Finalmente, el paro por 72 horas que los afiliados del Sindicato Unido de Trabajadores de la Educación (SUTE) habían votado el viernes pasado y el lunes decidieron levantar, se concretará la semana que viene. Por eso, martes 25, miércoles 26 y jueves 27, tras el feriado del lunes, no habrá clases en las escuelas públicas de la provincia. La medida de fuerza, que incluirá una movilización el martes a la Casa de Gobierno, se decidió porque nuevamente los docentes consideran insatisfactoria la oferta del Gobierno.
El plenario provincial -en Tupungato- terminó a la medianoche, luego de cinco horas de debate, con la decisión de rechazar la oferta de un aumento de 30,5% en tres etapas e ir al paro. El principal motivo de la negativa, dentro de unos cuantos, es que no aceptan bajo ninguna circunstancia que el aumento que se les está ofreciendo sea en cuotas o escalonado. Y allí, en ese encuentro, muchos de los 174 delegados departamentales que participaron querían hacerse escuchar ante sus compañeros. Por eso se extendió hasta tan altas horas de la noche a pesar de haber comenzado a las 19.
Los docentes quieren que la suba salarial, además de superar el 30%, se les otorgue en un único pago, en blanco y retroactivo a enero. En la última reunión paritaria el Gobierno llevó al gremio una propuesta que, según explicaron, implicaría un aumento del 30,5 por ciento en blanco a pagar en tres etapas y en forma escalonada: 15 por ciento en marzo, 8 por ciento en agosto y 7,5 por ciento en octubre. Ya en el anterior plenario, que tuvo lugar en San Martín, se había definido que de ninguna manera se aceptaría que la suba de sueldos fuera otorgada en cuotas.
Sin embargo, para sorpresa y enfado de muchos maestros que ya tenían en mente la huelga, la dirigencia sindical resolvió el lunes por la noche levantar el paro por 72 horas que se iba a realizar martes, miércoles y jueves de esta semana. El motivo en el cual se basó la suspensión de la medida de fuerza es que se decidió evaluar la oferta oficial, a pesar de que la mayoría de los afiliados ya habían definido lo contrario.
Entonces, si bien esta semana hubo clases todos los días, el ambiente que se vivía puertas adentro de las escuelas era de un malestar generalizado. Al punto que en algunos plenarios departamentales de ayer se pidió la renuncia del titular Adrián Mateluna y de todos los miembros paritarios. Así lo contó a Los Andes Mario López, que representa a la lista marrón de Capital.
Con esto, lo que espera el SUTE es que el Ejecutivo lleve a la Subsecretaría de Trabajo una nueva oferta salarial que se discutiría en nuevos plenarios. Pero, teniendo en cuenta lo que ya trascendió desde Casa de Gobierno, difícilmente se llegue a un acuerdo en la próxima mesa paritaria que, además, todavía no tiene fecha establecida. Es que prácticamente está definido que la última oferta oficial sería de un 30% pero en dos cuotas, como publicó ayer este diario. Incluso, ya se mostraron dispuestos a sostener ese "combo" aun hasta el decreto, en caso de un nuevo rechazo.
Históricamente, la paritaria que arranca el cronograma es la docente. Y es, aunque los otros sectores busquen que no, la que "marca la cancha" para lo que luego son las reuniones con el resto de los sindicatos. En este 2014, la educación tuvo su primer encuentro con el gobierno de Francisco Pérez el 7 de febrero.
Allí, se pidió que el inicio de clases (previsto para el 26 de febrero en principio) se pasara al 5 marzo, petitorio que el Ejecutivo mendocino aceptó la semana siguiente. Durante esos días llevó a la mesa paritaria la primera oferta. Se trató de un incremento acumulado en el año de 22,7% remunerativo pero en cuatro escalones que fue rechazado de plano por el SUTE, tras considerarlo una "vergüenza".
Otra de las ofertas, la ante-última que se hizo, fue del 20 por ciento más $ 500 en dos veces de manera no remunerativa, es decir en negro, la cual caldeó aún más los ánimos y por la que también, como en el arranque del ciclo lectivo, llevaron a cabo un paro de actividades con movilización.