El año escolar comienza con paro y movilización. La decisión quedó confirmada ayer en un plenario provincial que tuvo el SUTE, luego del fracaso de la negociación salarial con el Gobierno el miércoles pasado.
Según definieron, y tal como anticipó ayer este diario, el 5 de marzo, día en el que deben comenzar las clases, habrá un paro con movilización hasta Casa de Gobierno y el 6 harán asambleas en todas las escuelas "en donde los docentes discutirán sus condiciones de trabajo", sin dictar clases. El miércoles se retoma el diálogo para intentar definir los sueldos.
Es por eso que, tal como están las cosas hasta ahora, las clases podrían comenzar el 7 de marzo, aunque desde el sindicato no se animan a confirmar esto como un hecho y el panorama se congela en las medidas ya definidas para el miércoles y jueves. Hasta es más, dentro del cronograma diseñado, el viernes los delegados volverán a reunirse (al igual que ayer) para decidir los próximos pasos de no tener respuestas desde el Ejecutivo.
A la misma medida de fuerza también se suman los docentes privados: desde el Sadop confirmaron que harán lo mismo que resolvió el SUTE y pusieron en duda el inicio de clases para el 7. "Hasta no saber qué deciden los gobiernos nacional y provincial no podemos confirmar nada. Por lo pronto, el 5 nos movilizaremos y el 6 estaremos de asamblea", anunciaron.
Así se completa el panorama en las escuelas públicas y privadas, y se cumple con el no inicio de clases anunciado a principio de semana. En lo concreto, el postergado ciclo lectivo 2014 debe superar discusiones que todavía no vislumbran soluciones.
"Exigimos que el Gobierno nos dé una propuesta seria, hasta ahora han sido vergonzosas", calificó Adrián Mateluna, secretario general del gremio docente, la propuesta inicial de 22,7% en cuatro etapas y la segunda de 25% en tres etapas, oferta que se puso en la mesa el miércoles pasado.
En lo que viene, el lunes el Gobierno nacional tiene agendada la discusión salarial con los docentes de Buenos Aires. Los porcentajes y las decisiones a las que se lleguen serán un gran condicionante, como ya ha sucedido las anteriores veces, de lo que luego pueda pasar en Mendoza.
"El Gobierno mira para Buenos Aires cuando le conviene, pero no lo hace para equiparar la asignaciones familiares, que acá están en los $ 220", criticó Mateluna y responsabilizó: "Nosotros pretendíamos abrir paritarias mucho antes pero empezaron tarde. Han utilizado la dilación y han asegurado el no inicio de clases ofreciendo un 9 por ciento de aumento", dijo en relación a la suba escalonada (9% en marzo, 9% en agosto y 8% en octubre).
En torno a las demoras y pausas, la mesa de negociación abierta a mediados de mes todavía sigue en cuarto intermedio hasta el miércoles a las 17, cuando nuevamente Andrés Cazabán, responsable de la negociación por el Gobierno, y los docentes vuelvan a verse cara a cara para intentar poner fin al conflicto que posterga el inicio de clases.
Y el hecho de que justamente haya un arreglo dependerá del número que le pongan desde el Ejecutivo a la "propuesta superadora" que vienen prometiendo desde el inicio de las conversaciones.
El mismo Cazabán admitió, sin dar más detalles el miércoles pasado, que pueden ofrecer más de 25 por ciento, aunque en el discurso acordado a nivel nacional se habla de no superar esta cifra, hecho que se comprueba en la sintonía de las propuestas hechas en otras provincias.
En los números y en las expectativas del triunfo de la negociación, el pedido que hacen desde el SUTE es que "el sueldo inicial para los docentes sea de 5 mil pesos y para los celadores de 4.300".
Evitando hablar de porcentajes, traducido a esto sería un 42% más de lo que ahora cobra un maestro que recién comienza (ronda los $ 3.500).
"Vamos a seguir sosteniendo la paritaria como la herramienta en la que los trabajadores luchamos nuestras condiciones de trabajo", defendió el secretario general del gremio.