza con el protocolo ("no va a solucionar la situación de forma mágica"), y pidieron que se avance con la ley para penalizar a los padres que los agredan (presentada por la DGE en la Legislatura hace un mes).

Sin clases en las aulas, los maestros mantuvieron reuniones y trabajaron en equipos, informándose y haciendo sugerencias y salvedades al material preparado por el gobierno escolar. "Es más que necesario tener un protocolo, porque actualmente las profesoras estamos improvisando y siguiendo la intuición frente a casos de violencia. Pero es bueno que exista un instructivo sobre cómo actuar y qué cosas hay que hacer", destacó Silvia Grados, directora de la escuela Normal.

Consenso

El borrador que fue bajado a las escuelas ayer detalla distintas situaciones de violencia, centrándose en las que ocurren en la escuela y en el ámbito intra y extra familiar.

Por ejemplo, busca definir un modus operandi para actuar frente a casos de violencia entre alumnos, acoso escolar, ciberacoso, discriminación por orientación sexual, violencia en el noviazgo y episodios de violencia de familiares de alumnos hacia personal de la escuela (o viceversa).

También se contemplan aquellos casos en los que haya violencia por parte de empleados de las escuelas hacia estudiantes, entre pares, autolesiones y la necesidad de estar alertas frente a posibles signos de intentos de suicidio y maltrato o abuso.

"Lo interesante es que al ser borrador no es algo que sea definitivo, sino que está abierto a las discusiones que se generen y el definitivo -en teoría- va a contemplar las observaciones que se le hagan en las jornadas. Igual sigue haciendo falta una ley que responsabilice a los padres por los episodios de violencia contra los docentes. Se prometió una y la estamos esperando", indicó Sonia Moyano, vicedirectora del Normal.

"Esperemos que esto no sea otra forma de culpar a los docentes de todo lo que pasa en el aula y afuera. Porque un protocolo que ayude es muy útil, pero uno que no haga más que cargarnos de responsabilidades y hacernos culpables de más cosas, no", se quejó Ana Laura, docente de otra escuela de Capital.

"Los docentes terminamos cada vez más acorralados, porque todas las miradas siempre están puestas sobre nosotros. Hace falta la ley que responsabilice a las familias, porque estamos desprotegidos. Es necesario el protocolo, pero también esa ley para que los padres respondan como responsables", indicó otra docente del Normal.

Precisamente, en este colegio ubicado en pleno centro una docente debió salir con escolta policial ante las amenazas de la madre de una alumna. "Fue días antes de las vacaciones de invierno y me habían amenazado a mí y a mis hijos. La mujer dijo que era por algo que yo le había hecho a la hija", contó la educadora.

En la escuela Mariano Necochea, de Las Heras, las jornadas también dejaron un sabor agridulce. Es que si bien el espacio para debatir el protocolo tuvo una buena recepción, los docentes saben que no alcanza sólo con esto.

"Se han hecho algunas sugerencias y observaciones con las cosas con las que no estamos de acuerdo. Pero se estaba esperando un espacio así. Hemos notado que hay muchas cosas que nos superan a diario, como los casos de padres que amenazan o agreden, y que tienen que ser bien contemplados en el protocolo, porque no sabemos cómo actuar en esos casos", indicó la secretaria de la escuela, Isabel Montaña.

Para la consejera académica de la Escuela Italiana de Guaymallén, Gisela Bravo, "hace falta complementar el protocolo con capacitación", sobre todo ante los casos de bullying. Lo mismo opinó Agustina Villegas, docente de nivel inicial: "Quien tiene la situación en sus manos al principio es la docente y prácticamente actúa por instinto. Sería bueno que se prepare a los docentes para estas cosas".

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