La reunión paritaria entre los representantes del Gobierno provincial y del gremio docente no llegó a buen puerto. El Ejecutivo llevó a la mesa una propuesta menor a la que pide el sector, lo que hizo fracasar las negociaciones por considerarla "insuficiente". Las partes volverán a reunirse el jueves que viene, pero desde el Sindicato Unido de Trabajadores de la Educación (SUTE) ya adelantaron que de no lograrse un acuerdo, las clases no comenzarán el 25 de febrero.
La propuesta oficial a los docentes fue otorgar un aumento del 19,1 por ciento escalonado en tres etapas: una en enero-abril; otra en mayo-agosto y la última en septiembre-diciembre. Esto, según explicó el titular del SUTE, Javier Guevara, implicaría una suba de 480 pesos en el salario de bolsillo de un celador en septiembre y de 726 pesos para un docente de grado con diez años de antigüedad en ese mismo mes.
“En ambos casos estamos hablando de montos muy por debajo de los aumentos que se dieron al sector el año pasado. Implica todo un retroceso”, dijo el gremialista. Ahora el Gobierno deberá volver a la carga antes del fin de semana y llevar la Subsecretaría de Trabajo “una propuesta superadora”.
“Lo que trajeron es totalmente insuficiente y a esta altura ya está en peligro el inicio de clases, porque todo lo que se presente tiene que ser analizado por los docentes en los plenarios departamentales y luego en el plenario provincial”, detalló Guevara, quien además señaló que no se trata de fijarse en el porcentaje sino en la forma en que la cifra propuesta impactará en la estructura salarial.
Guevara insistió con su pedido para que el Gobierno haga un ofrecimiento sobre la estructura salarial. Es decir, sobre el básico y el estado docente. El pedido corre tanto para maestros y profesores como para celadores.
Según ya lo han manifestado en diversas oportunidades, el objetivo del gremio es que, al subir el piso, aumenten otros ítems importantes. Antigüedad y escala jerárquica son los más significativos.