La discusión por los salarios de los empleados públicos nunca pareció cerrarse del todo por el rechazo de los gremios a las propuestas oficiales y los consecuentes decretos que definieron las paritarias.
La polémica se reactualizó con el pago, el último día de agosto, del segundo aumento dispuesto para el año, que rondó el 10%, y que confirma a los vinculados a la docencia como los peor pagos del Estado.
Los datos surgen a partir de un estudio hecho por el Gobierno, al que accedió este diario, que hace una comparación salarial en la que aportaron su trabajo la Dirección de Estadísticas e Investigaciones Económicas (DEIE) y el Ministerio de Hacienda.
El estudio permite ver el impacto de los aumentos salariales incluidos comparaciones entre públicos y privados, números sobre inflación y cálculos nacionales. Concluye con una división por sectores y promedios de sueldos actualizados a setiembre de 2016.
Los números más bajos se lo llevan los cargos docentes -incluyendo celadores- con un salario neto en promedio menor a 13.400 pesos.
En el otro extremo de la medición, los funcionarios judiciales cobran 38.096,20 pesos.
La discusión por los sueldos de la educación fue la más difícil que enfrentó el Gobierno y después de tres reuniones el Ejecutivo decidió definir de modo unilateral el aumento para después ratificarlo en la Legislatura. El principal problema fue (y sigue siendo) el polémico ítem Aula que implica un 10% del básico.
Volviendo al informe, otros sueldos promediados son de la administración central del Estado que, excluyendo a los funcionarios políticos, promedian los $ 16.423 y por encima de ellos están los empleados judiciales con $ 22.010.
El ranking lo completan los no profesionales de la salud con $ 18.133; los profesionales de ese ámbito con $ 22.884; los policías con $ 21.342 y los penitenciarios con $ 21.752.
A lo largo del primer semestre las negociaciones con cada sindicato variaron sus tiempos y cuatro de ellas terminaron con aumentos por decreto (además de educación, judiciales, administración central y no profesionales de la salud ). De todas formas, a nivel general se otorgó una suba de 25% dividida en dos etapas y la segunda de ellas fue la que se pagó a fines del mes pasado.
"Una vez que se implementó en agosto empezamos a trabajar en este informe. Un primer dato es que el Consejo Federal de Responsabilidad Fiscal vio que el porcentaje promedio a nivel nacional era del 25,66%. El nuestro fue cuestionado por algunos sindicatos por insuficiente pero está dentro de la media nacional. Ése es un primer dato claro” explicó Ulpiano Suárez, subsecretario de Gestión Pública y Modernización del Estado, con las cifras a mano.
Inflación y privados
El análisis local también compara salarios del Estado con empresas privadas. Concretamente, se afirma que el pago promedio del sector público es de $ 16.390 mientras que, según Economía & Regiones, el salario del sector privado asciende a $ 13.075. En otras palabras, los sueldos que pagan las empresas están 20% por debajo de lo que paga la Provincia, de acuerdo al informe oficial.
Un elemento clave para calcular las paritarias es la inflación, un número difícil de manejar en los últimos años. De todas formas, con índices de precios formulados en San Luis y Ciudad de Buenos Aires, el Ejecutivo deslizó críticas a la anterior gestión y aseguró que no deberían reabrirse las paritarias hasta terminar el año.
En primer lugar, según esos datos, puede afirmarse que la inflación anual de 2015 fue de 26,9%. Mientras tanto, el aumento de salarios públicos fue del 35%, dando un margen extra de 8 puntos cuando el gobierno del peronista Francisco Pérez no logró que la recaudación creciera a ese ritmo. En efecto, como los ingresos crecieron en menor medida se demoró el pago de salarios y la provincia se endeudó para poder cancelarlos.
Lo último se mantiene hasta el día de hoy, aunque desde Hacienda aseguran que la brecha entre lo que se recauda y se paga en sueldos se está reduciendo. “Para arreglar lo de los otros, nos va a llevar tiempo”, susurraron en el ministerio con visible pesar.
En segundo lugar, referido a la reapertura de paritarias por inflación, los datos de la DEIE y el IPC Ciudad de Buenos Aires afirman que mientras se negociaban los sueldos de 2016 había una inflación mensual promedio de 4,6%. Sin embargo, en julio habría sido del 2,3% y en agosto se dio un número negativo de -1,1% empujado por la refacturación de las tarifas.
Así lo resumió Suárez: “Hay una decisión política de no reabrir paritarias porque hoy los sueldos se siguen pagando con endeudamiento.
Con este informe pretendemos reforzarlo con otros datos de la realidad ya que el incremento que se dio está al nivel de la media nacional, se acordó cuando la inflación era más alta que ahora y el salario público es un 25% mayor que el privado”.
Entre la crítica y la aceptación
Desde el lado de los gremios, el más afectado en términos de salario es el SUTE con el personal docente. Su secretario general, Adrián Mateluna mostró un fuerte rechazo por las cifras del Gobierno y remarcó que la paritaria se había cerrado de forma unilateral por decreto.
“Estos números ni se asoman a lo que tiene que ver con el aumento de precios. Son la misma nada frente a lo que vemos nosotros. Lo que nos han aumentado es totalmente insuficiente y lo que hace es reafirmar el pedido por nuevas paritarias”, expresó el sindicalista.
Según su panorama, la inflación anual ronda el 47% y la escasa suba salarial se refleja “en la pérdida de poder adquisitivo de los que más sufren, los trabajadores”.
Más calmada se mostró Isabel del Pópolo, titular de Ampros, que nuclea a los profesionales de salud. Tras afirmar que se había recibido el acordado aumento del 9,5% y otras actualizaciones, consideró que su mayor lucha estaba ahora en conseguir el 82% móvil para jubilados y que para ello harían medidas de protesta la próxima semana.
En cuanto a la comparación de sueldos entre sector público y privado, consideró que no era fácil de analizar ya que en el sector médico privado la situación depende de los arreglos individuales y varía mucho según cada especialidad.